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“No dejes que las lágrimas por no ver el sol te impidan ver las estrellas”

“No dejes que las lágrimas por no ver el sol te impidan ver las estrellas” – susurraba una pequeña huérfana abrazada a una mujer que irrumpió en llanto. Las lágrimas de la mujer emergieron del sentimiento de lástima y conmiseración que la condición de vida de la pequeña le provocaba; el abrazo de la pequeña era señal del entusiasmo que invadía su alma, y sus palabras, brotaban del intento de fortalecer la esperanza en aquella mujer. Es un corto encuentro que logró remover el pensamiento que había prevalecido por varios años en la mujer, que depositando su confianza en los slogans de la minoría mal intencionada que vende el aborto como solución a la pobreza, la violencia, la enfermedad, la orfandad, el sufrimiento y la mortalidad;  optó por convertirse en una apasionada promotora del aborto sin advertir que la “solución” que promovía, era un remedio que lejos de reparar las problemáticas referidas, más bien, evita las incomodidades que exige su combate.

La mujer acudió al orfanato con la firme intención de encontrar en aquel lugar el argumento que le permitiese convencer su corazón de que su lucha era justa; pero fue justo en aquél lugar, dónde el amor limpió sus ojos para devolverle la vista; y pudo comprender que moverse por lástima, lastima…  No podemos negar que hay vidas cobijadas de dolor, pero no olvidemos que tenemos la opción de sufrirlo o de vivirlo con humanidad. “Ojos que han llorado ven mejor, pues consiguen ver que lo esencial es invisible a los ojos”…  Lo que para muchos son -migajas- otros lo transforman en un gran banquete.  Fue así como lo demostró la pequeña huérfana que a pesar de escasear de las condiciones exteriores que la mujer poseía, rebozaba interiormente de aquello de lo que la mujer en su momento escaseaba: esperanza…

¿Acaso es  posible erradicar la pobreza con injusticia? ¿Es posible disminuir la violencia, violentando vidas inocentes? ¿Podemos liberarnos del sufrimiento esclavizándonos en un egoísmo demoledor?…  El aborto no evita muertes, la muerte genera más muertes: muerte del inocente abortado, muerte espiritual y moral de la madre que aborta, muerte de la esencia de la noble vocación del médico que participa en el aborto.

Ojalá nosotros como la mujer, logremos mirar que para ayudar, no basta tener una buena intención, sino que la intención realmente sea buena; es decir, que  represente un bien para quien brindamos el apoyo.  Y aunque existen diferentes tipos de bienes, de ninguno podría disfrutarse sin la existencia, por lo que el mayor de todos los bienes es la VIDA. Y acabar voluntariamente con el mayor de todos los bienes, nunca podrá ser algo bueno.