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¡El Corazón palpita de amor!

Con el título de este mensaje no pienso en artistas famosos y que los medios de comunicación aclamen con frenesí. Pienso en las fiestas que celebramos en los días siguientes: el viernes la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el sábado la fiesta del Corazón Inmaculado de María.

El Corazón de Jesús lleva al Corazón de María y éste al de Jesús. Y en esa relación palpitante de amor es acogido nuestro corazón.

No se trata de celebraciones dulzonas y sentimentales, sino la verdad del amor rigurosamente humano y gozosamente divino.

Jesús es el Amor divino que se hace hombre, para rescatar a éste y que sea divinizado por medio de la paradoja de la Cruz y la Resurrección. María es la primera y la que más entra en este proceso de humillación y elevación.

El Corazón de María acogió en la fe las palabras de Dios llevadas por el arcángel Gabriel, luego acogió en su seno a la Palabra de Dios hecha carne gracias al “sí” pleno con que se entregó.

María concibió a Jesús de manera sobrenatural, pero lo gestó de manera natural: fueron nueve meses en que los Corazones de la Madre y del Hijo palpitaron en sinfonía de amor, sinfonía que continuó en el alumbramiento y la educación del Niño y que fue teniendo sus diversos momentos musicales, expresándose en la donación del uno al otro, de ambos a todos, pasando por el despojo de la pasión y la muerte, por el gozo de la resurrección y ascensión-asunción. Ambos corazones están junto a Dios Padre, ahí esperándonos, pero también de ahí acudiendo a nosotros para acompañarnos en nuestro camino, de modo que igualmente nuestro corazón palpite de amor al ritmo de la vida que Dios permita o proyecte a cada uno y a todos.

¡No podemos dejar de celebrar llenos de gratitud, fe, esperanza y amor estas Fiestas del Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!

¡Y que toda manifestación humana de amor –de toda vida y a lo largo de toda la vida- encuentre en los Corazones de Jesús y de María su fuente y su meta! ¡De esta manera la vida tendrá sentido y consistencia!

+ Rodrigo Aguilar Martínez

Obispo de Tehuacán