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¿Existen el maleficio, la hechicería y los embrujos?

Comúnmente se entiende por maleficio, la capacidad de una persona de realizar un mal sobre otra, en base a metodologías mágicas.

Un maleficio surte un efecto, entre otras razones, por autosugestión. Lo creemos tanto que nos llega a pasar. O si nos pasa algo malo lo adjudicamos a ese supuesto maleficio. No hay nadie en el mundo que tenga los poderes de Harry Potter o de algún otro brujo. Otra cosa es que sea ayudada por el demonio, pero si usted está con Dios no debe temer absolutamente nada.

Aquí una explicación científica de lo que sucede cuando una persona es supersticiosa y piensa que le han hecho un maleficio o brujería:

La persona que se autosugestiona, es decir que se llega a creer que le embrujaron o le hicieron el maleficio, aumenta su tensión nerviosa, manteniendo una situación de alerta constante, lo que repercutirá en una secreción mayor de lo habitual de adrenalina y un aceleración del ritmo cardiorrespiratorio. Habrá contracciones musculares, gastritis, insomnio, angustia, ansiedad y demás disfunciones, que pueden llegar a provocar cuadros clínicos serios y con esto aumentará más su creencia en el posible maleficio a su persona.

En ocasiones el dichoso maleficio suele surtir un efecto, pero es a raíz de algún engaño encubierto. En ocasiones los objetos que se utilizan, cuentan con sustancias tóxicas que al tomar o tener contacto con la persona, producen una serie de efectos que fácilmente pueden ser adjudicados a lo preternatural, cuando las causas son perfectamente naturales.

No hay que dejarse engañar por tantos charlatanes que salen en la radio, TV o en la prensa diciendo que cuando pasamos por problemas hemos sido afectados con un trabajo o maleficio. Al respecto siempre les comento a las personas que si eso fuera verdad, los países ya no harían armas y contratarían a esos embusteros para que con menos dinero pudieran hacer daño a los enemigos. Algunos pues podrán invocar al demonio para hacerle un daño a otra persona,  pero si nosotros estamos muy cerca de Dios el demonio se rinde ante la presencia del Todo Poderoso.

Si usted dice que se escuchan ruidos, que ve personas o sombras, le hablan, le jalan las cobijas, tiran los trastes y muchas cosas más, tenga cuidado. No necesariamente es que le hayan hecho un embrujo, tampoco es un ánima en pena como suele también decirse. El demonio no trabaja solo y tiene miles de ayudantes. Lo mejor es pedir la bendición de la casa, confesarse todos en ese lugar, orar todos juntos en algún momento del día. Tener la palabra de Dios expuesta, encender un cirio y pedir la protección de Dios con la oración. Puede suceder que algún miembro de la familia o conocido esté “coqueteando” con la “santa muerte” y el demonio ya haya entrado a esa casa.  De igual manera, haga lo mismo si le han dicho que le hicieron un trabajo de magia, hechicería o embrujo. Dios es más Poderoso y con Él de nuestro lado saldremos vencedores.

Hasta la próxima.