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Copiado de copiado de copiado… ¿y la información?

Hay “datos” que giran de modo caótico por el mundo informativo. Primero, aparecen unos datos. En seguida, empiezan a girar, sin controles serios sobre su veracidad. Luego, el paquete gira de medio en medio. Hay quienes añaden nuevos aderezos, ponen moños, liman, aumentan, corrigen…

Pasan los días, y la información es copiada, y copiada, y copiada: corre rápidamente en el mercado casi sin controles de Internet, como un plato apetitoso para muchos periodistas o para personas que reenviar “noticias” a sus conocidos.

Existe un modo de vender informaciones que consiste en recoger esos supuestos datos, copiarlos y repetirlos una y otra vez. Muchos no ven necesidad de una verificación: si algo ya lleva tanto tiempo en giro, debe ser verdad. El tiempo ha dejado espacio a la réplica, y ésta parece brillar por su ausencia.

Existe, sin embargo, otro modo de hacer periodismo. Si uno es consciente de los muchos errores que se cometen en los copiados de copiados, a veces simplemente por despiste. Si uno percibe que existen manipulaciones. Si uno comprende que los medios mezclan datos, pseudodatos y opiniones. Si uno entiende que la verdad muchas veces es recortada según los intereses de unos y con el deseo de atacar a otros… Entonces es posible que surja un periodista atento, capaz de filtrarlo todo con un sano espíritu crítico.

Nos puede parecer casi imposible ese tipo de periodismo serio y detallista. En realidad, basta con tener una mente abierta y un corazón generoso, para que uno se arremangue frente a la pantalla y empiece a investigar y controlar cada número, cada fecha, cada opinión, cada detalle.

Sin embargo, una voz escéptica susurra: “un periodista así se muere de hambre, pues para publicar algo necesita mucho tiempo y le pagan poco”. Quizá sea verdad. Pero también lo es que el mundo necesita ojos abiertos y mentes críticas para salir de la niebla arrojada por informaciones manipuladas y entrar en espacios de verdad y de honradez informativa.

¿Es posible el milagro? Sí: basta que alguien inicie, con esa actitud sanamente aventurera de tantos hombres y mujeres que rompieron moldes. Dejaron de lado los copiados de copiados, y comenzaron a invertir su tiempo para llevar a cabo un control sereno y serio de cada información que llegaba ante sus ojos.