Leonardo Boff: ¿verdadero o falso profeta?

Flaviano Amatulli Valente

Por fin, su rechazo y sus ataques contra el documento "Dominus Iesus" descubren al lobo que se esconde bajo la piel de oveja.

Revdo. Padre Amatulli: Acabo de leer en internet dos artículos de Leonardo Boff acerca del documento "Dominus Iesus", en que se aclara del papel único de Cristo y su Iglesia con relación al plan salvífico universal.
Es algo realmente aterrador. Me extraña que mi párroco sea un fanático seguidor de él. Lo considera un profeta. "¿Profeta verdadero o falso?", me pregunto.
Teniendo en cuenta todas las barbaridades que dice por lo poco que entiendo de teología, creo que Leonardo Boff ni puede considerarse hereje. Según mi manera de ver las cosas, se trata de un auténtico apóstata.
Me pregunto: "Teniendo en cuenta su postura de total rebeldía contra la doctrina católica y el Magisterio de la Iglesia, ¿por qué no se le da la excomunión? Así sus seguidores y simpatizantes, por lo general religiosas y clérigos poco sensibles al sentir auténtico de la Iglesia, podrán abrir los ojos y ya no dejarse engañar.
Según mi opinión, más tiempo pasa y peor se vuelve la situación. Más daño podrá hacer Leonardo Boff con sus libros y artículos sembrando la confusión y apartando de la verdad a los más débiles en la fe.
Por otro lado, ¿no tiene la jerarquía la misión de preservar la fe del pueblo contra los falsos profetas, que como lobos rapaces la están destruyendo?
Y con relación al documento "Dominus Iesus" ¿no le parece que salió demasiado tarde, permitiendo que el error entrara tan hondamente en largos estratos del pueblo católico?
Me gustaría conocer su opinión al respecto.
Su admirador
Miguel Blanco S.
Buenos Aires, Argentina.
Sin duda, el caso Boff es un caso muy serio. Según mi opinión, más que teólogo es un hábil manipulador, que fascina con su estilo literario fluido y cautivador. De católico o cristiano le veo muy poco. Es un resentido que busca cualquier pretexto para desquitarse. ¡Qué bueno que la Santa Sede supo detectar a tiempo sus errores! Ahora se ve al lobo que se escondía bajo la piel de oveja, representado por el hábito franciscano. Lo que busca es fama, metiéndose en cualquier asunto que le pueda permitir seguir estando sobre la cresta de la ola.
Ya se metió en la Nueva Era (New Age). No me extrañaría que pronto se volviera en un ferviente panteísta, reencarnacionista o quién sabe qué.
"Por sus frutos los conocerán" (Mt 7, 16), dijo Jesús. Abandonó el ministerio sacerdotal, juntándose con una divorciada, sin pedir dispensa ni nada. De reconocido teólogo se volvió en un fanático enemigo del dogma y de la jerarquía católica. ¿Qué podemos esperar de este tipo de persona? Solamente pedir a Dios por su conversión.
¿Y sus seguidores? Lo mismo. Hablan de ecumenismo, apertura, mentalidad planetaria y lucha a favor de los pobres. Sin embargo, en la práctica dejan solo al pueblo católico frente a la embestida de las sectas. Su discurso no tiene en cuenta la realidad concreta en que vive el pueblo católico, acosado por el proselitismo sectario.
Más que creyentes, son políticos aficionados. Donde dominan la situación, son verdaderos caciques intolerantes. Adaptan el discurso a su situación personal en busca de una justificación "teológica", que de teológico no tiene nada.
 
"Por sus frutos los conocerán" (Mt 7, 16). Y ¿cuáles son los frutos? Seminarios cerrados, asfixia espiritual, decaimiento de la vida religiosa... Recuerdo cómo el seminario de Cuenca (Ecuador), en otros tiempos floreciente en vocaciones, al quedar envenenado por las ideas de Leonardo Boff, se fue poco a poco vaciando. Y como éste, muchísimos casos más.
Qué bueno que, poco a poco, las aguas están regresando a su cauce normal. Por otro lado, la historia de la Iglesia está llena de casos como el de Leonardo Boff. Siempre hubo y siempre habrá gente que deja la Iglesia y la ataca. San Juan habla de "anticristos" (1 Jn 2, 18-19). Claro que no dejan de hacer daño; sin embargo, la promesa de Cristo sigue siempre vigente: "Los poderes del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18).
Lástima que son siempre los pobres los que pagan el pato. ¡Cuántas comunidades católicas, guiadas por pastores al estilo de Leonardo Boff, con ideas ecuménicas totalmente al margen del sentir de la Iglesia, se desplomaron frente al acoso del proselitismo sectario. ¿Es esto, lo que quieren Leonardo Boff y sus secuaces?
Sabiendo esto, lo de la excomunión sale sobrando. Servirá para darle más importancia, lo que precisamente anda buscando con sus constantes ataques contra la Iglesia Católica.
Atentamente,
P. Flaviano Amatulli Valente.

 

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