Imprimir

6. 14,600 noches

Pablo Muttini

En nuestras grandes ciudades, miles de personas, todos los días, enfrentan una catástrofe silenciosa: viven en la calle. Esta nota es homenaje y oración a uno de ellos. Uno, simplemente uno más. Él ya duerme. Quizá nosotros despertemos.

- Jueves 2 de septiembre de 2004

En una calle hay un hombre aterido de frío.

No se da mucha cuenta porque está curtido, pero el frío le cala los huesos.

Está curtido porque hace años que sabe que no tiene solución. Que son solo unos seis meses al año... que cuando llegue el final de la primavera, el clima por las noches va a cambiar.

Él no se da cuenta... pero su cuerpo sí.

Nada del otro mundo.

Nada que un par de días de cama no pueda solucionar.

Unos remedios, cama caliente y descanso.

No para él.

Para él no.

Una bronquitis se convierte en neumonía y una neumonía en una infección; la infección deviene en gran infección y el final se comienza a anticipar.

Cuarenta años atrás, cuando solamente tenía 3, una mañana o una tarde o una noche, una madre lo echó de su casa. Desde ese día, 14,600 noches fueron iguales para él. ¡Claro que no sintió el frío de la otra madrugada!.

14,600 días pasaron y nosotros no nos dimos cuenta.

Catorce mil seiscientas.

No sé si hay mucho para hacer ya.

Parecería que es demasiado tarde.

Van cinco o seis noches que logró tener una cama.

Está internado.

Quizás la Madre Teresa lo pasó a buscar.

Claro que no estamos en la India: esto es Martínez*.

¿Pero esas cosas pasan acá?

Sí.

Quizás se salve Alcides, o quizás no...pero bueno, “se salve” es un decir. Quizás salga del hospital vivo.

Sería muy bueno poder pensar que se va a salvar.

Anteayer tenía las manos muy hinchadas y amoratadas.

Seguramente haya sido por culpa de los clavos y el esfuerzo.

Es brava la cruz.

Él nos mando llamar desde el hospital.

Pudo decir te quiero y pudimos decirle te quiero.

¿Será suficiente?

Dios dirá.

¡Catorce mil seiscientas!

Dios nos va a perdonar: Alcides ya nos perdonó...

Tenemos que pensar.

Hay miles de Alcides en la calle.

La gente de la calle se nos muere en la cara, pero eso no es lo peor: lo peor es que tarda muchos, muchísimos años en morirse y nosotros, simplemente no nos damos cuenta.

¡Catorce mil seiscientas seis noches!, por ejemplo, es lo que le está llevando a él.

Mucho tiempo.

Dios nos ayude.

A él, seguro que ahora lo está ayudando.

Por eso pudo perdonar.

Por eso pudo decir... te quiero.

- Lunes 6 de septiembre de 2004

Muchos tuvimos la gracia de poder acompañarlo. Dios debe habernos mandado para tranquilizarlo y adelantarle algo de lo que le espera.

Susurrando dijo muchas veces en estos días: “yo pensé que estaba solo... pero tantos vienen a verme... ” y mil cosas hermosas más.

Muchos tuvimos la gracia de conocerlo, de aceptarlo, de ser aceptados por él. Juntos aprendimos a respetarnos y a ayudarnos a crecer.

Hoy ya está cumplida la promesa.

Alcides debe estar ocupando una de las habitaciones que Jesús nos prometió en la casa de su Padre.

Alcides ahora descansa.

14,600 noches tuvo que esperar.

Dios hizo que la espera no fuera inútil.

Sólo Él puede enmendar nuestras miserias.

Sólo Él.

¡Gracias Alcides por abrir tu corazón con nosotros!

¡Perdón Alcides por todo lo que tuviste que pasar!

¡Gracias Alcides por decirnos “te quiero”!

Cuida de nosotros desde el cielo.

Amén.

* Martínez es un barrio residencial del norte del conurbano de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina)

 
 

Inicio ] [ Atrás ]