Soneto
Con el paso de la muerte a la vida,
vida en la vida del Resucitado,
la historia humana nos ha desvelado,
el amor que cuida la Cruz y anida.
El Resucitado, con su venida,
nos dona la fe de que lo viciado
encauce en el cauce purificado,
se encienda la luz, se apague la caída.
Piensen aquellos que terror amasan,
de que nadie puede matar el alma,
al sufrimiento de Jesús nos atan.
Tras el calvario se alcanza la calma,
son versos que nos laten y relatan
a un Dios vivo, que nos vive en su palma.