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¡Todo está en tí!

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¡Cada día tiene su afán, amigo mío!

 

Las más de las veces –yo el primero- nos acongojamos ante las inseguridades que asolan nuestro pequeño mundo que comprende la familia, el trabajo y la sociedad en donde nos desenvolvemos.

Vemos cambios, vivimos en continua transformación y no sabemos cómo adelantarnos acertadamente ante lo que ha de venir. Pensamos y hablamos del futuro, cuando olvidamos el presente más inmediato que es la base del porvenir. Nos agobiamos y, sin embargo, buscamos poco tiempo para la reflexión, la meditación y el encuentro personal con Dios.

A veces huimos a un pasado edulcorado y perfectamente renovado, gracias a nuestra maravillosa memoria selectiva, creyendo que fue mejor. Aunque en algunos aspectos es indudable que sí lo fue, no es menos cierto que Él te ha puesto aquí y ahora, con el objetivo de que seas portador de su luz, de su alegría, de su cariño, de su paciencia, de su perdón, de su lucha, de su consuelo, de su ternura, de su denuncia…

Te ha dado un papel –irreemplazable- para darle a conocer por medio de las tareas pequeñas o grandes que desarrollas cotidianamente a través de tus –no lo olvides- rudimentarias habilidades, conocimientos y experiencias. Te pide con susurros y a veces a gritos, que seas ahora su escoba para alejar los malos hábitos, los gruñidos y las malas caras de los tuyos; ahora su paño para lustrar y dar brillo a las virtudes de amigos y familiares o para desempolvar la tibieza de tu corazón y dejarte así hacer arrumacos por la calidez y placidez de su Espíritu en los momentos en los que andas perdido por las quebradas de tu alma; ahora desea que seas detergente fuerte y peleón para sacar bien tu trabajo –seas director gerente, taxista o master en Hogar- allí donde lo ejerzas, con entusiasmo y sin derrotismos.

¡Cada día tiene su afán, amigo mío! Y puedes estar tranquilo porque ante Dios, que ve en lo escondido, nunca serás héroe anónimo. Y cuando te desanimes y estés cansado –que seguro son las más de las veces- le digas confiadamente “Señor ¡todo está en Ti”