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La película “Nativity”: aclaremos la verdad sobre la Virgen María

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Es necesario corregir la manera en que presenta a María. La película ha dejado de lado veinte siglos de reflexión teológica sobre la Madre de Dios.

 


La nueva película que hizo su estreno el pasado 1 de diciembre del 2006 y que se titula “The Nativity Story” (“El relato de la Navidad”), ya ha recibido muchas críticas positivas a través de EEUU y también un cierto número de ataques por parte de grupos de ateos. La película ciertamente tiene muchas cualidades positivas, entre ellas su manera de presenta a José y la escena de la visita de María a Isabel.

Pero, al mismo tiempo, es necesario corregir la manera en que presenta a María. La película ha dejado de lado veinte siglos de reflexión teológica sobre la Madre de Dios. En vez de ello, nos ha presentado una interpretación privada del papel que María ha desempeñado en la historia de la salvación que no se corresponde con el dato histórico del cristianismo. La Iglesia Católica ha enseñado claramente, desde el principio, que Jesús no ha de ser entendido como una figura histórica y teológica sin María. Por consiguiente, un relato de la Natividad que presente a María de manera equivocada, también causará equívocos a la hora de entender quién es Jesús.

Primero que todo, cualquier presentación de María dando a luz con dolor es simplemente contraria a la bimilenaria tradición de la Iglesia sobre la virginidad perpetua de María. Dicha virginidad fue anterior, estuvo presente y ha permanecido siempre después del parto con el que ella dio a luz a Jesús. La integridad física de la Virgen estuvo acompañada por una integridad psíquica durante el parto, que no dio lugar a dolor alguno.

Ello puede que constituya una sorpresa para algunos. Pero es, sin embargo, la comprensión que el cristiananismo ha tenido, durante toda su historia, sobre este evento. Por lo tanto, la manera en que la película presenta el parto de María no se corresponde con la concepción que la mayor y principal parte del cristianismo tiene sobre este hecho. Es más, la película tuvo la oportunidad perfecta de contrastar el doloroso parto con el cual Isabel dio a luz a Juan el Bautista, con el milagroso nacimiento de Jesús de las entrañas de María. Pero la dejó pasar y con ello perdió la oportunidad de provocar un saludable debate teológico.

Los cristianos que de verdad creen en las Sagradas Escrituras debe saber que existe un fundamento bíblico para esta doctrina sobre el parto indoloro de María. Durante los primeros seis siglos del cristianismo, los Padres de la Iglesia fueron prácticamente unánimes al opinar que María es la “Nueva Eva”, la necesaria contraparte de Cristo, el Nuevo Adán (cf. Romanos 5:12-14). Así como la antigua Eva colaboró con el pecado del primer Adán; de la misma manera la Nueva Eva colaboró con el Nuevo Adán y, gracias a Él, revirtió la desobediencia original y deshizo la maldición que había caído sobre la humanidad, debido al pecado de nuestros primeros padres. Una de las consecuencias de la maldición del pecado original fue precisamente los dolores de parto que sufrirían todas las descendientes de la primera Eva (cf. Génesis 3:16). Pero la Nueva Eva, quien gracias al Nuevo Adán deshizo dicha maldición, no estaba sometida a sus dictámenes.

En segundo lugar, María no es la adolescente inmadura que la película presenta. La directora del filme, Catherine Hardwicke, intentó presentarla de esa manera, para hacer que pareciera más “real” a las adolescentes de hoy en día. Quizás el motivo de Hardwicke fue el de evangelizar la cultura contemporánea. Pero el presentar a María como una chica casi rebelde ante la autoridad de su padre al tratar el delicado tema de las relaciones pre-matrimoniales, simplemente es inexacto con respecto al dato histórico y no le presta ninguna ayuda a la juventud actual, que necesita de María como modelo de vida.

Las pasiones de la Inmaculada Virgen María estaban totalmente consagradas y sometidas al Señor sin el más mínimo desorden en ningún sentido. María no fue la típica adolescente de la sociedad occidental contemporánea. María fue la Madre adolescente del Mesías y el perfecto modelo a seguir para todos los menores de edad y también para los adultos. La idea de tener relaciones prematrimoniales no solamente jamás penetró en la mente de quien fue y es completamente pura, sino que tampoco ella pudo haber tenido un episodio de rebeldía contra la legítima autoridad de su padre, quien concretaba la voluntad de Dios para ella. La forma en que María es presentada en la película es algo que caracteriza a Hollywood a la enésima potencia, pero no refleja para nada ni el cristianismo histórico ni tampoco la evidencia bíblica. La manera en que en este filme es presentada María también refleja la idea equivocada de que ella era simplemente otra persona más que siguió a Jesús.

María es la Madre de Dios, perfectamente pura en todos los aspectos. Aún como adolescente, María tenía su mente, su corazón, todas sus fuerzas, y, de hecho, toda su persona, completamente entregadas a Dios y a Su plan de salvación. "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1:38).

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