¿Quién no está dispuesto a pasar tan solo 40 días de dieta, gimnasio, sesiones de masajes, limpiezas de cutis,… para mantenerse en forma y recuperar la figura?
En estos tiempos que se busca estar guapo y delgado y que subconscientemente relacionamos estos dos conceptos con el éxito personal, familiar y profesional, ¿Quién no está dispuesto a pasar tan solo 40 días de dieta, gimnasio, sesiones de masajes, limpiezas de cutis,… para mantenerse en forma y recuperar la figura? ¿No es verdad que mirarte al espejo por la mañana y verte que “estás cañón” alegra el cuerpo y te ayuda a ver la vida con optimismo?
Pues bien, te voy a ofrecer unos consejos prácticos para que brilles y te saques partido.
1. Para lograr una apariencia exterior saludable y que nos llene de satisfacción debemos, ante todo, descubrir y potenciar nuestro interior.
2. Analizar nuestros defectos y hacer un plan concreto para eliminarlos. Si te ayudas de un profesional y concretas los objetivos diarios a conseguir el plan será más realista, practico y concreto, por lo tanto, más eficaz.
3. Revisar diariamente los objetivos conseguidos. Recuerda: las escaleras se suben de escalón en escalón, no quieras subirlas de un brinco.
4. No evites el sacrificio de seguir la “dieta” y el esfuerzo en realizar correctamente los ejercicios indicados.Todo en la vida cuesta trabajo y como bien dice el refrán “Para estar guapa hay que sufrir”.
5. No te desanimes a la primera de cambio. ¡Tú puedes conseguirlo!
Si a todos estos pasos necesarios e imprescindibles en todo tratamiento de belleza y salud le añadimos que estamos en Cuaresma, solo me resta regalarles el truco mágico, necesario para conseguir brillar definitivamente: un buen modelo a seguir al que le pedimos ayuda y consejo (Oración), el arrepentimiento sincero de todos nuestros errores y el propósito firme de no volver a caer en ellos (Confesión y Conversión), la búsqueda constante de la ayuda de un “profesional” (Cristo en la Eucaristía) y a eliminar el rencor, la envidia y los celos que nuestra figura provoca a los que nos rodean ayudándoles a seguir nuestra dieta y ejercicios específicos… harán que los sacrificios y la renuncia de estos 40 días de nuestra vida sea pan comido. ¡Vale la pena!