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Agua fresca para la televisión

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A partir del 1 de marzo, la página de H2ONews, con los servicios que ofrece, estará lista para contestar a las demandas de las cadenas de televisión interesadas en la persona “más global” que existe, El Papa.

 

«Creo que todos compartimos la impresión de haber vivido una experiencia única, nueva, que da inicio a una fase distinta en la historia de la comunicación católica». Con estas palabras concluía el arzobispo John Patrick Foley, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones, el primero Congreso Mundial de las Televisiones Católicas celebrado en octubre del año pasado en Madrid. Los frutos no se han hecho esperar. Nuevos canales de televisión digital han sido puestos en línea en Canadá y España con un elevado índice de visitantes que han superado las expectativas de las diócesis que los han puesto en marcha. Sin embargo, el balde de agua que vendrá a refrescar los contenidos de muchos canales de televisión abiertos y por Internet, católicos o no, está por ver la luz y dejar con la boca abierta a más de uno.

A estas alturas, y con el constante flujo de información, ya es de muchos conocido el nombre: H2ONews. Se trata de la puesta en marcha de una iniciativa del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales que toma como base la aplicación del sistema de información de la agencia ZENIT (www.zenit.org) a la televisión. ¿Cómo? A través de un servicio adaptable a formatos cibernéticos, editoriales, de telefonía móvil, a portales de tecnología de punta o con una más discreta y a televisión abierta, confesional o no, pudiendo ser utilizado, corregido y editado según las necesidades particulares. Para esto, H2ONews (www.h2onews.tv) generará aproximadamente cinco noticias diarias: dos o tres desde Roma y las demás como aportación de las cadenas afiliadas a lo largo y ancho del mundo. También ofrecerá videoclips de minuto o minuto y medio de duración y realizará un telediario en siete idiomas (español, francés, inglés, portugués, alemán, italiano y árabe).

¿Por qué H2O? Así respondió Jesús Colina, director y fundador del proyecto, en una conferencia a la que asistí hace algunas semanas: «Porque el agua es un importante símbolo cristiano de purificación y salvación que alude al bautismo… por que las almas necesitan la frescura de buena y sana información». Ésa es la intención de esta nueva propuesta dirigida al auditorio de las cerca de 2.000 televisiones católicas repartidas por el orbe: servir de herramienta para conocer de manera certera las noticias de la Iglesia en cualquier lugar del planeta. Una propuesta, más amplia y moldeable, que se suma al benemérito trabajo de canales de cobertura nacional consolidados como el de Popular TV, de España; SAT 2000, de Italia; KTO, de Francia; Cançao Nova, de Brasil; la cadena diocesana de Boston o la EWTN, de Estados Unidos, también de alcance internacional.

A partir del 1 de marzo, la página de H2ONews, con los servicios que ofrece, estará lista para contestar a las demandas de las cadenas de televisión interesadas en la persona “más global” que existe, El Papa, la vida de la Santa Sede, las realidades católicas del mundo y aquellos argumentos que más interesan al creyente de hoy. En esta empresa, además de Jesús Colina, también director de la agencia Zenit, colaboran Andrea Scorzoni, productor cinematográfico y director durante años del canal diocesano de televisión de Roma como director artístico; Silvia Costantini en relaciones públicas y Miriam Díez, redactora de Zenit y profesora de periodismo de la Universidad Pontificia Gregoriana, además de contar con respaldo del Centro Televisivo Vaticano (ente encargado de distribuir las imágenes del Papa).

La “CNN” católica, nombre que le ha regalado la prensa italiana, es la confirmación del potencial de trabajo y de iniciativa que tienen los laicos en la Iglesia; de su papel e importancia. Además, es la demostración del excelente empleo que se puede hacer de los mass media, areópagos de la actualidad, en bien del hombre: formarle informándolo correctamente. Una sencilla reflexión al respecto invita a reconsiderar la cuantía de un “clic” desde una computadora navegante en el inmenso mar cibernético: ahora cada uno puede tener, nada más ni nada menos, que valor de evangelización. Que no es poco.