Las tan famosas modernidades y los requisitos que la sociedad del hoy demanda para el control de natalidad y la disminución de la expansión demográfica colocan a la mujer en un papel circunstancial.
Las tan famosas modernidades y los requisitos que la sociedad del hoy demanda para el control de natalidad y la disminución de la expansión demográfica colocan a la mujer en un papel circunstancial; después de los años cincuenta la mujer ha tenido que enfrentar un ardua batalla que la colocan en una línea de <aparente expresión>, posteriormente de haber visto como nació la idea de la liberación femenina, y como falsamente fue relacionándose con los acontecimientos surgidos en esos años, como la tan célebre revolución sexual, la redefinición feminista de la sexualidad, y la aparición de la píldora anticonceptiva, la mujer ha tenido que enfrentarse a un bombardeo ideológico sumamente perspicaz.
Después de haber sido llamada a una libertad de su cuerpo, la mujer hoy más que nunca se encuentra esclavizada al horario y fechas para no quedar embarazada, bajo presiones sociales y estilos de vida, la mujer ha tenido que olvidar que ser madre es todo un don difícil de llevar a cabo, y se ha alienado por las enormes campañas de persuasión que le venden distintos métodos de anticoncepción.
Los medios de comunicación han jugado y seguirán jugando un papel primordial para que está idea se siga expandiendo, siempre hablarán y señalarán [en su mayoría] de las ventajas que significa tener un control de la natalidad, de las oportunidades que brinda la ciencia para que la mujer continué desempeñándose en su libertad femenina; reproducirán contenidos en sus historias de cómo la mujer va <evolucionando sexualmente>, y así construirán nuevos modelos de vida, sin hijos pero con el lastre de un anticonceptivo permanente.
Son muy pocos y pobres los mensajes que hablan de las desventajas de utilizar métodos anticonceptivos en la mujer, la mayoría se resumen siempre al nivel de seguridad para evitar embarazos e infecciones. Pero qué existe del otro lado, cuando la mujer sufre fuertes depresiones, se siente sola y abandonada, cuando la han convertido en mero objeto de satisfacción sexual. Es allí cuando los medios tanto de información como de persuasión se quedan atrapados en el silencio.
Las nuevas enfermedades que persiguen a la mujer detrás del escenario de libertad femenina se encuentran sintetizadas en el estrés, la obesidad, los cambios de humor, alteración de los ciclos biológicos de ella, riesgos en algunos de los métodos al momento de someterse al procedimiento quirúrgico, riesgos en las perforaciones uterinas, irritaciones cutáneas, sensibilidad mamaria, alergias, y finalmente la esterilidad.
Una vez que la mujer ha entrado al mundo del “cuidado sexual” lo más bello para las parejas es no concebir, dado que “interrumpen proyectos de vida”, es ¿esto la libertad femenina?, es a este punto esclavizado a lo que la mujer quería llegar, o se trata del confort para el hombre como género masculino, que olvida las palabras compromisos y responsabilidades para con el otro.
¿Y cuando ya se quiere ser madre?, ¿Cuáles son los padecimientos a largo plazo de haber utilizado métodos anticonceptivos?, los médicos como las campañas de anticoncepción ¿constantemente informan que el uso de anticonceptivos orales, por citar ejemplo, muestran un índice de de aumento de la frecuencia de enfermedad trombo embolica (incluyendo embolia cerebral y trombosis pulmonar), cardiopatía isquémica y presión arterial alta? Que hay más allá cuando la mujer sufre de embarazos ectópicos, gracias a que el útero se ha debilitado por años, y se tiene que tomar la decisión de que el bebé sea extraído.
Las campañas de anticoncepción resuenan en grandes altavoces, siempre hablan de la belleza de los anticonceptivos, nunca se limitan a poner en una bandeja las controversias y los pormenores que la mujer va sufrir, gracias a su utilización.
En medio de está sociedad incrementada en el thanatos, es decir, la muerte, gracias a leyes que han favorecido al aborto y frente a un paisaje de invierno demográfico en otros países, ¿cómo se resolverá el asunto de la libertad femenina sin lacerar la vida y la dignidad humana? Esperando que las respuestas no sean las de siempre: con anticonceptivos, es necesario reflexionar y recapacitar hacia donde se encuentra la libertad y la mujer, o sí es que en medio existe una enorme distancia.
María Velázquez Dorantes (México)