En su obra como periodista compiló un decálogo de lo que debe ser el periodista y el periodismo encerrando características netamente subjetivas y bajo una óptica desde la experiencia humana.
Ryszard Kapuscinski, de origen bieloruso fue escritor, periodista y ensayista estudió en la Universidad de Varsovia Historia y arte, aunque finalmente se dedicó al periodismo. Colaboró en Time, The New York Times, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. Compaginó desde 1962 sus colaboraciones periodísticas con la actividad literaria y ejerció como profesor en varias universidades.
En su obra como periodista compiló un decálogo de lo que debe ser el periodista y el periodismo encerrando características netamente subjetivas y bajo una óptica desde la experiencia humana:
La profesión del periodista no puede ser ejercitada correctamente por nadie que sea un cínico. Es necesario diferenciar: una cosa es ser escépticos, realistas, prudentes. Esto es absolutamente necesario de otro modo, no se podría hacer periodismo. Algo muy distinto es ser cínicos, una actitud incompatible con la profesión, dado que el cinismo es una actitud inhumana que nos aleja automáticamente de nuestro oficio.
Los buenos periodistas son personas modestas, respetuosas con el otro y capaces de mostrar esta actitud en todo momento.
Ser periodista significa antes que nada respetar a otro ser humano con su propia privacidad, personalidad y escala de valores.
Todo el lado humanista de nuestra escritura como periodistas radica en el esfuerzo por transmitir la imagen del mundo auténtica, verdadera y no una colección de estereotipos.
El periodista es esclavo de la gente: no puede hacer más que aquello que la gente le permita.
Ser periodista implica ante todo un constante esfuerzo persona: el de enriquecer por todos los medios, en forma ardua y permanente, la propia cultura, para entender al mundo.
El periodista debe aprender a ser humilde y nunca dejar de aprender. Si se apaga el entusiasmo por aprender, se seca el fuego interno, y si no se prepara uno, se marchita el entusiasmo.
El periodismo es una profesión que no acumula bienes sino experiencias.
La dimensión humanística del periodismo radica en tratar de hacer Edmundo más comprensible: porque si no comprendemos somos menos enemigos: si nos comprendemos estamos cerca el uno del otro.
Humildad y empatía son los rasgos fundamentales para ejercer el periodismo.
Hay que tener fe, hay que crecer a pies juntillas que la gente no desea ningún mal, más bien al contrario, que desea ayudarnos.
Si se rebata la autonomía, ¿qué misión puede cumplir un periodista con las alas cortadas?
María Velázquez Dorantes (México)