Está amenazado el hombre, el ambiente y la sociedad por actitudes humanas irresponsables, codiciosas y ávidas de poder. Aumenta la peligrosidad de las convivencias y la desconfianza comunitaria.
En el ámbito de la bioética se denuncian manipulaciones genéticas contra el ser humano.
Los ciclos ecológicos y el equilibrio global están amenazados por un calentamiento que es resultado de la contaminación del ambiente..
Y en la sociedad se olvida el destino universal de los bienes, la justicia social y el recto uso que evite la pésima distribución de la riqueza.
Un cientifismo desbocado cancela la ética y se lanza a realizar alteraciones y combinaciones genéticas que pueden producir monstruosidades contra la dignidad de la persona humana.
Y los desechos y emanaciones de un sucio progreso parcializado van causando un calentamiento progresivo. Las consecuencias ya empiezan a experimentarse trágicamente en muchas regiones del planeta.
Está amenazado el hombre, el ambiente y la sociedad por actitudes humanas irresponsables, codiciosas y ávidas de poder. Aumenta la peligrosidad de las convivencias y la desconfianza comunitaria.
Ser, vivir y convivir sufren el jaque de la falta de respeto a la vida, a la atmósfera que todos los vivientes aprovechamos y de un afán de lucro que ha deshumanizado las relaciones en la comunidad.
El respeto a los santuarios de la vida, el cuidado de un ambiente limpio y respirable y una justicia distributiva y orgánica que evite opulencia y miseria son grandes retos del milenio
Estas graves transgresiones actuales afectan a las legislaciones insuficientes o incumplidas y a la conciencia personal destinada a cuidar la propia salud, evitar perjudicar la ajena, esforzarse en tratar a los demás como a sí mismo y dar a cada quien lo que le corresponde. ¿Quién quiere un futuro planeta de monstruos, asfixiados y despojados?…