"Han pasado 5 años desde aquél día en que aún dudaba. Siempre pensé que lo mejor sería que otro lo hiciera. Pero Dios tiene sus planes que nunca comprenderemos". 5 años de Ediciones Anab.
El 16 de julio del 2003, día de la Virgen del Carmen, fundamos nuestra pequeña editorial Católica, Ediciones Anab. La noche anterior escribí un pequeño manifiesto, que mi esposa y yo leeríamos juntos, en la Iglesia del Carmen, frente a la imagen de nuestra Madre Celestial. Recuerdo que empezaba así: “Dulce Virgen María, nos encomendamos a vos en este proyecto…” Un proyecto que me parecía imposible. ¿Cómo podría fundar una editorial? La verdad, era una empresa que estaba por encima de mis fuerzas. Por eso buscamos a la Virgen y le pedimos que nos diera su bendición.
Sin recursos, sólo con un sueño, la llevamos adelante.
Han pasado 5 años desde aquél día en que aún dudaba. Siempre pensé que lo mejor sería que otro lo hiciera. Pero Dios tiene sus planes que nunca comprenderemos.
Recién editamos 33 libros. Muchos han sobrepasado las 5 ediciones. “Para Encontrar la Paz”, “El Camino del Perdón”, “El Gran Secreto para obtener lo que le pedimos a Dios”, “Cómo ser Feliz”, “El Valor del Sufrimiento”, “Mi amigo Jesús”, “El Auxilio de María”….
Ahora enfrento experiencias y pruebas que nunca antes había vivido. Curiosamente nunca deja de llegar una voz de aliento en el momento justo que me motiva a continuar.
Hace unos días me encontraba en misa pensando: “Señor, mejor dejo esto y me dedico a otra actividad. Los mismos católicos me cierran las puertas. Uno se cansa…”
En ese preciso momento alguien me tocó el hombro.
Era un conocido.
— Claudio, tengo un amigo que te quiere conocer — me dijo en voz baja.
—Por supuesto — le respondí —. Tan pronto termine la misa, con mucho gusto hablamos.
Al terminar la misa me presentó una persona diciéndole:
— Éste es el que escribe los libros.
El señor y yo nos sentamos aparte. Me sonrió y me dijo:
— Quiero darle las gracias, por escribir, por sus libros… que tanto bien hacen. Hace unos días estaba desesperado. Estaba tentado a hacer cosas malas. Fui a la librería San Pablo preguntando si tenían algún libro que me ayudara. La encargada me respondió: “Lea éste, de Claudio de Castro, que lo ayudará”. Y ya ve, aquí estoy, más sereno. Pasé la tribulación… Gracias a usted.
— No — le respondí —, es gracias a Dios. A Él le debemos todo… Sólo a él.
Seguiré adelante. Siento que Dios me pide hacerlo. Compartir las vivencias que todos tenemos con el buen Dios, en la vida cotidiana. La Providencia, que nunca falta, el amor que nos envuelve…
Pero no puedo solo. Necesito tu apoyo y tus oraciones para seguir adelante.
Por favor, pide a Dios que bendiga este apostolado familiar, de la palabra escrita, Ediciones Anab.
Encomiéndanos a Dios.
Yo por mi parte, haré lo único que me queda por hacer, desplegar las velas del alma y dejar que Dios sople y nos lleve donde quiera.
http://www.edicionesanab.trimilenio.net/
Claudio de Castro (Panamá)