En este libro se aborda el tema de la adopción a lo largo de las diferentes etapas, desde que los futuros padres se empiezan a plantear la idea hasta que el niño está en casa. Está enfocado desde la convicción de que la paternidad y la maternidad, son una vocación…
En este libro se aborda el tema de la adopción a lo largo de las diferentes etapas, desde que los futuros padres se empiezan a plantear la idea hasta que el niño está en casa. Está enfocado desde la convicción de que la paternidad y la maternidad, son una vocación, una llamada que nace del Amor y que encuentra su respuesta en el amor al servicio de la vida. Es, por tanto, un don que supera los límites de la biología. “La adopción es una relación de elección y acogida- dice la autora-. Los padres elegimos serlo por este camino. Optamos por abrir nuestras vidas a unos niños que, como todos, tienen derecho a pronunciar las palabras mamá y papá y encontrar una respuesta. Y, aunque somos unos desconocidos, estos niños nos dejan traspasar el umbral de sus vidas inciertas, doloridas. Ellos son quienes nos acogen, los que nos abren sus limpios corazones de par en par”.
En la primera parte se tocan temas como las decisiones que hay que tomar al inicio (país de origen, edad, etc.) y los duelos que, en ocasiones, se han de superar; cómo viven los padres el largo tiempo de la espera de un modo activo, etc. En la segunda parte se abordan cuestiones como el encuentro entre los padres y el niño, la vinculación afectiva, algunas alteraciones psicológicas o físicas que puede presentar el niño, etc. La autora ha contado con los testimonios de muchas familias y también con las experiencias y los estudios de médicos, psicólogos, maestros, juristas, trabajadores sociales, etc.
El libro está dirigido a personas o matrimonios que quieren adoptar, pero también a los abuelos, los tíos, los amigos de los futuros papás y a profesionales como maestros, médicos, juristas, etc… Es decir, para cualquier persona que en algún momento se relaciona o se puede relacionar con una familia que se amplía a través de la adopción. La adopción es una realidad cada vez más grande, pero de la que aún se desconocen muchas cosas y de la que aún existen muchos tópicos.
Es un libro en el que se habla mucho de la apertura a la vida.
Para mí la adopción, como la maternidad o la paternidad biológica es eso, apertura a la vida. Los padres somos un medio de Dios para la vida. En el caso de serlo mediante la adopción la diferencia es que los niños han nacido de otros padres que por alguna circunstancia no les han podido atender y somos otros los que continuamos ese camino.
Tomar una decisión
Yo lo vivo, clarísimamente, como una vocación: la de ser madre. Para mí es una llamada que viene del Amor y a la que se da respuesta a través del amor al servicio de la vida. Llega un momento en el que decides dar respuesta concreta a esa llamada y a partir de ahí comienza un proceso que es como una gestación. Igual que una gestación biológica, también con algunos problemas y dificultades, pero siempre maravillosa porque estás en estado de buena esperanza. Mientras el niño que será tu hijo crece en cualquier lugar del mundo, tú también vas creciendo, vas madurando y te vas preparando para el encuentro y esa vida que vamos a iniciar juntos.
El tiempo de espera es largo
Demasiado largo. Sobre todo por los niños que están esperando en un orfanato. Comprendo que los padres necesitamos un tiempo de gestación, como te decía antes, pero hay que agilizar los trámites porque no es justo que los niños esperen tanto tiempo.
Cómo está planteado el libro
He tratado de describir cronológicamente el proceso de adopción, desde que el matrimonio o la persona se plantean adoptar un niño hasta que el pequeño está en casa, crece y un día sugiere a sus padres que quiere conocer el lugar donde nació, es decir, indagar en sus orígenes. Así, en la primera parte, abordo temas como las decisiones que hay que tomar al inicio (país de origen, edad, etc.) y los duelos que, en ocasiones, se han de superar; cómo vivimos el largo tiempo de la espera de un modo activo, etc. En la segunda parte trato cuestiones como el encuentro entre los padres y el niño, la vinculación afectiva, algunas alteraciones psicológicas o físicas que puede presentar nuestro hijo, etc. He contado con los testimonios de muchas familias y también con las experiencias y los estudios de médicos, psicólogos, maestros, juristas, trabajadores sociales, etc. A lo largo de todo el libro trato de ponerme tanto en el lugar de los padres como en el del hijo, sobre todo desde el punto de vista de los sentimientos, las emociones. La adopción, desde luego, es mucho más que unos trámites burocráticos.
A quién está dirigido el libro
Es un libro pensado también para los abuelos, los tíos, los amigos de los futuros papás y, como no, para los maestros, los médicos… Es decir, para cualquier persona que en algún momento se relaciona o se puede relacionar con una familia que se amplía a través de la adopción. La adopción es una realidad cada vez más grande, pero de la que aún se desconocen muchas cosas y de la que aún existen muchos tópicos.
Por ejemplo…
Pues hay mucha gente que dice: “¡qué obra de caridad vas a hacer!”. No, no es eso. Yo voy a ser madre, no una ONG. Yo voy a ser madre de una niña, no la voy a apadrinar, ni voy a hacer voluntariado. Aquí yo me implico de otro modo, contraigo una responsabilidad para toda la vida: voy a ser su madre. También existe la creencia errónea de que todos los niños que han sido adoptados, fueron abandonados por su familia biológica. Las causas por las que un niño queda bajo la tutela de una Administración son muy variadas: malos tratos, explotación laboral, negligencia,… pero en muchas ocasiones lo que ocurre es que su madre no puede hacerse cargo de su crianza y educación. En este caso, creo que es justo reconocer la generosidad y el amor de esas mujeres que, a pesar de las enormes dificultades, deciden llevar a término su embarazo, sabiendo que no podrán hacerse cargo de su hijo, para después entregarlo en adopción y que pueda vivir en una familia.
El papel de la fe
Si trato de que la fe esté presente en todos los órdenes de mi vida, ¡como no lo va a estar en algo tan importante como la maternidad! Existe un proverbio chino, muy usado por los padres que esperan a sus hijos, que habla de un hilo rojo que los une, ese hilo se puede tensar, pero nunca se rompe. Yo digo que me siento unida a mi hija, no por un hilo, sino por unas Manos que nos aprietan bien fuerte, a ella que está en México y a mí en España, y que cada día nos unen un poco más. Espero que nunca nos suelten…
Los vínculos del amor comienzan a establecerse prácticamente desde el primer momento de iniciar los trámites
Lo que comenzó siendo un deseo poco a poco se va convirtiendo en amor hacia un niño cuya presencia no sentimos físicamente, que tal vez tendrá unos rasgos muy diferentes a los nuestros, pero que va a ser nuestro hijo. Como dice Saint-Exupéry en “El Principito”, sabemos que “no es uno más entre cien mil chiquillos, para nosotros es único en el mundo, como nosotros lo seremos para él”. Este vínculo comienza a formarse sin la presencia física del niño, pero hay elementos externos que, desde el punto de vista emocional, ayudan a establecer esos lazos: la relación con otras familias, con el país de origen del pequeño, que es la cuna de nuestro hijo, etc. Después, tras el encuentro de padres e hijo, ese vínculo se va fortaleciendo día a día. Es cuando, realmente, adoptamos a nuestro hijo y, muy importante también, él nos adopta a nosotros como padres.
A veces ese proceso no es fácil
En las adopciones hay un porcentaje de fracasos del que no se habla apenas, pero es bueno conocer qué ocurre para tratar de poner soluciones y evitar un nuevo abandono. Los niños vienen con una mochila, la de su pasado, repleta a veces de experiencias negativas que pueden provocar unas conductas que hay que reconducir. Y, en ocasiones, somos los padres los que tenemos unas expectativas irreales respecto a nuestro hijo que, obviamente, debemos recomponer.
Qué ocurre si el niño dice que quiere conocer sus orígenes
Pues que es totalmente normal y los padres debemos apoyarle en esa tarea. Desde el primer momento hay que vivir y hablar de la adopción con toda naturalidad. Todos hemos de reconciliarnos con el pasado y, sobre todo, con esas personas, sus primeros padres, que no supieron o no pudieron atenderle. El odio, el recelo y la amargura son piedras enormes en el camino del amor. La decisión del niño de visitar el lugar donde nació e, incluso, conocer a su familia biológica, debe ser libre y personal, pero los padres debemos acompañarle en esta tarea, ayudarle a encajar las piezas que faltan en el puzle de su vida.
Datos técnicos:
Editorial: San Pablo
Colección: Psicología y Educación
Materia: Psicología – Educación
Tema: La adopción
Destinatarios: Todos los públicos, en especial, familias, padres, madres y educadores
Formato: 16,5 x 23 cm.
Páginas: 176
ISBN: 9788428534079
Reseña biográfica
María Ángeles Fernández (Madrid 1972) es diplomada en Enfermería por la Universidad Pontificia Comillas y licenciada en Ciencias de la Información, rama Periodismo, por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su carrera periodística en 1994 en Radio Televisión Diocesana de Toledo. Desde enero de 2001 dirige y presenta Últimas Preguntas en La 2 y en el Canal Internacional de Televisión Española. También dirige y presenta el programa Frontera y el boletín de noticias Buena Nueva, en Radio Nacional de España. Ha dirigido, entre otros, los documentales Biografía de Juan Pablo II y Peregrinos en Tierra Santa. Colabora en distintas publicaciones, como la revista Signo y el semanario mexicano El Observador de la Actualidad.
Por María Ángeles Fernández (España)