De hecho, no es mera casualidad que el equipo conste de un capellán y que sean varios los jugadores que asistan a sus misas. Ya se ha publicado alguna foto de Iniesta y Puyol, cuando eran niños en La Masia, cantando villancicos al Recién Nacido. ¡También el mundo del fútbol necesita de lo espiritual!
Comienzo diciendo algo importante: soy aficionado del Real Madrid. Y tal vez por eso, las líneas que ahora escribo posean algo de sinceridad y limpia admiración. Después de todo, al devoto del fútbol le gusta ver espectáculo: y eso fue lo que nos regaló el Barcelona en el partido contra el Manchester.
Me ha impresionado mucho la calidad técnica de los jugadores: los limpísimos pases de Xavi, la habilidad competitiva de Iniesta, la picardía atacante de Messi, la fuerza y buena defensa de Puyol y Piqué, etc. No cabe duda que todos ellos se merecieron el triplete que han conseguido este año.
Pero, si se me permite, yo les daría un nuevo trofeo; uno que, para mí, vale mucho más que los otros tres conseguidos a lo largo de este año. Es aquél que han conseguido por el auténtico espíritu de lo que el deporte debe ser; es aquél que les ha embolsado, no ya millones de euros, sino un crecimiento interior como seres humanos: el trofeo de la virtud.
De hecho, no soy el único que así lo piensa. El diario vaticano L’Osservatore Romano, comentaba que «el equipo catalán ha dado una lección de estilo en un ambiente con frecuencia mortificado por polémicas exasperadas y criminales violencias».
Esta caballerosidad y deportividad, que nos emocionó en el reconocimiento del equipo “Culé” al juego de su adversario inglés, la ha expresado de modo hermoso y sencillo el joven entrenador Pep Guardiola. Así nos lo dice el periódico vaticano:
«En su primera experiencia importante ha vencido la Liga, la Copa del Rey y el máximo trofeo continental. De él por tanto, se hubieran podido esperar declaraciones eufóricas de satisfacción. Y, sin embargo, las primeras palabras han sido una inesperada dedicación a Paolo Maldini, el capitán del Milán».
Además, Guardiola alabó la labor de sus muchachos en el ámbito deportivo, pero también en lo personal. Para él, el comportamiento digno y deportivo de jugadores como Xavi o Iniesta, es, justamente por eso, lo que los hacen los mejores jugadores hoy por hoy.
De hecho, no es mera casualidad que el equipo conste de un capellán y que sean varios los jugadores que asistan a sus misas. Ya se ha publicado alguna foto de Iniesta y Puyol, cuando eran niños en La Masia, cantando villancicos al Recién Nacido. ¡También el mundo del fútbol necesita de lo espiritual!
Sí, lo repito: el Barcelona se mereció el triplete. Este año han dado muestras de una calidad futbolística y humana dignas de admiración. Son campeones de verdad. Y yo, aficionado del Real Madrid, me pongo de pie para aplaudirles.