Quien conoce la prensa internacional, sobre todo la británica, sabe que el diario londinense The Guardian no es precisamente un amigo de la Iglesia católica o algo por estilo. Quizá sea esto lo que confiere un valor añadido al artículo publicado en sus páginas digitales el pasado 18 de agosto de 2011 (cf. «The pope draws 1.5 million young people to Madrid – but that’s not news?») sobre la BBC (la cadena pública británica) y su cariz tendencioso respecto a informaciones relacionadas con la Iglesia católica.
El artículo firmado por Andrew Brown inicia contextualizando la razón del discurso: «Si fuera un católico, estaría fastidiado con la BBC. El noticiero […] ha transmitido un servicio sobre la visita del Papa a Madrid concentrándose enteramente sobre las “miles” de personas que han protestado contra tal visita. No ha mencionado, ni siquiera una vez, la Jornada Mundial de la Juventud, el extraordinario evento católico de carácter global en el cual el Papa ha participado y que ha convocado en la capital española a un millón y medio de jóvenes de todo el mundo. Que se apruebe o no, es de todos modos un evento importante y, sobre todo, digno de nota porque contrasta con cuanto nos reportan los medios de comunicación. Y entonces, ¿por qué no se hace mención? Se podría pensar que esto es un ejemplo de prejuicio consciente contra los católicos, y tal vez lo es» (sobre las manifestaciones anti católicas en el contexto de la «JMJ» hemos publicado dos artículos con material video gráfico. Se pueden ver accediendo en el siguiente enlace).
En el mismo artículo de The Guardian el autor se refiere a los jóvenes participantes como la «quinta esencia del fuera de moda», motivo por el cual, aduce, los periodistas no los toman en cuenta: y es que van contra las ideas de moda que predominan.
La denuncia de The Guardian se extiende a otro gran medio de comunicación hasta ahora considerado serio: «No se trata sólo de la BBC. En internet escuche de la Deutsche Welle, la autorizada emisora alemana, un servicio que comenzaba así: “El Papa Benedicto XVI ha llegado a la capital española el jueves para participar en las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud. Su presencia en Madrid, y en particular el precio de la visita pagada por los contribuyentes, ha suscitado muchas reacciones en un país empantanado en la crisis económica. El miércoles pasado, cerca de cinco mil personas se han lanzado a las calles de Madrid para protestar contra la llegada del Papa en ocasión de la jornada de seis días. Entre los manifestantes había laicistas, feministas, homosexuales, grupos alternativos cristianos y de izquierdas”. Es verdad –continúa Brown–, las protestas son una noticia, pero la capacidad del cristianismo tradicional de atraer a una multitud de un millón y medio de jóvenes parece algo más digno de ser reportado, porque nos esperamos que haya personas que protesten contra el Papa, pero no nos esperamos que se presenten en gran número para apoyarlo o verlo».
Casi al final del artículo (se puede leer entero en su versión original en lengua inglesa en el siguiente enlace), Andrew Brown subraya que «El número de personas llegadas a Madrid para ver al Papa es trescientas veces superior a los de las protestas. Entonces, ¿cuál es el grupo más importantes al que se le debe dar cobertura?».
El diario oficial de la Santa Sede, L´Osservatore Romano (edición diaria en italiano del 20.08.2011, p. 5), retomó y publicó el artículo con una traducción íntegra en lengua italiana.
Más o menos en la misma línea de The Guardian iba otro artículo: el del director general del diario español El Mundo, uno de los más importantes a nivel habla hispana.
Más allá de las discrepancias que puede haber respecto a algunos párrafos puntuales, destaca la línea de valoración positiva respecto a la visita de Benedicto XVI a España e incluso sobre la Iglesia católica en general (tampoco se puede decir que este diario sea la panacea de la justicia periodística en lo relacionado con la información sobre el catolicismo. Bastaría recordar que el director de la sección de religión del periódico es un ex sacerdote heterodoxo).
Dice, por ejemplo, Pedro J. Ramírez que «si escucho siempre con interés y respeto al pensador profundo que hay en Benedicto XVI es “por si acaso” tiene razón». Y más adelante afirma que «…la Iglesia cumple hoy en España un saludable papel de contrapeso crítico frente a una legislación desequilibrada que desparrama derechos y omite deberes».
Dos párrafos de especial valor son aquellos donde apunta cuanto sigue:
«El Roma locuta, causa finita ya no rige en la sociedad española. Pero precisamente por eso tiene más sentido escuchar con atención a una institución como la Iglesia que forma parte de la médula de nuestra historia y que encima se expresa a través de un portavoz tan articulado y profundo como ese cardenal Rouco que admira a Edith Stein y, muy en sintonía con el propio Ratzinger, cita a los más variados filósofos en sus homilías.
De hecho el tono intelectual que caracteriza el papado de Benedicto XVI no sólo supone una inyección de consistencia para la Iglesia sino que también implica el lanzamiento de un guante que el racionalismo laico no tiene más remedio que recoger. De ahí la puerilidad de quienes han centrado sus críticas contra la JMJ en la cesión de espacios públicos con sus correspondientes dispositivos de seguridad o en la rebaja del transporte público a los asistentes. Al margen de que ya me gustaría a mí tener cientos de miles de usuarios adicionales de un servicio sin coste marginal, aun pagando el 20% de la tarifa, esto sí que es tomar el rábano por las hojas» (el artículo se puede leer completo en el siguiente enlace).
Así las cosas, no parece que una buena parte de la prensa esté siendo justa al momento de reflejar la verdad sobre ese hombre de 84 años, de mirada tímida, formas finas y palabras potentes, que es vicario del fundador de una Iglesia, la católica, que pese a los zarandeos –también mediáticos– sigue viento en popa por encima de titulares manipulados e informaciones tendenciosas.
Por Jorge Enrique Mújica | http://actualidadyanalisis.blogspot.com/