Juan uno de esos adolescentes que buscan la novedad en los teléfonos celulares, no para el servicio sino para divertirse ha encontrado lo que se le llama “sexting” para perder el tiempo. Es llamado “sexting” a los videos o fotos de tinte erótico, pornográfico y que regularmente se toman con el mismo celular. El origen de la palabra es fundado en las palabras en ingles: sex= sexo y texting= mensajear, regularmente se hace esto por celulares. En la mayoría de los casos esta acción no tiene una motivación propia, sino que simplemente lo hacen «por diversión» o para «ligar» con otros adolescentes. En Estados Unidos de Norteamérica la organización no gubernamental de prevención de embarazos imprevistos entre adolescentes ha estudiado este fenómeno, preocupada por el hecho de que un 20% de los jóvenes de entre 13 y 17 años ha mandado alguna imagen o vídeo suyo desnudo o semidesnudo, según datos de una encuesta. Lo hacen por imitar a otros, por broma o con la intención de burlarse de alguien conocido a quien le han encontrado sus fotos o videos en su página de redes sociales o en un celular extraviado.
Juan se hizo adicto a ver este tipo de material que un joven mayor le daba. Grande fue su sorpresa cuando en un video apareció su hermana cuando era abusada sexualmente en una fiesta después de haberla embriagado. Trató de buscar quien había tomado ese video para rescatar la dignidad de ella, pero ya era tarde el video había pasado a muchos celulares y alguien más lo había subido a Internet.
Las modas pueden ir y venir pero lo que nunca debe moverse en el joven debe ser su convicción de respetarse y respetar a los demás; de amar su cuerpo y no tratarlo como un objeto. Si el joven conoce a Dios va a respetar su vida y la de los demás. Como hijos de Dios no debemos seguir la corriente del mundo que constantemente nos invita a degradar nuestra vida. El amor, el respeto, la generosidad, la caridad deben ser aquellas credenciales de presentación que siempre debemos llevar puestas en la vida para poder dar testimonio de Cristo Resucitado en nuestras vidas. No dejes pues que las modas mundanas ocupen un espacio en tu vida.
Por el P. Modesto Lule msp
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