Obama pretende reformar los contenidos de fe y la moral católicas. Los obispos preparan a los fieles para el martirio de la marginación, el ostracismo social y la cárcel. La Iglesia no teme afrontar “una vuelta a las catacumbas”.
En todas las diócesis de Estados Unidos, comenzó el 21 de junio, convocada por los obispos, la Quincena por la Libertad (Fortnight for Freedom) que, hasta su conclusión el 4 de julio, multiplicará actos de toda índole en defensa de la libertad religiosa, amenazada por la pretensión del gobierno de Barack Obama de que las instituciones católicas contraten seguros para sus empleados que incluyan esterlizaciones, anticonceptivos y fármacos abortivos.
La basílica de la Asunción de Baltimore, fue escenario de una misa multitudinaria, durante la cual el nuevo arzobispo William E. Lori, Presidente del Comité para la libertad religiosa de la Conferencia Episcopal, glosó la figura de los mártires festejados ese día, Santo Tomás Moro y San Juan Fisher, martirizados por el rey Enrique VIII de Inglaterra por mantenerse fieles a la fe católica.
«Su valiente testimonio de fe sigue atrayendo las mentes y los corazones de las personas que anhelan la libertad auténtica», dijo el obispo en un templo de especial significación, pues fue consagrado, a principios del siglo XIX, como la primera catedral católica de Estados Unidos por el primer arzobispo católico del país, John Carroll.
La homilía de Mons. Lori concluyó con una estruendosa ovación, cuando puso el acento en el punto neurálgico atacado por el «mandato» del Secretaría de Salud del gobierno de Obama: no se trata sólo de imponer la cultura de la muerte, ni de cercenar la libertad religiosa forzando a personas e instituciones a actuar contra sus principios. Se trata, ante todo, de un intento por parte de Obama de redefinir el papel y la misión de la Iglesia.
La orden del gobierno, llamada contraception mandate, entrará en vigor el 1 de agosto para la mayor parte de los empleadores, y tiene una prórroga hasta 2013 para la Iglesia católica, en un intento de la Casa Blanca de no perder votos ante la posible reelección del presidente. Existe, además, una causa de inconstitucionalidad contra el contraception mandate, que debe dirimir la Corte Suprema.
Mons. Lori recalcó que la ley afecta a instituciones «que trabajan para el bien común, como hospitales, escuelas u organizaciones de caridad«, de lo que se trata es de «confinar a la Iglesia en la sacristía«.
«Jamás debemos permitir al gobierno -a ningún gobierno, de ningún partido, en ningún momento- que nos imponga una definición tan restrictiva de nuestra amada Iglesia«, dijo entre aplausos monseñor Lori, y recalcó que está en juego el apostolado entero de la Iglesia
Recomendamos leer la carta de los obispos: La primera y más preciada de nuestras libertades, no sólo por la doctrina que expone, sino por los preocupantes actos de persecución religiosa por parte del gobierno de Obama que en ella se registran.
Por Juan C. Sanahuja
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Es una vergúenza para el gobierno de Obama que pretenda pasar por encima de la doctrina de la iglesia, irrespetando, para mí claramente, la libertad de creencias y religión. Si el presidente no respeta la Constitución: ¿quién lo va a hacer? No me extraña que la corte esté de parte del presidente, todo es parte de la misma farsa. Bien hecho por nuestros obispos, adelante con la batalla justa.