El triunfo de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, nuestro poderoso vecino del norte, abre y a la misma vez cierra panoramas sobre el futuro inmediato y mediato en el mundo.
A mí no me cabe la menor duda de que lo que sucede allá nos repercute a todos aquí y allá, y de allí la importancia de conocer lo que hay detrás del triunfo de Obama para vislumbrar lo que nos puede suceder.
Con análisis de bote pronto, se puede deducir que más allá de la economía, el futuro no es muy halagüeño. Algunos números lo confirman.
Comencemos con el gasto militar. La Revista mexicana Contralínea de octubre de este año afirma que “el gasto (militar) actual sobrepasa la cifra máxima de los años de la guerra de Vietnam y de la era de Ronald Reagan”. Además, “el programa de atención sanitaria (apoyado por Obama) costará al pueblo estadunidense en 10 años la misma cantidad de dinero que invierte en un sólo año en la defensa y la seguridad nacionales”. Y aunque en el 2012 hubo un decremento en el presupuesto destinado al ejército sigue siendo superior al del año 2011.
Obama prometió hace 4 años cerrar Guantánamo, que aún hoy sigue operando. El ejército aún no se retira completamente de Irak y Afganistán. Lo cierto es que Obama fue nombrado Premio Nobel de la Paz por sus palabras, más que por sus acciones.
Respecto al trato a los migrantes, se han agudizado leyes en su contra, se ha seguido construyendo el muro fronterizo con nuestro país y han proseguido las deportaciones masivas. En este sentido, no se espera ningún cambio a favor de los migrantes, y sí una agudización de leyes estatales en su contra.
Respecto a la limitación de libertades, específicamente la religiosa, se prevé que ésta se siga restringiendo en los siguientes cuatro años. Obama, como ejemplo, no se ha movido en su decisión para que los patrones ofrezcan obligatoriamente servicios que contengan incluso anticonceptivos y abortivos, aún a aquellas instituciones que doctrinalmente no apoyan estas prácticas, como las instituciones religiosas. Este tema fue abordado anteriormente por quien esto escribe.
Para añadir más cuestiones de tipo ético-moral, con Obama se han abierto las leyes para considerar legalmente las uniones de parejas homosexuales como matrimonios y se han ampliado dichas leyes para que estas parejas puedan adoptar hijos, además de leyes pro-aborto y de legalización de enervantes como la marihuana para “uso recreativo”.
El cambio para los próximos cuatro años sólo se esperar para empeorar la situación.
El hecho de que el vicepresidente Joe Biden se declare abiertamente católico no ayuda para mejorar la situación, ya que éste actúa como si no lo fuera.
El grave problema para los cristianos estadunidenses, es que del otro lado hay más de lo mismo. No había para donde moverse, porque mientras Romney se declaraba en contra del aborto, apoyaba la pena de muerte. Y mientras Obama se ponía en contra de la pena de muerte, apoyaba el aborto. Ni uno ni otro, pues, en cuestiones de protección de la vida.
Los próximos años no serán fáciles para los cristianos, para ti y para mí, ni para los cristianos de allá. Son años de pruebas difíciles, en los que los cristianos tenemos que apuntalar nuestra fe, porque los ataques no serán poco ni fáciles. El Año de la Fe será época propicia para pedirle al Dueño de la Mies que aumente nuestra fe.
Mientras tanto, pórtense bien y con su actuar intenten ganarse un metro cuadrado de cielo. Nos leemos la próxima semana…
Twitter. @fermendoza5601. También estoy en notidiócesis.com con la columna A quemarropa.