La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, establecida por el Concilio Vaticano II a partir del documento Inter Mirifica, se celebra cada año el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés. El mensaje del Santo Padre para la celebración de la 48ª Jornada, que bajo el lema “Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro” se celebrará el 1 de junio de 2014, fue presentada el pasado 24 de enero -festividad de san Francisco de Sales, patrono de los comunicadores-. Este Mensaje muestra objetivamente el pensamiento y el sentimiento del papa Francisco hacia el objetivo de la comunicación en los medios, en internet y en las redes sociales. Presento un resumen de su contenido:
“Hoy vivimos en un mundo que se va haciendo cada vez más pequeño; parece que debería ser más fácil estar cerca los unos de los otros. El desarrollo de transportes y de tecnologías de la comunicación nos acerca, conectándonos mejor, y la globalización nos hace interdependientes. Sin embargo, en la humanidad aún quedan divisiones, a veces muy marcadas.
…Los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. Comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros, a estar más unidos… …Los medios de comunicación pueden ayudarnos en esta tarea, especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos. En particular, Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios.
…El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos. El deseo de conexión digital puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo, de las personas que tenemos al lado.
…La comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que tecnológica… …Si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, aprenderemos a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones. Pero también sabremos apreciar mejor los grandes valores inspirados desde el cristianismo, por ejemplo, la visión del hombre como persona, el matrimonio y la familia, la distinción entre la esfera religiosa y la esfera política.
…Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta… …Corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta hacernos ignorar a nuestro prójimo real.
No basta estar conectados, es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro… …La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas… …El compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador.
…Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar hasta los confines de la tierra. Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos.
…Estamos llamados a dar testimonio de una Iglesia que sea la casa de todos. ¿Somos capaces de comunicar este rostro de la Iglesia? La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de toda la Iglesia; y las redes sociales son hoy uno de los lugares donde vivir esta vocación redescubriendo la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo.
…No se ofrece un testimonio cristiano bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana.
…Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.
…El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios.”