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Invocación por la paz, en el Vaticano

La tarde del domingo 9 de junio, el papa Francisco concretó lo que nadie, nunca antes: juntar a los presidentes de Israel y de Palestina para invocar a Dios el don de la paz entre ambos pueblos. En los Jardines del Vaticano se desarrolló la iniciativa a la que el Papa invitó durante su peregrinación a Tierra Santa, a los presidentes Shimon Peres y Mahmoud Abbas.

El encuentro comenzó con estas palabras: “Nos hemos reunido los israelíes y los palestinos, los judíos, cristianos y musulmanes, para ofrecer nuestra oración por la paz para Tierra Santa y para todos sus habitantes”.

El encuentro se desarrolló en tres fases y siguió una conclusión. En orden cronológico comenzó la comunidad religiosa judía, a continuación la cristiana y después la musulmana. En la primera fase se alabó a Dios por habernos creado miembros de una sola familia humana. En la segunda se pidió perdón a Dios por no actuar como hermanos y por los pecados contra Él y contra el prójimo. En la tercera se invocó de Dios el don de la paz en Tierra Santa y la capacidad de convertirnos en constructores de paz. Una meditación musical concluyó cada una de las tres fases. Al final, antes de plantar un olivo como signo del deseo de paz entre el pueblo palestino y el pueblo israelí, tomaron la palabra el Santo Padre, el presidente Shimon Peres y el presidente Mahmud Abbas.

-El Papa resaltó que “Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez… Más de una vez hemos estado cerca de la paz, pero el maligno, por diversos medios, ha conseguido impedirla. Por eso estamos aquí, porque sabemos y creemos que necesitamos la ayuda de Dios. No renunciamos a nuestras responsabilidades, pero invocamos a Dios como un acto de suprema responsabilidad, de cara a nuestras conciencias y de frente a nuestros pueblos. Hemos escuchado una llamada, y debemos responder: la llamada a romper la espiral del odio y la violencia; a doblegarla con la palabra Hermano’. Pero para decir esta palabra, todos debemos levantar la mirada al cielo, y reconocernos hijos de un solo Padre. A él me dirijo yo, en el Espíritu de Jesucristo, pidiendo la intercesión de la Virgen María, hija de Tierra Santa y Madre nuestra. Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica”.

-El Presidente de Israel indicó que “En esta ocasión conmovedora, desbordantes de esperanza y llenos de fe, elevamos con usted, Santo Padre, una oración por la paz entre las religiones, naciones, comunidades, hombres y mujeres. Que la verdadera paz se convierta en nuestra heredad con rapidez y prontitud. Todos somos iguales ante el Señor. Todos somos parte de la familia humana. Por lo tanto, sin paz no estamos completos y todavía tenemos que cumplir la misión de la humanidad. La paz no se consigue fácilmente. Debemos luchar con todas nuestras fuerzas para alcanzarla. Para alcanzarla pronto. Incluso si requiere sacrificios o concesiones”.

-El Presidente de Palestina pidió: “Señor te suplico, en nombre de mi pueblo, el pueblo de Palestina -musulmanes, cristianos y samaritanos- que anhelan ardientemente una paz justa, una vida digna y la libertad; Señor te suplico que hagas que el futuro de nuestro pueblo sea próspero y prometedor, con libertad en un estado soberano e independiente. Concede, oh Señor, a nuestra región y a su pueblo, seguridad, salvación y estabilidad… Te pedimos, Señor, la paz en Tierra Santa, Palestina y en Jerusalén junto con su pueblo. Te pedimos que conviertas Palestina y Jerusalén, en particular, en una tierra segura para todos los creyentes, y en un lugar de oración y de culto para los seguidores de las tres religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo, islam- y para todos aquellos que deseen visitarla”.

El martes siguiente, 11 de junio, el parlamento israelí eligió a Reuven Rivlin como décimo presidente de Israel, un político que rechaza la creación del Estado palestino -aunque el Primer Ministro Benjamín Netanyahu sí aspira a la solución de los dos Estados- y que asegura que el territorio de Israel debe extenderse desde el Río Jordán hasta el Mediterráneo.

¿Podría, Reuven Rivlin obstaculizar los avances logrados por el papa Francisco? El tiempo, en breve nos lo dará a conocer. Mientras tanto, quiera Dios que, como dijo el Papa: “el maligno” no consiga impedir esta paz.

 

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