Tradicionalmente el tercer domingo de Adviento es el “Domingo de la alegría”.
Por ese motivo los ornamentos del celebrante son rosados (cuando se puede) y las velas de la Corona de Adviento en lugar de ser las cuatro moradas, hay una rosada que se prende en este domingo.
Como pueden comprender, los colores de las velas de la Corona tienen que ver con los ornamentos que usa el sacerdote en la Santa Misa.
Esa es la razón por el cual la liturgia nos da hoy motivos especiales de alegría para que vivamos la venida de Jesús como lo que es en realidad:
La alegría más grande. La mejor noticia. Lo más hermoso que ha vivido la humanidad.
En este día podemos entender un poco mejor por qué el Papa Francisco nos ha escrito su carta titulada “El gozo del Evangelio”. ¡El Evangelio es Jesús!
Leamos y meditemos con amor gozoso la liturgia de este día.
*La lectura de Isaías. ¡Bellísima!
Tres pensamientos:
-El Espíritu del amor y gozo está sobre ti, amigo. Lo que el profeta dice del Mesías se lo aplicó Jesús en la sinagoga de Nazaret y tú debes hacerlo tuyo también.
Léelo así: El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido el día del bautismo y de la confirmación para que haga el bien a todos y les descubra la buena nueva de Jesús.
-Ese Espíritu Santo nos hace desbordar de un gozo indecible porque me ha vestido un traje de gala que es la gracia santificante:
“Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas”.
-Toda esta belleza de Dios constituye el jardín más hermoso que podemos imaginar acompañado de la música más agradable, es decir, los himnos que entonan todos los pueblos a su Creador.
*El Magníficat.
La Madre nos ha dejado el más bello himno de alabanza para que glorifiquemos a Dios como lo hizo Ella.
Rézalo con el gozo de este domingo y mientras lo haces, recuerda tantos regalos y maravillas que Dios te ha ido regalando a lo largo de tu vida.
*Pablo invita a los Tesalonicenses a vivir siempre en la alegría y eso es lo que dice también para ti:
“Estad siempre alegres”.
Pero no se contenta Pablo con esta invitación. Nos da unos hermosos consejos para que nunca perdamos ese gozo profundo que nos regala Dios:
- Ser constantes en la oración.
- Vivir siempre en acción de gracias.
- No apagar el Espíritu Santo.
- Y examinarlo todo quedándonos con lo bueno.
- Guardarnos de todo tipo de maldad para que cuando venga el Señor Jesús nos encuentre dignos de Él.
Por lo demás, san Pablo nos recuerda que es la fidelidad de Dios la que respalda nuestras promesas:
“El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas”.
*El Evangelio nos presenta al Bautista en la descripción que hace de él el apóstol Juan:
-La presentación de Juan:
- Se trata de un hombre que Dios ha enviado como testigo de la luz, esa luz que es el Verbo de Dios.
- La humildad de Juan que pudo aprovecharse de la situación ya que todos lo tenían como alguien muy importante. Él afirma, sin embargo, que ni es el Mesías ni Elías ni ningún profeta especial.
Se define simplemente como una voz que repite lo que se le ordena.
Él ha venido simplemente a preparar los caminos del Señor. De todas formas Juan da a conocer su inmensa alegría al comunicar que el Mesías ya está aquí.
-Lo que más admiramos es la humildad de este Precursor que nos hace ver cuánto agrada a Dios esta virtud que Jesucristo escogió para ponerse como modelo:
“Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”.
Aprovechemos, amigos, este domingo importante para descubrir la alegría de saber cuánto nos ha amado Dios y cómo sólo por amor nos ha enviado a su Hijo querido, este Hijo que constituye, precisamente, el gozo del Padre:
“Este es mi Hijo, mi Amado, mi Predilecto”.
José Ignacio Alemany Grau, obispo