Me encontraba bajo sigilo, y por lo tanto no podía hacer público el gran acontecimiento que tuvo lugar en la catedral de San Luis Potosí, del que fui testigo además de participante; pero ahora, toda vez que ha transcurrido el tiempo necesario para que el papa Francisco fuese enterado, ya puedo decirlo: el miércoles 20 de mayo, hacia el medio día, se celebró el ritual del magno exorcismo de México, a puerta cerrada, con la participación del cardenal Juan Sandoval Iñiguez; monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de San Luis Potosí; el Padre José Antonio Fortea, demonólogo y exorcista; el Padre Carlos Spahn, exorcista; varios exorcistas más, los señores canónigos de Catedral, y algunos sacerdotes y seminaristas.
En el ritual, preparado por el Padre Fortea, se explica que “Estos ritos se realizan en diferentes puntos de la catedral. Creemos, estamos seguros, totalmente ciertos de que estos ritos tienen una efectividad real en el mundo de los espíritus. El poder entregado por Cristo a los Apóstoles pervive en los obispos y sacerdotes, y cuando Nuestro Maestro nos encargó que expulsáramos a los demonios, estamos seguros de que alejamos a los demonios. No vemos el mundo invisible, pero todo este ritual tiene un efecto en el mundo invisible. El presente ritual está cargado de ritos simbólicos, pero los demonios saben que esos ritos tienen efecto sobre ellos. La Iglesia tiene una labor de predicación y una labor de enviar la gracia a las almas, con los sacramentos y sacramentales; pero la Iglesia también tiene una labor de defensa frente a los poderes de las tinieblas. La Santa Iglesia Católica no sólo predica la Verdad, también defiende a las almas frente a las potestades y dominaciones de los infiernos”.
Debido a que el Magno exorcismo se celebró hacia el interior de la catedral, y a puerta cerrada, presento en seguida, por los grandes beneficios que esto traerá para nuestro país, los elementos principales del ritual.
1) Ritos de circunvalación:
La procesión recorrió el perímetro de la catedral, por dentro, y se detuvo a hacer un exorcismo a las milicias infernales en cada punto cardinal. A lo largo del recorrido hubo una sucesión de oraciones deprecativas y de fórmulas conjuratorias.
2) Conjuración al Norte:
– Oración deprecativa: “Señor, tú eres nuestra defensa y nuestro refugio; te pedimos que libres a tu Santa Iglesia de las trampas de los demonios y de las palabras crueles de sus perseguidores. Protégela bajo la sombra de tus alas, rodéala con el escudo de tu fortaleza y muéstrale la clemencia de tu salvación. Por Cristo, nuestro Señor. Amén”.
3) Conjuración al Oeste:
– Oración deprecativa: “Dios, Creador y Defensor del género humano, dirige tu mirada sobre tu santa Iglesia. El antiguo adversario desea atormentarla cruelmente, quiere oprimirla con fuerte violencia y desea atormentarla con cruel terror. Envía sobre ella tu Espíritu Santo para que la haga fuerte en la lucha, le enseñe a rogar en la tribulación y la defienda con su poderosa protección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
– Conjuración: “Te conjuro, Satanás, que engañas al género humano, reconoce al Espíritu de la verdad y de la gracia que repele tus insidias y confunde tus mentiras. Retrocede ante la Iglesia fundada por Dios, a quien el mismo Espíritu marcó con su sello poderoso. Retírate de este edificio que Dios hizo templo sagrado con una unción espiritual. Retírate de esta construcción material y de la Iglesia universal. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén”.
4) Conjuración al Sur:
– Oración deprecativa: “Escucha, Padre santo, el gemido de tu Iglesia suplicante; no permitas que tus hijos sean engañados por el padre de la mentira. No dejes que tus servidores, a quienes Cristo redimió con su Sangre, sean llevados a la cautividad del diablo; impide que el templo de tu Espíritu sea mancillado por los espíritus inmundos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
– Conjuración: Retírate, Satanás, en el nombre del Padre +, y del Hijo +, y del Espíritu + Santo; retírate por la fe y la oración de la Iglesia; retírate por la señal de la santa Cruz, de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén”.
5) Conjuración al Este:
– Oración deprecativa: “Dios justo y bueno, líbranos de aquellos enemigos que fueron expulsados de los cielos. Custódianos de aquellos agresores que lanzan flechas invisibles sobre las almas. Tú eres nuestra fortaleza. Con tu favor, veremos la derrota del Enemigo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén”.
– Conjuración: “Exorcizo a todo espíritu maligno que intenta atacar a la Iglesia. Exorcizo a todo poder satánico que ataca a la Iglesia. En el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesucristo, te ordeno que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios y zarandear a los elegidos. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
6) Invocación de los Santos Ángeles:
El Padre Carlos Spahn los invocó para que ayuden y protejan a la Iglesia: “San Miguel Arcángel, querubines de Dios, serafines de Dios, ángeles y arcángeles, protejan al Rebaño de Cristo de los lobos infernales (pausa brevísima). Escucha, Señor, la oración de San Miguel Arcángel y de todos los ángeles que te sirven. Dios de todo bien, impide la acción diabólica; Tú que eres la fuente de la verdad y del perdón, destruye las falaces insidias del diablo; Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
7) Conjuración hacia la Puerta del Abismo:
-La gran oración deprecativa: “Señor de la libertad y de la gracia, desata los lazos de la perversidad. Tú que amas y salvas al hombre, que escuchas paternalmente la oración de los apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos que con tu gracia vencieron las asechanzas del Maligno, protege a tu Santa Iglesia de todo ataque demoniaco, para que te glorifique con sus alabanzas. Libra al Rebaño de Cristo de los lobos infernales. Pon una muralla alrededor de tu Iglesia universal. Pon a tus ángeles alrededor de este templo. Aleja a los tentadores de esta ciudad. Pon en fuga de esta diócesis a los invisibles sembradores de la iniquidad, para que así reine la paz. Cierra las puertas del Abismo, cierra las compuertas del Infierno, cierra la salida del Averno. Que tu mano todopoderosa impida que salgan los poderes infernales, para que así tú seas glorificado con la concordia de tus hijos, con la alabanza de los renacidos del agua y del Espíritu. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
-Exorcismo, que pronunció el cardenal Sandoval revestido con la mitra y con el báculo en la mano: “Te exorcizamos, Serpiente Antigua, aléjate del Rebaño de Cristo. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, edificó su Iglesia sobre roca firme. Amén”.
Rito de la Percusio: “Señor, Rey del Cielo y de la Tierra, golpea los poderes del infierno (golpeó el suelo tres veces con el báculo). Dios Todopoderoso, por la intercesión de María Santísima e Inmaculada, golpea y aplasta a las potestades y principados rebeldes (golpeó por segunda vez el suelo tres veces con el báculo). Creador de todas las cosas celestes y terrestres, golpea, aplasta y quebranta a todas las jerarquías del Abismo. Vengan, santos ángeles de Dios, ayúdenos en esta tarea” (golpeó por tercera y última vez el suelo con tres solemnes golpes). Luego de la Percussio, otro sacerdote hizo el siguiente exorcismo:
“Te exorcizo, Serpiente Antigua, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda el santo signo de la Cruz + y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza. Señor, cierra la Puerta del Abismo. Que no salgan de ella hacia la tierra las potestades infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”. (Con estos exorcismos se ordena a los demonios que no salgan del infierno para atormentarnos).
8) Invocación a la Santísima Virgen María para que ayude con su intercesión a la Iglesia: “Virgen Santísima, terror de los demonios, no nos desampares. Ruega a Dios por nosotros. Protégenos como madre nuestra que eres. Nuestros enemigos son grandes, pero tú, Madre de Dios, eres más grande todavía (pausa brevísima). Escucha, Dios misericordioso, la oración de la bienaventurada Virgen María, cuyo Hijo encomendó a la Madre todos los hombres como hijos. Que resplandezca en tu Iglesia, todavía más, la luz de la verdad, que aletee en ella el Espíritu de la paz. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
9) Conjuración hacia la Puerta de la Iglesia, que es símbolo de apertura para que las almas entren, pero que también es símbolo de lo que se cierra para que no entren los que no deben entrar:
– Exorcismo: “Te exorcizamos, Serpiente Antigua, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, edificó su Iglesia sobre roca firme. Amén”.
– Un exorcismo más: “Te exorcizo, Serpiente Antigua, aléjate de este templo, aléjate de esta ciudad, aléjate de esta diócesis, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda Dios Padre +, te lo manda Dios Hijo +, te lo manda Dios Espíritu Santo +. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.
Unción de las puertas, en silencio: El Padre Fortea trazó dos cruces con el Sagrado Crisma, una en cada puerta, y otras dos cruces en el eje central del portón. La puerta es símbolo de acogida, pero también es símbolo de que la Iglesia se debe cerrar a todo aquello que no tiene cabida dentro de ella. Los demonios no tienen cabida dentro de la Iglesia, son sus enemigos, y lo único que hace la Iglesia respecto a ellos es expulsarlos.
10) Oración final: “Señor, Dios nuestro, que libras de las ataduras del pecado a tus hijos y los defiendes contra el Maligno y sus secuaces, haz que constantemente crezca nuestra esperanza de conseguir el premio de tu gloria. Por Nuestro Señor Jesucristo”. Luego vino la Bendición, y con un canto mariano terminó la celebración.
Recordemos que el 12 de diciembre de 2014, en la catedral primada metropolitana de la arquidiócesis de México, en la Santa Misa presidida por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, México fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de la Virgen María. Ahora, con el Magno Exorcismo celebrado el 20 de mayo en la catedral de San Luis Potosí, lo que resta es modificar nuestras actitudes para deponer toda acción de violencia y confiar, con la fe en Cristo-Jesús, en que pronto terminará la violencia en México, se reducirán sustancialmente los abortos y recuperaremos la paz. Oremos todos juntos para que así sea, en el nombre de Jesucristo.