Parte del contenido de la carta con la que el Papa Francisco comunica algunos de los beneficios espirituales que los católicos podrán obtener durante el Año Santo Jubilar de la Misericordia(empieza el 8 de diciembre de 2015 y finaliza el 20 de noviembre de 2016) ha terminado en la prensa.
En la carta hay un momento donde el Papa, tras haber reflexionado sobre la gravedad del aborto, anuncia que concede a todos los sacerdotes católicos el permiso para perdonar el pecado de aborto durante el año de la misericordia:
Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo. Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por dónde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza. El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre. También por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón. Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia.
No han sido pocos los medios que han reducido la carta a este campo o que simplemente han tergiversado el sentido de este permiso puntual, dando pie a equívocos. Uno de los diarios de mayor penetración en Latinoamérica, por ejemplo, titulaba así: «El Papa concede el perdón a las mujeres que hayan abortado» (El País 01.09.2015). Dichas así las cosas la impresión es que el perdón lo da el Papa y que ya estaría dado por lo que no haría falta hacer algo más. El londinense The Guardian va incluso más allá al afirmar: «Francisco dice a los sacerdotes que perdonen a las mujeres que tienen abortos. El Pontífice anula a los tradicionalistas dentro de la iglesia católica, antes de que el Vaticano aclare que no aprueba el aborto». En la misma línea va AFP: «Papa concede el perdón a católicas que hayan abortado» o el periódico El Mundo: «El Papa permite que se absuelva del aborto a las mujeres que lo hayan practicado durante el jubileo».
Quien conoce mínimamente la doctrina de la Iglesia sabe que uno de los sacramentos es el de la confesión y que en ella el penitente confiesa sus pecados pidiendo el perdón de Dios por medio del sacerdote. Siendo el aborto un pecado que supone la excomunión no todo sacerdote tiene las facultades para absolver de él. Sin embargo, como algo extraordinario, el Papa Francisco concede este permiso a todos los sacerdotes católicos durante el tiempo que dura el año de la misericordia. Por tanto, para que el perdón de Dios cobre efecto, quienes hayan incurrido en este pecado (no sólo las mamás, también quienes colaboraron directamente en el aborto –médicos, pareja que orilló, apoyó o pagó el aborto, papás que dieron su consentimiento, etc.), deben acudir al sacramento de la reconciliación.
Otra parte de la carta del Papa da un permiso de no poco valor considerando el estado de comunión imperfecta que la Fraternidad San Pío X (mejor conocidos como lefebvristas) tienen con la Iglesia católica. Considerando la sensibilidad de algunos católicos y habiendo escuchado el parecer de algunos obispos, el Papa llega a dar este otro permiso:
«[…] establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados»
De ordinario, aunque los sacerdotes lefebvristas lo son válidamente, dada su situación canónica y el modo ilícito en que fueron ordenados, no deberían administrar los sacramentos a los católicos en plena comunión con la Iglesia católica. Sobre esta determinación del Papa se ha pronunciado el órgano oficial de comunicación de la fraternidad en los siguientes términos:
“La Fraternidad San Pío X toma conocimiento, por la prensa, de las disposiciones que el Papa Francisco ha establecido con ocasión del próximo Año Santo. En el último párrafo de su carta dirigida, el 1° de septiembre de 2015, a Mons. Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, el Santo Padre escribe: “Por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.”
La Fraternidad San Pío X expresa su agradecimiento al Soberano Pontífice por este gesto paternal. En el ministerio del sacramento de la penitencia, ella siempre se ha apoyado, con absoluta certeza, en la jurisdicción extraordinaria que confieren las Normae generales del Código de Derecho Canónico. Con ocasión de este Año Santo, el Papa Francisco quiere que todos los fieles que desean confesarse con los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X puedan hacerlo sin ser importunados.
En este año de conversión, los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X procurarán ejercer con renovada generosidad su ministerio en el confesionario, siguiendo el ejemplo de dedicación infatigable que el santo Cura de Ars dio a todos los sacerdotes”.
Como se puede advertir, el perdón del pecado de aborto no es al que induce pensar cierta prensa simplificadora y sí es, en cambio, un gesto de mano tendida no sólo a pecadores sino también a quienes pueden regresar al seno de la Iglesia católica.
Jorge Enrique Mújica | «LinkNewsAgency»: News about religion, Church, life and family in media on Twitter