La cuenta del Papa en Twitter ha rebasado los 28 millones de seguidores, un número que sólo supera el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Dentro de estas cuentas (@Pontifex, en distintos idiomas) sobresale la que utiliza la lengua española, y destacaría que el tweet más compartido es una emotiva imagen de Francisco rezando frente a la Virgen de Guadalupe.
La presencia papal en esta conocida red sólo data del 12 de diciembre del 2012 (con Benedicto XVI) y desde entonces ha crecido de una manera impresionante. Recibimos mensajes del Vaticano en ésta y otras redes sociales y también ha sido exitosa la iniciativa de hacer un vídeo mensual con las intenciones del Papa. Al mismo tiempo se multiplican los blogs y páginas en las que aparecen reflexiones y mensajes cristianos para que lleguen a todas partes. Francisco lo decía con motivo de la pasada Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “También los correos electrónicos, los mensajes de texto, las redes sociales, los foros pueden ser formas de comunicación plenamente humanas”.
Es importante hacer un juicio sobre la utilidad de Internet como un medio de evangelización y, para ello, hay que pensar tanto en los contenidos como en las implicaciones del medio, así como en la dinámica propia del anuncio cristiano. Porque la forma que Dios ha elegido para la transmisión del cristianismo es una comunicación personal: necesitamos una carne que nos muestre -milagrosamente en sus imperfecciones – la Presencia de Dios.
Sabemos que el testimonio propio fortalece la Fe. La Pacific Sociological Association ha mostrado en un reciente estudio que esto también sucede si dicho testimonio se da a través de Internet. De la misma manera un trabajo del Observatorio Blanquerna liderado por Miriam Díez Bosch (Catholic Communities Online) demuestra la importancia de establecer lazos de comunicación en Internet para la colaboración y el crecimiento de las comunidades católicas.
Pero no olvidemos que el amor de Dios y su misericordia, aunque se puedan sugerir con una imagen o con una frase atinada, no pueden sustituir al Encuentro. Lo explica el propio Francisco: “La fe es un encuentro con Jesucristo, con Dios, y de allí nace y te lleva al testimonio”. Es aquello que suplicaba Czeslaw Milosz en su poema Veni Creator: “Despierta a un hombre dondequiera que sea en la Tierra y permite que, al mirarlo, pueda admirarte a Ti”