Impresionante el acompañamiento millonario al Papa en esa histórica Peregrinación a Fátima en el Centenario de las Apariciones de la Virgen, que aprovechó, Francisco, para canonizar a los hermanitos Pastorinhos fallecidos en su infancia, Jacinta y Francisco Martos.
Fátima y España son tierras tan próximas, que podemos decir que las Apariciones de la Virgen allí, no pueden sernos ajenas. De adolescente, oí a un sacerdote jesuita: “Cáceres y Fátima están cerca, en una recta. Lo que la Virgen les pedía a los pastorcitos, no iba sólo para ellos: los mensajes eran para todos” ( Siervo de Dios P. Tomás Morales). Y nos repetía la pregunta de la Virgen: “¿Queréis ofreceros a Dios … por la conversión de los pecadores…?”. Lo he recordarlo el 13 de mayo al escuchar, frente al televisor, estas palabras del Papa Francisco: «Hoy la Virgen María nos repite a todos nosotros lo que les preguntó hace cien años a los pastorcitos: ¿quieren ofrecerse a Dios? Y si le respondemos «¡sí queremos!», nos ofrece la oportunidad de entender e imitar su vida, en «una actitud de ofrecimiento al Señor».
Todos los fines de semana, una multitud inunda la Capellina y se extiende por la explanada; va allí a suplicar, a dar gracias y a ganar la indulgencia plenaria concedida por el Papa en el Jubileo del Centenario de las Apariciones. La Virgen dijo a los niños que rezaran el Rosario por el fin de la Guerra (1º Guerra Mundial) y la Paz del mundo, y les pidió “oraciones y sacrificios”, en especial, el cumplimiento del deber. Para que advirtieran la necesidad de orar, les enseñó el Infierno y les dijo que “van muchas almas al Infierno porque no hay quien se sacrifique y ruegue por ellas”.
Josefa Romo