A medida que la gente conoce lo que es la ideología de género y su imposición en los colegios, aparece preocupación social. En marzo de 2017, una manifestación millonaria en Perú contra el gobierno, con el lema “con mis hijos no te metas”, y, millón y medio de firmas. En agosto de 2016, masivas manifestaciones en varias ciudades de Colombia por la misma causa, con participación de padres, políticos y líderes religiosos.
La llamada “ideología de género” afirma, alegremente, que la cualidad de femenino o masculino en el ser humano no viene dada por la naturaleza sino por la cultura; que no se nace hombre o mujer, sino que cada cual elige su sexo entre una multiplicidad según las propias inclinaciones o deseos.
Esa ideología no lucha por el respeto a los homosexuales o “trans”, sino por la confrontación entre el hombre y la mujer. A través de la ONU, la impone, universalmente, el feminismo radical (detrás está el dinero de los lobbies). No es algo moderno, sino que parte de ideas decimonónicas, de las teorías de Friedrich Engels, alma gemela de Carlos Marx. Marx partía de la confrontación entre partes (el capital y el trabajo, para lograr la revolución social y el poder). Engels teorizaba sobre la confrontación del hombre y la mujer, para lograr la desaparición de la familia. Esta ideología se extiende no por el sentido común, sino por la machaconería, incluso a los niños pequeños en las escuelas, y por la imposición de silencio sobre lo que salta a la vista.
Sin respeto a las Constituciones de los Estados en materia educativa, no toleran opiniones contrarias, ni siquiera a los padres de familia. Como es imposición totalitaria, los gobiernos que la imponen por vía de ley, no permiten la libertad de opinión y de expresión.
Josefa Romo