La Iglesia desde tiempos antiguos, confiesa su fe en los Ángeles custodios, venerándolos en la liturgia con una festividad bastante especial, y recomendando a los fieles pedir su protección con una oración frecuente y desde el corazón.
Cada ser humano desde el momento de su concepción tiene un Ángel de la Guarda. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 336: “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”.
Entre la misión del Ángel de la Guarda se encuentra protegernos a cada uno de nosotros alentando nuestra vida en Cristo. Por ello San Juan María Vianney indicaba: “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa”.
En la Biblia, desde el Antiguo Testamento hay numerosas citas que hablan de los ángeles que custodian, como en Éxodo 23, 20-21: “Yo voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz”.
A continuación presentamos 3 claves para vivir a plenitud la preparación de la festividad del ángel de la guarda:
- Colócale un nombre: En muchas ocasiones ignoramos la presencia de estos seres celestiales. Recuerdo con afecto cuando mi director espiritual me encomendó colocarle nombre a mi ángel de la guarda para crear una relación más cercana y amigable con él. Hazte cercano a él y pídele bajo su nombre, que te acerque más a Dios. (*)
- Háblale como de amigos: Son muchas las oraciones que se tienen para esta devoción. Una de las claves más importantes es hablarle como de amigo. Cuéntale tus problemas y dificultades, el ángel de la guarda tiene como misión cuidar a su encargado en todo momento y lugar. Ten un diálogo amistoso con él y te darás cuenta de los efectos terapéuticos y espirituales que tendrán en tu vida. Los ángeles no están obligados por un cuerpo material como nosotros, para que puedan moverse muy rápido, a la velocidad de “pensamiento”. Si se le pide al ángel Custodio que ayude a alguien más, este estará de vuelta inmediatamente.
- Ora a los ángeles de la guarda de tus compañeros: Decía el beato Manuel Domingo y Sol que siempre orásemos a los ángeles de la guarda de nuestros cercanos. Entre ellos se comunican y brindan una cercanía inigualable entre las personas. Ser ángeles de la guarda unos de otros, es una hermosa tarea que nos deja el Señor, velar por el bienestar de nuestros hermanos, y ¿qué mejor que pedirle al ángel de la guarda de mi amigo que lo custodie y cuide?
Oremos a nuestro ángel custodio para que nos proteja de toda adversidad, pero en especial, para que nos acerque mucho más a Dios. Que su intercesión sirva de instrumento vivo para que los cristianos vivamos en unidad y seamos instrumentos de paz y misericordia. Que así sea.
Por Angelo De Simone
* Nota del editor: Sin quitar la importancia de ser cercano a nuestro Ángel Custodio, recomendamos también leer el artículo de Jorge Soley publicado en Religión en Libertad: «No pongáis nombre propio a vuestro Ángel de la guarda»