- La comunicación por Internet, via encuentro
personal, está dando para todo. Se ha convertido en el
milagro imposible que parece solucionar lo que aparentaba
imposible. Internet es un bazar, el gran bazar, el lugar
de compra y de venta, además por la vía rápida. Es muy
cierto lo que apunta Nicolás de Cárdenas, redactor de La
Razón digital: "la irrupción de Internet en el panorama
mediático cogió a la Iglesia católica un poco por
sorpresa. Sin embargo, hoy son múltiples los portales
electrónicos de contenido católico que han sabido hacer un
buen uso de la Red".
- Al parecer, católicas y católicos en Norteamérica
enfrentan serias dificultades a la hora de conseguir
pareja para formar hogar juntos como lo manda la Santa
Madre Iglesia. El ajetreo de la vida moderna, el no tener
un lugar fijo donde asentarse, el no poder acudir al
templo con la frecuencia deseada para ver si en el lugar
sagrado se topan con alguna mirada que agrade y de ahí en
adelante que compagine, son obstáculos para una decisión
en condiciones. Porque los católicos y las católicas
norteamericanos quieren casarse como Dios manda.
Pues a falta de estos acercamientos previos a la
ceremonia ahí está Internet, como mediadora, para
solucionar el entuerto. Una página web ha sido puesta a la
disposición de los interesados para que, con rapidez y sin
mucho escándalo, envíen sus respectivos curricula,
fotografía incluida, sus aficiones, oraciones preferidas,
nombre de los santos de su devoción, sus gustos y sus
disgustos como una especie de anzuelo para conseguir a la
persona anhelada.
- Hay personas que se encuentran sumamente agradecidas
por este invento de mediación cristiana y sacramental. Una
ha confesado: "Mi nuevo trabajo ocupa todo mi tiempo y
exige viajar mucho. Pero puedo decir honestamente que
vuestra web ha renovado mi confianza en que hoy existen
mujeres atractivas y educadas que también son católicas
practicantes".
- Pero, hombre de Dios, ¿desde cuándo la hermosura
femenina y la educación estaba descartada de la creencia y
la práctica católicas?. Lo triste es que para descubrirlo
haya tenido que esperar a la aparición de esta página
mediadora en Internet.
- Quizá estas páginas nos ayuden a desterrar no pocos
tabúes con respecto a la religión y a su práctica, que
buena falta nos hace.
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