La Ciencia y la Fe, dos ramas del sagrado árbol del alma humana, antes
de enfrentarse se complementan, se integran, nutriendo la mente y el
corazón del nuevo científico cristiano.
Desde hace algunos años surgieron algunas corrientes de pensamiento
proponiendo que la razón humana, y sólo a través de pruebas
llamadas "experimentos objetivos", es capaz de alcanzar la
verdad total sobre el mundo y el Universo negando como superstición
todo lo que no pudiera ser obtenido a través de un proceso que se
conoce como "El método científico". A esta corriente se le
ha conocido desde entonces como ciencia, aunque al pensamiento
erróneo generado por seguidores fanáticos se le conoce como
"cientifismo". Entre los aspectos de la realidad negados por
esta corriente de pensamiento se encuentra la existencia de Dios.
La razón de esta negación radica en la creencia, promovida por
esta corriente de pensamiento, en una forma de materialismo que
considera como uno de sus axiomas o principios fundamentales, y que
por tanto, para ellos, auto evidente y sin necesidad de demostración,
la imposibilidad de la existencia de DIOS. Aunque esa corriente de
pensamiento ha tenido que cambiar muchas de sus ideas fundamentales
varias veces a lo largo de la historia, debido a que la misma
investigación científica conforme progresa demuestra la
insuficiencia de la doctrina racionalista básica, estas ideas han
sido manipuladas y usadas como arma en contra de Cristo y de su
Iglesia, proponiendo, sin bases, la existencia de un enfrentamiento,
del todo artificial, entre la auténtica Ciencia, entendida como la
búsqueda honesta del conocimiento, y la Religión, creencia falsa que
desgraciadamente continúa propagándose a través de la educación de
nuestros jóvenes y de nuestros científicos, de los medios de
comunicación, etc., a pesar de que la realidad del mundo científico
actual de alto nivel ya no justifica el racionalismo tradicional y
fanático ni sus engendros como el materialismo y otras filosofías
derivadas.
Es el momento de descubrir este error, de hacer filosofía de la
ciencia de manera sana, honesta y abierta, porque el error radica en
las correspondientes concepciones filosóficas y no en la ciencia
misma. Un paso muy importante hacia ese objetivo lo ha dado la Iglesia
Católica a través de un documento pontificio, la Encíclica
"Fides et Ratio" de S. S. Juan Pablo II en 1998.
El pensamiento de S. S. Juan Pablo II
El día 16 de octubre de 1998, se cumplieron 20 años de la
elección del cardenal Karol Wojtila como el Papa Juan Pablo II. Y
estos 20 años de pontificado se han caracterizado por una
combinación especial: "La prudencia de la serpiente con la
sencillez de la paloma" como lo aconseja N. S. Jesucristo. Yo me
atrevería a decir análogamente que esta mezcla es el resultado de
una vida contemplativa, profunda vida de oración con una gran
actividad en el frente misionero, ante políticos y pobres, ante
científicos y mentes sencillas. En fin, 20 años de un pontificado
constituido por una mezcla clave: "La Fe y la Razón".
No es extraña tal actitud de su Santidad siendo como es un gran
estudioso, un gran filósofo de profesión y un místico por Gracia de
Dios. Síntesis gloriosa para este turbulento fin de milenio.
Las celebraciones de estos 20 años fueron coronadas por dos
acontecimientos que sintetizan el corazón y el intelecto de su
Santidad Juan Pablo II:
Primero: EI 11 de octubre de 1998, Juan Pablo II canoniza a Edith
Stein, judía conversa, intelectual universitaria, filósofa de
profesión, ayudante de Husserl, uno de los filósofos más
importantes del siglo XX, escritora de obras filosóficas y
posteriormente teológicas. Monja carmelita, muere en el campo de
concentración a manos de los nazis. Una Santa para los 20 años de
Juan Pablo II, una Santa para nuestro tiempo, Científica y Santa. La
razón y la Fe.
Segundo: Se publica la Encíclica número 13 de su Santidad, su
nombre "Fides et Ratio", "La Fe y la Razón" en
donde Juan Pablo II compendia el pensamiento de toda su vida y el de
la Iglesia sobre estos puntos a veces considerados, engañosamente, en
conflicto.
La gran búsqueda, la gran conquista
A raíz de estos felices acontecimientos, querido lector, te suplico
me permitas que te cuente un poquito de las maravillas de la
Creación, como las ve un científico cristiano y te invito a
maravillarte conmigo al contemplar cómo la naturaleza entera canta la
Gloria de Dios y de cómo esta maravillas han llevado cada vez a más
científicos en el mundo a replantearse su actitud hacia la existencia
de Dios y su posición ante la religión.
En julio de 1998 la revista Norteamericana Newsweek le dedicó la
portada a su artículo principal que se llamaba: "La ciencia
descubre a Dios". Y entre otros datos que se leían estaba el
reporte de que por lo menos el 60% de los científicos norteamericanos
de alto nivel creen ya en alguna forma de Dios.
Dante, el genio escritor del Renacimiento termina su gran obra:
"La Divina Comedia" con estas palabras tan poéticas como
provocadoras de reflexión: "Amor, fuerza que mueve al sol y a
las demás estrellas", y esto después de un fabuloso relato
sobre su visita imaginaria al infierno, al purgatorio y por fin al
cielo donde experimenta la visión beatífica de la Gloria de la
Santísima Trinidad, del Rostro de Dios tan buscado por Patriarcas,
Profetas, Santos, etc.
Amor, Fuerza, Sol, Estrellas. Conceptos que nos hablan de Dios, de
su potencia creadora y de la magnificencia de su Gloria expresada en
los Astros del Universo, de forma que no podemos olvidar al salmista
cuando alborozado canta: "¡Los Cielos cuentan la Gloria de
Dios!". (Sal. 19, 1)
Los Cielos, la morada de los dioses, donde los temores y sueños de
hombres primitivos fueron proyectados, donde las civilizaciones de
todos los tiempos sospecharon, intuyeron lo Grandioso, lo Glorioso, el
destino ansiado por el hombre de siempre cuya sed de infinito nunca es
apagada ni por los bosques, ni por las montañas, ni por los mares.
Amor y Estrellas: Gloria eterna, parecen palabras provenientes de
los sueños de un poeta místico, enamorado del todo y de la nada.
Todo parecía quedar en sueños imposibles, el hombre se debatía
entre sus sueños de volar, remontar alturas infinitas y la realidad
detener los pies fuertemente atados a la Tierra. Ser que sueña con el
Absoluto sin poder alcanzarlo. He allí la eterna melancolía del
hombre.
Pero un día el sueño inefable y por siempre presentido decidió
hacer irrupción en la historia humana, y desde los confines de la
Eternidad, el AMOR, así con mayúsculas se lanzó y se acercó a su
creatura por un tiempo alejada, para buscarlo, para sanar sus heridas
y su tremenda nostalgia y sobre todo para ofrecerse EL MISMO al
hombre, como consecuencia de su propio SER-AMOR.
La Física, la ciencia de la naturaleza
¿Dije Naturaleza? Sí, ¿pero qué tiene la Naturaleza que la hace
fascinante?, ¿por qué provoca en los que la contemplan o la estudian
el gran cambio que hace trascender toda limitación humana?
La Física es la ciencia experimental por excelencia, pero
recordemos que la palabra Física viene del griego y significa
"Ciencia de la Naturaleza". Por eso la tarea de los Físicos
es tratar de descubrir los secretos más ocultos de la Naturaleza,
usando para ello, la razón humana.
Para todo aquel que viva o haya pasado alguna temporada en el campo,
cerca de la naturaleza, no le parecerá extraña la experiencia de
contemplar las noches por la Luna y una cantidad impresionante de
estrellas, y al amanecer la Aurora con sus colores y a lo lejos las
nieves eternas de algún volcán de nuestro México pintadas de rojo.
Tampoco olvidará nunca el despertar con los cantos de los pajarillos
y tal vez ser testigo de la muerte en la Naturaleza, de cómo animales
y plantas simplemente cesan, en paz, en completa armonía con toda la
creación. Sí, ésta es la visión de la Naturaleza que muchos hemos
experimentado y que sin lugar a dudas deja huella en el Ser humano y
que siempre ha sido motivo de inspiración poética o de alabanza a
Dios.
Los Físicos han llegado a conocer mucho más sobre la naturaleza.
Han descubierto en primer lugar las dimensiones del Universo desde lo
más pequeño hasta lo más grande, han descubierto que la materia,
sillas, mesas, seres humanos, planetas y estrellas, está constituida
por unidades llamadas átomos, que a su vez tienen una organización
interna exquisita. Los átomos son muy pequeños y muy numerosos, pero
muy muy numerosos, de tal forma que una sola gota de agua está
formada por aproximadamente un 6 seguido de 23 ceros de átomos. Creo
que ni siquiera nos alcanza el renglón del cuaderno para escribir esa
cantidad y mucho menos podemos concebirla. ¿Te imaginas querido
lector la impresión de los científicos cuando descubrieron esto?,
son impresiones que necesariamente impactan la mente y el alma de
cualquier hombre de buena voluntad. Pero las sorpresas no terminan
allí. El camino es muy, muy largo y, lo que es más importante,
cuando más descubre el hombre, realmente descubre más preguntas que
respuestas, o sea que descubre más y más su profunda ignorancia.
Lecciones de humildad, si las sabemos aprovechar.
Lo muy pequeño y lo muy grande
El pequeñísimo átomo también tiene una estructura interna
maravillosamente simple pero capaz de ser la base para construir
cuerpos humanos y estrellas. El átomo tiene un núcleo en el centro
con algunas otras partículas alrededor, muy sencillo, ¿no?, pues
así es la Naturaleza, la sencillez es la mejor solución, la menos
cara y más funcional.
Ahora imaginemos que ampliamos el átomo al tamaño del estadio
Azteca, a tales dimensiones el núcleo solo ocuparía el lugar de un
garbanzo colocado en el centro de la cancha y los electrones (que son
las partículas que giran alrededor del núcleo) sólo serían
cabecitas de alfiler volando en la periferia del estadio, eso es todo.
¡Y con esto se construye el Universo entero!
Una experiencia que produce vértigo es explorar las dimensiones del
Universo como nos las presentan los modernos científicos.
Imaginemos un tinaco de los grandes, si ese tinaco fuera la Tierra
entera, el planeta en que vivimos, los océanos más profundos e
inexplorados con todas sus maravillas, no serían sino un rasguño de
2 mm. en la superficie del tinaco. Imaginen ahora que el Tinaco no es
la Tierra sino el Sol, ¿saben de qué tamaño sería la propia Tierra
comparada con el Sol-tinaco? Pues solo una pequeña cabecita de
alfiler.
El sol mismo no es más que una estrella común que vive junto con
nosotros en la periferia de un fenomenal conjunto de estrellas llamado
Vía Láctea, donde hay unos 400 mil millones de estrellas, algunas
mucho más grandes aún que el Sol. Pero eso no es nada, galaxias
(así se llaman tales conjuntos de estrellas) a su vez se reúnen en
conjuntos de millones de ellas para formar súper-conjuntos con
millones de conjuntos galácticos. Y si esto, querido lector, aún no
te ha causado mareo, hablemos de las distancias entre estos objetos
del cosmos.
La velocidad de la luz en el vacío es de 300,000 Km/seg. pero creo
que un número no nos dice nada, tal vez sea más ilustrativo pensar
en el hecho de que la luz es capaz de dar 7 vueltas y media a la
Tierra en un segundo. Es sin duda una velocidad enorme, por cierto la
velocidad más grande que un cuerpo o radiación puede alcanzar en el
Universo. Pues bien, a esta increíble velocidad, la luz del Sol tarda
en llegar a la Tierra 8 minutos y la luz de la estrella más cercana
tarda en llegar a la Tierra 4.3 años. Por eso las distancias
astronómicas se miden en una unidad llamada "Año-luz" que
es la distancia que la luz recorre en un año y que definitivamente es
inmensa. Pensemos ahora en el hecho de que la distancia que nos separa
de la galaxia más cercana es de 1.5 millones de años luz. ¿Qué
podemos decir entonces sobre la inmensidad de los conjuntos de
galaxias y los súper-conjuntos?, y esto es solo lo que conocemos
hasta ahora.
Sin duda el salmista tenía razón cuando cantaba "Cuando
contemplo el Cielo y la estrellas, obra de tus manos, ¿qué es el
hombre para que de él te acuerdes... Los cielos cantan la Gloria del
Señor, una noche transmite su mensaje a otra noche...". Esto es
lo que ven los científicos. Por eso no es extraño que astrónomos de
renombre como el norteamericano Sandage, eminente astrónomo alumno de
E. Hubble, pacient Explorador de la estructura y origen de todo el
Universo, y otros que después de una vida dedicada a ver diariamente
galaxias y galaxias a través de los grandes telescopios, ahora
proclamen por todas partes su Fe en Dios y se unan a los cielos que
tanto han amado en su canto a la Gloria del Señor. No es extraño que
algunos Astronautas después de un solo viaje al espacio exterior
regresen y dejen todo por dedicarse a alguna labor religiosa como
predicar el Evangelio.
Polvo de Estrellas
Desde los tiempos de Sandage los telescopios han evolucionado mucho.
Ahora, con el telescopio Hubble puesto en órbita terrestre por la
NASA, los azorados ojos de los astrónomos han podido ver no solo
formas cósmicas de enorme belleza, sino también observar cómo de
nubes cósmicas llenas de colorido y belleza están surgiendo como de
una matriz estrellas nuevas para poblar el Universo. O ver estrellas
en el momento de su muerte, supernovas en el momento de estallar,
regando por el Universo el polvo que se cocinó por millones de años
en su interior y que ahora tiene las características para poder
constituir planetas y tal vez cuerpos de seres inteligentes. Eso
parece habernos pasado a nosotros también, Dios no escatimó Gloria
para crearnos. Por eso el conocido astrónomo Carl Sagan decía algo
muy bello: "Somos polvo de estrellas".
Y todo esto sin mencionar las maravillas descubiertas en el cuerpo
humano, en la vida, a través de la Biología, que es donde encuentran
la gloria de su aplicación las leyes que gobiernan a los átomos y al
Universo. Donde estamos en presencia de la más fabulosa armonía, la
simplicidad de la complejidad, la belleza y la elegancia en fin.
La Ciencia y la belleza de la Naturaleza
No debe extrañarnos que la belleza de la naturaleza y no
precisamente el método científico experimental y riguroso haya sido
la inspiración de los más fabulosos descubrimientos. Albert Einstein
construyó su monumental "Teoría de la Relatividad General"
sin ninguna base experimental previa; él sólo confiaba en que la
naturaleza es bella y armoniosa y sintió con fuerza que la belleza de
la naturaleza sería más evidente para su entendimiento si en la
naturaleza operaran leyes como las que propuso en esta teoría. Fue
hasta después cuando otros científicos se dieron a la tarea de
comprobar experimental y observacionalmente las predicciones de
Einstein, teoría que hasta ahora ha pasado ya muchas de las pruebas.
De esta teoría, basada en la gran sensibilidad ante la belleza y
armonía del Cosmos que Einstein poseía, se deducen cosas
maravillosas como los viajes a través del tiempo, los múltiples
universos, etc., que aún esperan la prueba rigurosa.
La primera teoría de Einstein, la Teoría de la Relatividad
Especial sí fue hecha con base en muchos experimentos hechos antes
que él a los cuales no se les hallaba explicación. Einstein
simplemente armonizó los datos y encontró la solución y de paso
descubrió cosas tan enigmáticas pero ciertas como el hecho de que la
materia es energía y la energía es materia. Suena fantástico, pues
bien, si pudiéramos convertir una silla completamente en energía,
podríamos tener energía eléctrica para abastecer a la República
Mexicana durante 10 años o tal vez más. Claro, nunca falta quien
decide aplicar los más bellos descubrimientos para el mal y esto
constituye la base de las bombas atómicas capaces de destruir varias
veces nuestro planeta entero.
Con razón una frase sabia dice: "Ciencia sin Dios solo crea
demonios", en cambio la ciencia (como dice S. S. Juan Pablo II en
su Encíclica "Fides et Ratio") revestida de la Fe, es
transformada, de alguna manera redimida; el intelecto humano se
agudiza y es capaz de ver mucho más allá y gozar de Dios ante la
grandiosidad de sus Obras en la Humildad y la Contemplación, en el
Silencio del corazón donde Dios habla y educa como ni Einstein
soñó. Así la ciencia revestida de Fe se transforma en una forma
más de reconocer a Dios, como lo hacían los antiguos filósofos, y
es que el lema del científico debería ser siempre, la palabra de
Jesús: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios" (Mt. 5, 8). Si la contemplación científica de la
Naturaleza puede transformar corazones duros, materialistas y
racionalistas, ¡Cuánto más podría hacer tal contemplación de la
Naturaleza si se hace con un corazón limpio porque ha sido lavado con
el agua del costado de Cristo crucificado!
La ciencia se humilla ante la Ciencia
Si bien la mayoría de los científicos más brillantes cayeron en
la cuenta, después de todo esto, de que la existencia de Dios era
algo que los Cielos y la Naturaleza han estado gritándonos por
siglos, muchos continuaron con la soberbia del racionalismo fanático,
el eterno mal del hombre: erigirse en dios de sí mismo, causa de
todas sus desgracias y amarguras. No en balde a la entrada en MIT en
USA, donde se educan los mejores cerebros del mundo en la ciencia y en
la tecnología, aparece un letrero que incita a los que entran allí:
"Y seréis como dioses" ¡Las palabras del demonio!
Pero bueno, ¿cuál es el verdadero alcance de la razón humana?
¿podemos considerarla capaz de todo conocimiento como lo afirma la
posición racionalista o el cientifismo? Así lo creyeron muchos,
endiosaron a la razón humana y siguieron en sus investigaciones con
la creencia (¿una forma perversa de fe?) de que la razón humana
basta y lo puede todo.
Pero sin embargo, al avanzar en la investigación científica, la
misma naturaleza le respondió al hombre y se demostraron las
siguientes cosas sorprendentes y que destruyen los fundamentos de todo
pensamiento racionalista fanático:
1. La lógica Aristotélica, en la que se fundamenta el
racionalismo, basada en la conjunción, las disyunción, la negación,
el principio de no contradicción, etc. ¡No funciona para explicar el
funcionamiento del microcosmos o sea de lo muy pequeño, de las
dimensiones atómicas! El impacto fue mayúsculo a principios del
siglo XX, tanto que el mismo Einstein no pudo aceptar jamás que tales
descubrimientos fueran correctos y hasta la fecha se sigue buscando
una teoría más acorde con las afirmaciones del racionalismo sobre la
superioridad absoluta de la razón humana. El hombre no se resigna a
no comprender en qué consiste este hecho.
Cuando se estudian los objetos más pequeños del Universo, que las
partículas constituyen los átomos, mundo llamado subatómico,
resulta que nada funciona como debiera, según nuestra cada vez más
evidentemente pobre lógica humana: las partículas de materia a veces
son ondas y esto tiene tremendas consecuencias totalmente probadas que
contradicen la razón humana y que solo pueden expresarse con
ecuaciones matemáticas cuyo significado no se comprende, habiendo
divisiones aún entre los científicos sobre su interpretación. Y la
teoría "totalmente ilógica" que se derivó, llamada
Mecánica Cuántica, ha sido la más exitosa de toda la historia de la
ciencia, a ella se le deben los transistores, los chips de
computadora, los diodos láser, etc., etc.
Un ejemplo de los contrasentidos (desde el punto de vista de la
razón humana) de esta teoría es el siguiente: La lógica nos dice
que si lanzamos una bollita de papel contra una pare de cemento la
bolita de papel siempre se quedará de nuestro lado, pues bien, la
Mecánica Cuántica predice que la bolita quedará de este lado, y a
veces del otro lado de la pared!!! Otro ejemplo: La mecánica
cuántica predice correctamente que una pelota rebotando de un lado a
otro entre dos paredes en ciertas ocasiones nunca pasará por el
centro!!!!
Claro que esto acontece con más evidencia en el mundo de lo muy
pequeño.
Cuando el grupo internacional de grandes científicos creadores de
la Teoría Cuántica se dieron cuenta de todo esto, experimentaron la
sensación de estar en la caverna de Platón donde tomaron conciencia
de que era altamente probable de que lo que estaban viendo eran solo
sombras, sombras proyectadas por una fuerte luz atrás de ellos en la
cual no habían reparado, distraídos por las sombras, y muchos, ante
esa toma de conciencia, comenzaron a voltear hacia la luz, y al
plantearse problemas teológicos, muchos tomaron una actitud más
cercana al misticismo. Había quienes hablaban de que el Universo se
parecía más a un gran pensamiento que a una gran máquina.
Conversaban entre ellos sobre la existencia de Dios y dejaron escritos
sobre estas reflexiones que todos podemos consultar. Otros se pusieron
a explorar las fronteras y profundidades de la mente, como el genial
Wolfgang Pauli que escribió un libro junto con el gran psicólogo
Carl G. Jung sobre un asunto común a la Física y a la Psicología,
la Sincronicidad, tema interesantísimo.
2. Un matemático llamado Kurt Gódel afirma que pueden existir
verdades sobre la teoría de los números que no pueden deducirse
lógicamente de un conjunto de axiomas. Esto es, podrían existir
verdades que no pueden ser alcanzadas a través del uso de la lógica
a partir de una serie de supuestos básicos. ¡Gran sorpresa!
3. Se descubre que el cerebro humano no solo usa la lógica
aristotélica sino que muchas de sus importantes capacidades como la
creatividad se basan en algo nuevo y superior, en la llamada
"lógica de patrones", y que el uso de la lógica
tradicional más bien obstaculiza la creatividad, por lo que aparecen
propuestas de métodos para crear fuera de la lógica conocida y el
método científico como el Pensamiento Lateral.
En conclusión, ni la razón humana es Dios, ni la religión debe
ser considerada opuesta a la razón.
La otra parte de la historia comienza con el descubrimiento de que
el Universo tuvo un principio, inició de alguna manera. Es la famosa
teoría del Big-Bang. Aún están por allí tratando de comprender
algunos cómo el Universo pudo crearse a sí mismo, rompiéndose la
cabeza, y otros simplemente miran hacia el cielo, y con lágrimas en
los ojos caen de rodillas abrazando la Fe. .
El hombre ante la existencia
El viaje a través del mundo de la ciencia moderna es un viaje
alucinante, nosotros no hemos hecho sino dar un pequeño atisbo. Pero
eso también es lo que han hecho los científicos, dar un atisbo a la
Gran Realidad. Son y somos como niños jugando en la playa del Cosmos
maravillándonos de encontrar una concha más pulida que otra,
mientras frente a nosotros se extiende el gran océano del
conocimiento ignorado.
¿Esto es motivo para estar inquietos? no, la naturaleza entera
parece amarnos y protegernos como una madre amorosa, nuestro mismo
cuerpo nos ama, sabe qué hacer para que vivamos sanos y felices,
¿amamos igual a la naturaleza y a nuestro cuerpo?
Ante esto recordemos una frase de Víctor Hugo, el escritor francés
enfrentado al problema de la existencia del hombre en la grandiosidad
del Universo: "Hombre, no temas, la naturaleza sabe el gran
secreto y sonríe". Sí, la naturaleza como reflejo exquisito de
su Creador nuestro Padre, podríamos decir que conoce el gran secreto
Cósmico y aún así nos da mensajes de Paz y Armonía, repitiendo
ante nuestra Soledad existencial. 'Todo está bien", "todo
es maravilloso". Dios nos dice: "No temáis, SOY YO".
Dios hace Ciencia para nosotros
La historia de la Ciencia y la Fe apenas comienza. Recientemente
apareció un libro escrito por un Físico serio. La mitad del libro es
una explicación y la segunda está llena de complejas ecuaciones
cosmológicas. El título del libro es increíble, se llama: "La
Física de la Inmortalidad". Este señor hace una proyección al
futuro del Universo a partir de las ecuaciones conocidas hasta hoy.
Nadie lo había hecho antes, todos habían dirigido su atención hacia
el pasado del Universo. Pues bien, para sorpresa aún de este
científico ateo y antirreligioso, las ecuaciones mostraron que debe
existir la vida eterna después de la muerte, que debe existir Dios,
etc., etc.
Y la coronación de toda esta búsqueda de la Verdad por el hombre
que es la Ciencia, es la búsqueda que Dios hace del hombre para
regalarle la Verdad. Últimamente a través de nuestras mismas
herramientas científicas con las que pretendíamos negarlo y hacerlo
desaparecer, dramáticamente Dios y su Amor se hace presente en los
laboratorios espaciales de la NASA, en las Universidades más
importantes. Con señales producto de su Misericordia ante nuestra
necedad. Y así comienzan a aparecer los indicios científicos de la
resurrección de Cristo en la Sábana Santa de Turín y los fenómenos
por todos conocidos en la imagen de Nuestra Señora del Tepeyac.
Oración
Que Nuestra Señora de Guadalupe, la que le pisó la cabeza a la
serpiente, la mujer soll, salve a nuestra Patria y a Mundo de la
soberbia, y nos conduzca siempre hacia el conocimiento de todo, sí,
de todo, pero siempre según el Santo Espíritu de Dios. Fuera de eso
nada queremos, para que al fin todos podamos compartir para siempre el
"Amor, la fuerza que mueve al Sol y a las demás estrellas".
"La antigua pregunta por la relación entre ciencia y fe no ha
quedado superada con el desarrollo de las ciencias modernas, al
contrario; precisamente en un mundo cada vez más científico descubre
toda la importancia y la fuerza vital que encierra"