La felicidad de Jesús en la Cruz
Al principio sólo vio en el rostro… arrugas de preocupación y tristeza; no obstante, al mirar con más atención advirtió que detrás había una gran alegría: un manantial de alegría que si empezaba a brotar bastaría para que todo un reino estallara en carcajadas. J. R. R. Tolkien, El Señor de
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