Págame lo que me debes
Reflexión dominical para el 11 de septiembre de 2011. Qué ridículo queda el siervo poderoso de que nos habla el Evangelio de hoy. Lo llamo “poderoso” porque tenía una deuda de millones, si lo traducimos a nuestras monedas. Jesús, como buen pedagogo, nos da una lección magistral. El siervo poderoso, ante
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