Con gran gozo en el espíritu, la Iglesia católica en México vivirá un acontecimiento de gracia: la canonización este 15 de octubre de monseñor Rafael Guízar y Valencia, primer obispo santo nacido en el continente americano.
Con gran gozo en el espíritu, la Iglesia católica en México vivirá un acontecimiento de gracia: la canonización este 15 de octubre de monseñor Rafael Guízar y Valencia, primer obispo santo nacido en el continente americano.
Decía monseñor. Guízar que «el que huye de Dios se aparta de la verdad y se precipita en el abismo del error». Estas palabras nos invitan a poner nuestra confianza en el Señor, a escucharlo y a entender que el ser humano descubre su dignidad y grandeza reconociéndose criatura hecha a imagen y semejanza del Creador.
San Rafael es un gran ejemplo de entrega y servicio a los demás; su personalidad y su intenso celo apostólico, probado por las graves dificultades de su tiempo, manifiestan que es posible entregar la vida en beneficio de los más necesitados, aún ante inmensas adversidades, y con el testimonio transformar a los diversos sectores de la sociedad. Este es el camino que conduce a la fraternidad y al establecimiento del Reino de Dios que es «Justicia y Paz y gozo en el Espíritu Santo» (Rom 14, 17).
Los obispos de México invitamos al pueblo cristiano a elevar una oración de gratitud y alabanza a Dios por el regalo de San Rafael. Hagamos de su canonización una fiesta para promover la paz, la unidad y la concordia.
Que el recuerdo y testimonio de san Rafael Guízar y Valencia siga avivando el deseo de justicia entre todos los mexicanos y renueve el compromiso de trabajar, ojalá tan generosamente como él, en la búsqueda de una sociedad más justa y fraterna.
Por los obispos de México,
+ José Guadalupe Martín Rábago,
Obispo de León y presidente de la CEM
+ Carlos Aguiar Retes,
Obispo de Texcoco y secretario general de la CEM