El Padre Juan Rivas L.C. es fundador del movimiento “Hombre Nuevo”, que comenzó en Estados Unidos hace más de 20 años.
¿A qué necesidad respondió la fundación de hombre nuevo, dentro del gran campo de la Evangelización? ¿Cuál era su objetivo?
Propiamente, fue una iniciativa del Papa Juan Pablo II en su primera visita a los EEUU, cuando dijo que la Iglesia estaba perdiendo terreno en los medios de comunicación. Recuerden que un tiempo en EEUU estaba muy fuerte Fulton Sheen y después de Fulton sheen no se hizo nada. Entonces el Santo Padre mandó a los legionarios de Cristo a hacer algo para darle una fuerte voz a Cristo en los medios de comunicación. Esa fue la necesidad, la iniciativa…
¿Usted tenía alguna experiencia en medios de comunicación, Padre, o tuvo que aprender?
Yo creo que todos los sacerdotes en algún sentido somos comunicadores, somos evangelizadores, y pues hemos tenido siempre el mejor maestro, que es Cristo, y tenemos el mejor mensaje, que es el Evangelio
¿Fue fácil? ¿Hace cuánto tiempo comenzó?
No fue fácil, porque yo comencé de manera difícil, es decir, a mí me lanzaron a la televisión, este fue el programa de 1984. Me ordené a finales del 82 entonces propiamente empecé a ser sacerdote en los medios de comunicación. No fue fácil porque la Televisión impone, es un medio muy difícil, y además a mí me cuesta mucho sonreír ¿verdad? Pero poquito a poquito aprendemos de las técnicas y puedo decir que al final de ese período de televisión me sentía bastante confortado. Y después comencé yo por mi propia parte lo de la radio, que considero la radio mejor medio evangelizador, más adaptado al Evangelio que la televisión,
¿Ha tenido algún descalabro?
Sí, al principio, muchos descalabros porque… piensa que comencé en la televisión, y la televisión crea mucha imagen, una personalidad, y la gente te saluda, te reconoce en los supermercados, en la calle, y cuando se cayó lo de la televisión… yo creía que era muy fácil poder yo solo hacer la televisión y ya me di cuenta de que no es así. Se cree que es fácil porque ya estás en la televisión o porque tienes cierta fama que puedes hacer las cosas y la verdad es que me llevó tres años o cuatro años todavía el poder dar el primer paso a la radio y pues aprende uno a golpes que no es no’más cuestión de que te pongan ahí, y lo más difícil es, partiendo de nada, de cero, construir un apostolado en los medios de comunicación. Y propiamente la que nos sacó adelante fue la Virgen de Guadalupe, a ella le encomendé el apostolado, y, gracias a ella tuvimos por primera vez en 1987 el programa de radio.
Los que tenemos la suerte de tener EWTN lo hemos visto en televisión y vemos que, con 20 años de experiencia, ahora se le da maravillosamente.
Sí, la segunda etapa en la televisión comenzó en 1997/98, pero ya con mucha experiencia de radio. Curiosamente me sucedió lo mismo que a Fulton Sheen: Fulton Sheen comenzó también en la radio y la radio exige mucho en cuanto a preparación, en cuanto a clarificación de conceptos, y creo que esa experiencia de radio me facilitó ahora muchísimo hacer mejor las cosas en la televisión.
Las condiciones, la situación de la Iglesia y de la sociedad, ¿Han cambiado desde que comenzó hombre nuevo?
Sí, yo creo que sí han cambiado, y muchísimo y para bien gracias al Papa Juan Pablo II. La Iglesia está en un nivel de prestigio muy grande, en EEUU y yo creo que en todo el mundo ha habido grandes conversiones al catolicismo, sobre todo entre gente preparada, intelectual, pastores protestantes. En este sentido ha cambiado mucho. Ha cambiado mucho en el sentido del ecumenismo. Incluso yo me ha vuelto más ecuménico. Yo no lo era tanto al principio. He entendido mejor lo que es el ecumenismo, que es que nos podamos dar la mano con otras religiones para buscar la verdad. Creo que este es el problema al que se va a enfocar mucho el actual Papa Benedicto: el problema del relativismo, donde no hay verdad y vale lo mismo una religión que otra, una cosa que la otra. Eso también es lo que yo quiero, es uno de los enfoques que le estoy dando ahora a la predicación: explicar la fuerza de la verdad en la Iglesia Católica, cómo hay un solo Dios, un solo Cristo mediador entre Dios y los hombres, y una sola Iglesia. Y es esa Iglesia el instrumento que Dios nos da para encontrarnos con la verdad, que no es una idea, sino un persona, y esa es Cristo.
Padre, cuál diría usted que es el principal reto que tenemos en este momento los que estamos involucrados en la evangelización.
Yo creo que tenemos un reto muy muy grave, muy muy importante, y que no todos se dan cuenta, que es: el legado del Papa Juan Pablo II tenemos que asimilarlo. No quiero usar una expresión despectiva, pero me parece muy mal —es lo menos que puedo decir— que nosotros mexicanos digamos: el Papa mexicano, y el Papa mexicano por aquí, y viva el Papa, y argüende con el Papa, y gritos al Papa, y que ni siquiera hayamos leído las cartas de amor que ese Papa nos ha escrito. ¿Qué pensarían de una novia que le dice a su novio, “te quiero mucho”, y tira las cartas de amor a la basura? Diríamos: mentiras y cuentos. Así que, el gran reto —para mí— de la Iglesia, es asimilar la doctrina y el legado del Papa Juan Pablo II, hacerlo asequible a la gente, y cumplir con su compromiso de evangelización que nos dejó. Ya no es tiempo para vivir avergonzados del Evangelio. Hay que salir a las calles, a las casas, a las montañas y llevar a Cristo con nosotros.