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Relativismo inconciente

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Para conocer las ideas rigen una sociedad determinada no hay como observar sus manifestaciones artísticas. En este caso el cine: Shrek 3 y Piratas del Caribe 3.

 

Para conocer las ideas rigen una sociedad determinada no hay como observar sus manifestaciones artísticas. En este caso el cine. Me ha tocado ver dos películas recientemente: Shrek 3 y Piratas del Caribe 3. Muy diferentes en estilo, pero con muchas coincidencias entre las dos:

Si aparece alguien bien educado, bien vestido o de buen hablar, seguramente será el villano que terminará en forma trágica. Los héroes no son ideales, uno es un ogro egoísta y repulsivo, los otros son piratas, nunca movidos por un ideal, sino siempre por una pasión momentánea o una ambición mezquina. Uno de ellos de hecho es notablemente afeminado y completamente cínico. El argumento no lleva una trama: son simplemente escenas y ocurrencias que se suceden sin ninguna lógica. La historia es muy difícil de entender, son muchos los sobreentendidos y los supuestos, proliferan las escenas largas pero confusas, eternas batallas en las que no se sabe quien vive y quien muere, y mucha magia. Hay un frecuentísimo recurso a lo vulgar, a lo grotesco, a la violencia y algo de picardía con temática sexual. En la serie de una de ellas, el final nunca es feliz, siempre queda algo no resuelto, algo funesto, algo trágico. Lo más rescatable del argumento, que son algunos actos de amor y sacrificio, siempre van acompañados de alguna maldición, de algún castigo.

La percepción que queda en la conciencia (al menos en la mía) es la de un mundo en el que los valores tradicionales no valen: la verdad nunca se conoce (y ni falta que hace); la bondad es inútil, sólo sirve la astucia; nadie es bueno ni malo, todos son llevados por sus apegos y sus circunstancias, en nadie se puede confiar; la rectitud es ridícula, la felicidad no es posible, la belleza es inalcanzable y la fealdad inevitable. Lo único seguro es la confusión, el aturdimiento, la incertidumbre, la contingencia, y la vida de pirata: libertad absoluta, sin amor y sin ley… ¡Ah, y el ruido! Eso sí, mucho ruido.

Para los niños no hay nada, salvo algunos pastelazos, las ya mencionadas vulgaridades y algunas imágenes impresionantes.

Violencia, confusión, desprecio por la infancia, desprecio por los valores, endiosamiento de la libertad, pragmatismo, acomodo a las circunstancias… Lo que en idioma vaticano se llama “cultura de la muerte” y “dictadura del relativismo”.

¿Hay algún peligro en ver estas películas o hay alguna macabra intención en sus creadores? No lo creo, simplemente reflejan lo que la modernidad materialista trata de imponernos como filosofía de vida.

¿Podemos disfrutar estas películas? Supongo que sí (cuestión de aguante), pero no nos deben hacer dudar de que para nosotros los cristianos la Verdad sí se puede conocer, la Bondad sí tiene su recompensa, la Belleza sí se puede alcanzar, las personas sí pueden ser íntegras y el final sí puede ser feliz. Es nada más cosa de juntarse con el adecuado, es decir con Jesús, y en nombre de Él la Iglesia y al frente de ella el Papa.