A Ustedes jóvenes admirados por todos, aplaudidos por todos, abrazados por todos les corresponde ofrecer todo, sin dejar nada, por la Patria, por la familia y por un mejor futuro.
Padre Marcelo Rivas Sánchez (Venezuela)
El Papa Benedicto XVI les ha escrito a los jóvenes del mundo en la Jornada XXIII Mundial de la Juventud 2008 que se realizará en Sydney. La ciudad más grande y antigua de Australia. Su Santidad les invita con un llamado y convicción a recibir la fuerza del Espíritu Santo para que sean sus testigos (Hechos 1,8)
Esta Jornada, que ya la había vivido el Papa en Colonia, Alemania, es una forma de encuentro y renovación espiritual por parte de la Iglesia con la juventud del mundo. El Papa les ha pedido a los jóvenes que se centren en el Espíritu Santo y de forma especial en el Espíritu de la verdad, sin dejar a un lado el Espíritu del amor ya reflexionado en la pasada Jornada.
El Papa insiste en tener fortaleza y así dar testimonio. Lo que están haciendo los jóvenes en Venezuela con su caminar y levantar las manos en señal de paz y encuentro es una indicación perfecta de esa fortaleza y decisión a buscar salidas a una situación donde ese está negando la libertad.
No se puede dejar a un lado a Dios, por tanto, hay que asumirlo en comunidad y en perfecta armonía con los educadores para avanzar y poder vencer los obstáculos que van apareciendo
Es tener la fuerza y la convicción para asumir la fuerza del mismo Jesús que nos acompaña para seguir avanzando. Para ello contamos con la Palabra de Dios, la presencia de Dios en la vida de la Iglesia, saber que el Espíritu Santo es el aire de la vida cotidiana en la acción de cada uno de los sacramentos y, de forma muy especial, los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Particularmente he tenido la experiencia de encontrarme con los jóvenes bachilleres de la Creación Caigûire, Colegio la Inmaculada y el Nocturno Francisco Aristiguieta Badaraco y desde ellos hemos podido saborear una fuerza de superación, de lucha y de ese gran esfuerzo reconociendo a Dios como motor de impulso y animación. Por eso el Papa les recuerda a los jóvenes que Jesús había prometido a sus discípulos el Espíritu. Esto lo cumplió el día de Pentecostés cuando estaban en oración en el Cenáculo con la Virgen María. Desde ya invitamos a los jóvenes a celebrar el 11 de mayo del año 2008 "Un Pentecostés para renovarnos" en el Seminario Diocesano San José. Pentecostés que el Papa insiste como punto de partida de la misión de la Iglesia. Es Dios quien sopla y da su aliento para entregarles el Espíritu Santo. Ese día se manifestó con fuerza, con ruido, con viento recio y lenguas de fuego como llamaradas que se repartían posándose en cada uno de ellos. Ese Espíritu renovó interiormente a los Apóstoles, revistiéndolos de una fuerza que los hizo audaces para anunciar sin miedo. Entre nosotros ya no cabe el miedo, pues el miedo nos paraliza y nos hace ser cobardes. Es, pues la hora, de las decisiones y de las mejores libertades donde las medias tintas y las vacilaciones no deben existir. Recordemos que aquellos pescadores temerosos saltaron con al fuerza de un acorazado para testimoniar a Cristo vivo y real.
A Ustedes jóvenes admirados por todos, aplaudidos por todos, abrazados por todos les corresponde ofrecer todo, sin dejar nada, por la Patria, por la familia y por un mejor futuro. Todo lo podremos en Cristo que nos conforta.
Ser joven para.
Aprender y mañana ser verdaderos ejemplos.
Lograr que nuestros ideales sean la grandeza de nuestro país.
Saber que somos el cambio del futuro d e la nación.
Seguir las huellas de los adultos y así el caminar sea más sencillo y con menos caídas.
Convertir cada fracaso en victoria aprendiendo a levantarse.
Estudiar y hacer el mejor esfuerzo por el bien propio y el de todos.
"Jamás podría ser, el ché Guevara, modelo para nuestra juventud"