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La Familia, que reza unida, permanece unida

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Ahora me toca dar las gracias a mis padres como modelo de lo que supone el hecho de ser padre y madre, fundadores de una familia y transmisores con la palabra y el ejemplo de las virtudes que debe de aprender toda persona para ser feliz.

 El pasado domingo 30 de diciembre de 2007 –coincidiendo con el día de la Sagrada Familia- nos concentramos en Madrid más de dos millones (2.000.000) de personas revindicando algo tan básico y natural como la defensa de la familia, institución básica de la sociedad y núcleo celular de la persona humana, que fue convocado por la archidiócesis madrileña junto con diversos movimientos eclesiales (entre los que destacó el Camino Neocatecumenal) y organizaciones a favor de la familia (Foro Español de la Familia entre otros) y de la vida.

Se contó, en directo, con el apoyo de S. S. Benedicto XVI -mediante video-conferencia desde la plaza de San Pedro de Roma que se puedo ver y oír por todos los que nos concentramos en la plaza de Colón- que nos animó a los presentes a ser “(…) testimonio ante el mundo de la belleza del amor humano, del matrimonio y la familia. Ésta, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, constituye el ámbito privilegiado en el que la vida humana es acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural” para más tarde afirmar que “Por eso, los padres tienen el derecho y la obligación fundamental de educar a sus hijos, en la fe y en los valores que dignifican la existencia humana.” A buen entendedor pocas palabras bastan…

El Arzobispo de la capital de España recordó en su alocución que “(…) el ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas” en una clara crítica al actual gobierno de la Nación. En la misma línea hablaron los arzobispos de Valencia y de Toledo.

Hasta aquí lo que muchos de los lectores sabrán porque estuvieron allí o porque han leído, visto o escuchado por los medios. Ahora me toca dar las gracias a mis padres como modelo de lo que supone el hecho de ser padre y madre, fundadores de una familia y transmisores con la palabra y el ejemplo de las virtudes que debe de aprender toda persona para ser feliz.

A los dos, queridísimos padres, os pedimos vuestros hijos: ¡seguid siempre así de jóvenes, os necesitamos!

Juan Ignacio Vargas (España)