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El sueño americano

Image Benedicto VXI se encuentra ya en los Estados Unidos; y su visita no pasa inadvertida. Es la oportunidad para que los católicos norteamericanos vayan al encuentro de su pastor que viene a ellos como Jesús a Zaqueo.

Alejandro Juárez, LC (Estados Unidos)
 
Para algunos mexicanos el sueño americano es poder cruzar la frontera para tener una nueva esperanza de vida en los Estados Unidos. Una esperanza de poder llevar el alimento necesario a la familia y un mejor estado de vida. Sin embargo, en estas últimas semanas me he dado cuenta que el sueño americano no es sólo para los mexicanos, sino también para los propios estadounidenses.
 
Y claro, no estoy hablando del mismo sueño, porque mientras para uno esto le habla del alimento del cuerpo, al otro le habla del alimento del alma. El primero, con trabajo y mucho esfuerzo encontrará el dinero que le permita saciar su cuerpo de esta necesidad del cuerpo. Pero al segundo, le puede costar esta búsqueda de Dios semanas o incluso toda la vida.
 
Pero Dios nunca nos ha dejado solos, aunque muchas veces lo hemos pensado. Y ahora, con la visita de Benedicto XVI a los Estados Unidos viene a traer ese alimento que tantos esperan con gran ilusión. Basta la presencia del Santo Padre para dar vida a todos esos americanos en busca del amor de Dios.
 
Aquí en Nueva York, se me viene a la mente ese pasaje del evangelio de San Lucas que habla acerca de la conversión de Zaqueo. En primer lugar, porque Lucas nos dice que este hombre era pequeño de estatura y como no podía verlo, se subió a un árbol y así conseguir ver pasar al Señor. De la misma manera pasa con toda la gente de la ciudad, todos quieren estar en un evento del Papa, y hacen todo lo posible para lograrlo, pues desean estar cerca de él.
 
Sueño americano, que es el deseo de poder adquirir un boleto para estar cerca del Vicario de Cristo y no hablo solamente de la gente, sino también de todos los religiosos y religiosas del país. Con tan sólo decir que se podría llenar cuatro veces el estadio de Washington y el de los Yankees de Nueva York con todas las solicitudes de boletos que se han hecho hasta ahora.
 
Ante la imposibilidad de adquirir boletos, en la visita del Santo Padre, habrá gente por todas las calles donde el Papa transitará. A lo mejor no se treparán a los árboles, pero sí estarán en todos los edificios de la ciudad, viendo al Papa que con su sola presencia les invita a bajar de donde se encuentran, porque desea hospedarse en sus corazones y darles lo que tanto están buscando.
 
Al igual que Zaqueo, bajarán de donde se encuentran y lo recibirán con alegría. Cristo tiene siempre la manera de conquistar a las almas. Bastará una sola palabra, una sola mirada o simplemente verlo pasar para transformar las vidas de muchos americanos.
 
Pocos días más de espera, donde deseamos escuchar esas palabras de las bocas del Santo Padre: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque el Hijo de Dios vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. Benedicto XVI, el mensajero de Dios que nos trae la esperanza de la salvación.
 
Sueño americano. Sueño que dentro de poco terminará y no quedará sólo en la imaginación, sino que será realidad. Un sueño que se puede hacer despierto, porque soñar es vivir siempre con esperanza de encontrar lo que buscamos.