“Primero te ignoran, luego se burlan, después pelean contigo, después ganas”, decía Gandhi. Y este pequeño gran hombre no se equivocaba ni un ápice.
“Primero te ignoran, luego se burlan, después pelean contigo, después ganas”, decía Gandhi. Y este pequeño gran hombre no se equivocaba ni un ápice.
De hecho, esto es precisamente lo que está ocurriendo desde hace unos años con Hazteoir.org, la web del ciudadano activo.
El éxito de algunas de sus últimas alertas lo demuestran:
1. El apoyo a la recogida de firmas que padres y madres de la escuela concertada presentaron en contra del Anteproyecto de la Ley de Educación de Cataluña. Más de 225.429 alegaciones por la libertad de enseñanza, el pluralismo, el derecho de los padres a escoger escuela, la gratuidad y la igualdad de oportunidades
Y 2. La movilización llevada a cabo estas últimas semanas para que empresas como El Corte Ingles, Heineken, TECNO SAKURA (Fujitsu) y Seguros Ocaso retiraran su publicidad del programa “Salvados por la Iglesia”, por considerar sus contenidos “una ofensa sectaria y obsesiva contra las creencias, los símbolos y los sentimientos de millones de ciudadanos que conforman una clara mayoría religiosa en nuestra sociedad".
Estos dos ejemplos confirman la voluntad de HazteOir.org de utilizar las nuevas tecnologías para “desde una concepción cristiana del hombre y de la sociedad, (afirmar)… la dignidad de la persona y la importancia de valores como la libertad, la justicia y la solidaridad; (y contribuir)… a la construcción de una sociedad más justa, favorable a la realización integral de las personas.”
De hecho, fue precisamente esta frase, recogida de su web, la que me trajo a la memoria un libro que leí hace varios años titulado Cómo cambiar el Mundo, del norteamericano David Bornstein.
En este libro, el autor, a partir de historias sobre “gente real que hace bien cosas reales”, nos indica que “el objetivo de este libro no es ensalzar a unos pocos hombres o mujeres, sino llamar la atención sobre el papel de un tipo de persona muy particular que impulsa el cambio social: los emprendedores sociales”.
Para Bornstein, el concepto de estas “fuerzas transformadoras” de la sociedad son personas con nuevas ideas para abordar problemas importantes, incansables en la consecución de sus ideas de las que depende el presente y el futuro de la sociedad, personas que no aceptan un “no” por respuesta puesto que no tienen intención de abandonar su proyecto.
Personajes como Jeroo Billimoria que puso en marcha el “teléfono de la infancia” (Childline) para los menores que viven en las calles de la India; Vera Cordeiro que para “proveer de la nutrición, higiene y apoyo psicológico necesarios para impedir el retomo de los niños a los hospitales brasileños” fundó Renacer; Verónica Khosa (Sudáfrica) “una enfermera convencida de que todo el mundo tiene la capacidad de cuidar a los demás” que ha cambiado la vida de miles de enfermos crónicos y terminales (muchos de ellos enfermos de VIH/SIDA) en Sudáfrica; o Fabio Rosa que se ocupó de la electrificación rural de bajo coste en Porto Alegra (Brasil); son un ejemplo de personas con valores excepcionalmente sólidos, independientes, activas, convincentes y dispuestas a producir un cambio positivo en su entorno, a “gastarse” por cambiar el mundo.
Y visto lo visto estos últimos días en nuestro país, no hay duda de que la presencia activa de los ciudadanos tiene una fuerza insospechada cuando nos agrupamos en colectivos, plataformas, asociaciones, blogs y otras modalidades de resistencia ciudadana que pretenden crear un mundo más justo y más libre, donde los hombres y mujeres de cualquier raza, lengua y condición social puedan vivir en paz.
Es más, tenemos obligación moral de defender y participar en ellas, eso si, con respeto pero con mucha dignidad.
Hoy más que nunca, la sociedad necesita de nuestra presencia activa. No solo para denunciar y frenar- con una resistencia cívica- las injusticias, los delitos que se cometen en los medios de comunicación contra la dignidad de la persona e integridad moral y física de nuestra sociedad y, en especial, la falta de libertades, las coacciones e interferencias a las que nos tienen acostumbrados nuestros lideres políticos; sino para defender valores innegociables , como son la vida humana, la familia, o el derecho a la educación, tan vulnerado en estos tiempos, especialmente en Cataluña.
Pues bien, como dice el líder sudafricano, Nelson Mandela, en la contraportada de este libro: "… las historias de estos empresarios sociales servirán de inspiración y estímulo a muchas personas que persiguen el objetivo de construir un mundo mejor."
Si alguno de ustedes quiere disfrutar de un buen libro, les recomiendo su lectura. Ah, y no dejen de pasearse por Hazteoir.org. Les aseguro que … engancha.