Human Life International (HLI) – y, de hecho, todo el movimiento provida – extrañará con mucho dolor al Dr. Bernard Nathanson, quien acaba de morir en estos días. El valor y el buen humor del Dr. Nathanson arrojó luz sobre una lucha muy dura. Su conocimiento acerca de la realidad interna del negocio del aborto fue invaluable.
Durante varios años el Dr. Nathanson fue uno de los conferenciantes favoritos en los congresos de HLI. Su historia de conversión es bien conocida, y ha motivado conversiones similares. Sus relatos acerca de las tácticas de distorsión que los primeros abortistas emplearon para legalizar y promover el aborto como un aspecto esencial de “la salud femenina”, fueron devastadores para la credibilidad de la causa del aborto a la cual luego se opuso. Con palpable pesar, el Dr. Nathanson confesó que él y otros abortistas de vanguardia de manera habitual inventaban datos estadísticos para asustar a la gente, para que ésta primero permitiesen la legalización del aborto y luego lo promoviesen. Entre esos datos falsos estaban aquellos de que cada año morían “miles” de mujeres a causa de los abortos clandestinos.
Sus filmes “El grito silencioso” y “El eclipse de la razón” abrieron nuevos caminos para la causa de la vida y continúan siendo sorprendentemente eficaces en cuanto a revelar la verdadera naturaleza del aborto y del movimiento que luchó por consagrar este ataque contra los niños por nacer en la ley de EEUU.
La historia de su vida después de su conversión fue una de redención – una lucha por deshacer, en la medida de lo posible, los males que había hecho. Ver a este hombre brillante sufrir al darse cuenta del mal que había sembrado era una dolorosa experiencia, pero verlo buscar la manera de corregir ese mal con valor y humildad era algo inspirador. Y todo ello nos recuerda que el arrepentimiento sincero conlleva un esfuerzo por hacer una justa reparación de los daños causados. Cuán hermoso sería el que todos nos abriésemos a la Gracia de una auténtica y continua conversión, dejando que Cristo reforme nuestras vidas, cambie nuestros corazones y nos guíe hacia Él.
Se nos recuerda que nadie está más allá de la redención y que el poder de Dios es más fuerte que el poder del mal. Sólo tenemos que apropiarnos de Su poder salvador y Él nos puede ayudar a recuperar y emplear nuestros dones para Su gloria, que es todo lo que un auténtico cristiano puede pedir en esta vida.
A principios de los 90, el Dr. Nathanson, que creció en una familia judía pero que vivió toda su vida adulta sin una fe religiosa, llegó a descubrir que la redención implicaba más que simplemente deshacer el mal. Solamente el auténtico perdón de su Creador sería suficiente. Por ello, comenzó un proceso que lo llevó a entrar en la Iglesia Católica en diciembre de 1996, cuando fue bautizado por el ya difunto Cardenal John J. O’Connor. El Padre Marx fue uno de los muchos que estuvo presente en su bautismo en la Catedral de San Patricio, en Nueva York, aquel día invernizo, y uno de los muchos que tuvo el gozo de compartir la alegría del alma de un amigo que había llegado a conocer el perdón y la redención que sólo Cristo puede dar.
Verdaderamente, los caminos del Señor son maravillosos. Recientemente hemos sido testigos de otra prominente historia de conversión, aunque se trata de una que ha tenido lugar en una etapa mucho más temprana: la de la Sra. Abby Johnson.
La ex directora de un centro de Paternidad Planificada, cuya historia también está transformando mentes y corazones, apenas ha comenzado su trayectoria como una líder en la defensa de los niños por nacer. De todos los paralelismos entre estas dos historias, no veo nada más crucial que el evidente fruto de la oración – de la oración fiel y específica de aquellos que los amaron lo suficiente como para orar por su conversión, y de los muchos otros que se hicieron presentes para orar por ellos sin conocerlos. Ello es también la razón por la cual promovemos la oración a San Miguel Arcángel después de cada Santo Sacrificio de la Misa por la conversión de los abortistas.
Al contemplar estos ejemplos de la gracia de Dios, continuemos nuestros esfuerzos de oración constante por nuestra propia y continua conversión y por la conversión de aquellos que defienden y promueven la “cultura” de la muerte. Nadie está más allá de la redención, por tanto, ¡tengamos esperanza! Contemplemos las cosas maravillosas que el Señor puede obrar en aquellos que llegan a descubrir la verdad y eligen la vida. Dejemos que nuestros esfuerzos sean imbuidos por esta esperanza a medida que nos esforzamos por hacer Su voluntad, aún ante la presencia de enormes desafíos.
En la Capilla de San Miguel Arcángel en las oficinas centrales de HLI, pediremos al Señor que pronto abra las puertas del Paraíso para recibir al Dr. Nathanson. De manera que, por favor, únanse a nuestra oración por su alma, y por la de todos los fieles difuntos.
Atentamente en Cristo,
Mons. Ignacio Barreiro Carámbula
Presidente Interino de HLI
PD – En memoria del Dr. Nathanson, estamos preparando un nueva edición de la audio cinta (en inglés) de la gran conferencia que dictó en el Congreso Mundial que HLI llevó a cabo en 1994, en Irvine, California. Se trata de “Reflections of an Ex-Abortionist and Ex-Atheist” (“Reflexiones de un ex abortista y ex ateo”), en la cual anunció por primera vez su deseo de convertirse a la Fe Católica. Si usted está interesado, por favor, ingrese en las próximas semanas a www.hli.org/store.