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Jesucristo Resucitado

Si yo preguntara a usted ¿cuál considera el momento o la escena más bella, más sublime, más grandiosa en la vida y la misión de Jesucristo, qué podría responder? ¿Tal vez su nacimiento, o su transfiguración, o cuando dio de comer a miles de gentes contando sólo con cinco panes y dos pescados, o cuando perdonó a la mujer adúltera, o cuando resucitó a su amigo Lázaro, o su oración en el Huerto de Getsemaní, o cuando fue crucificado? Ninguna de esas escenas es la más bella, sublime o grandiosa de Jesucristo, sino cuando resucitó. La imagen que ilumina y da sentido a todas las escenas y momentos de la vida y misión de Jesucristo es su resurrección.

Pero hemos sido educados de manera parcial y lo veo en estos datos, como ejemplo: Había y todavía hay muchas devociones y prácticas en torno a la Cuaresma y a la Semana Santa; pero muy pocas en torno al Tiempo Pascual. Hay numerosas y hermosísimas obras de arte en relación a Cristo crucificado, pero pocas en relación a Cristo resucitado. Prácticamente todo hogar cristiano tiene una imagen de Cristo crucificado, muy pocos lo tienen resucitado.

Ahora bien, no pretendo enfatizar el hecho de la resurrección contra el hecho de la crucifixión; sino que un hecho tiene sentido porque existe el otro: la crucifixión da paso a la resurrección; ésta ha requerido necesariamente de la muerte en cruz.

Cuando los apóstoles experimentaron la pasión y la muerte de Jesús, creyeron que ahí había terminado todo, no estaban preparados para la resurrección, a pesar de que Jesús mismo la había anunciado varias veces; la reacción de ellos ante Jesús resucitado era pensar que se trataba de un fantasma. Jesús resucitado tuvo que mostrarles su cuerpo, que lo vieran, lo tocaran, comió junto con ellos. Pero la resurrección no significó superar definitivamente la fase de la crucifixión y muerte, sino que le dio sentido; así tenía que suceder.

Si hemos celebrado la muerte de Cristo en la cruz, es para celebrar su resurrección. La clave para ser sus discípulos es morir con Él para resucitar con Él.

Celebrar la resurrección de Cristo no significa irnos de vacaciones pastorales, sino de verdad resucitar con Cristo, entrando a una vida nueva, dejando que Cristo nos introduzca más y más en el misterio divino, lo cual es embriagador porque se trata de la vivencia plena de la alegría, la felicidad, la paz.

Esto no significa quedar enajenados, o maquillar o minimizar los problemas de todo tipo en nuestro entorno, sino darles una nueva perspectiva. Por ejemplo quien entra en el misterio divino con Jesús resucitado, tiene esperanza para superar los problemas de pobreza, desempleo o salud, o al menos para superar el abatimiento y la impotencia; puede sonreír en medio de los sufrimientos más fuertes; puede perdonar y ser más comprensivo; siente el compromiso de ayudar a otros más necesitados. En síntesis, al hacerse más de Dios se vuelve más humano, más solidario; aprende a valorar con menos apego los bienes de la tierra y con más anhelo los bienes del cielo.

Pido a Dios para usted los dones que le introduzcan más y más en el gozo de Jesús Resucitado.

One thought on “Jesucristo Resucitado

  1. Perdone pero yo no opino así.Desde el concilio se insiste mucho en es triunfo de la resurrección.. Para mí la mas bellas son dos: El Amor de un Dios que se humilla hasta el extremo de hacerse hombre… (un millón de veces mas que si yo me hiciese pulga..) Y su Amor de nuevo, para dejarse morir apaleado, lleno de dolor y crucificado para hacernos entender nuestro cometido: Perdonar hasta las últimas… porque solo así resucitaremos como Él.
    Si hubiera querido dejarnos un ejemplo triunfalista no hubiera pasado la pasión. Hubiera triunfado de todo…. El dolor es lo que más nos asemeja a los humanos… no el triunfalismo. Es mi opinión

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