National Geographic ha grabado y proyectará dentro de poco tiempo un programa sobre el ya tristemente célebre papiro que habla de una «esposa» de Jesús. Ordinariamente las grabaciones de programas de este estilo llevan más tiempo pues, además de implicar un cúmulo de trabajo para montar el documental, suelen esperar a que se confirme la autenticidad de los factores en juego.
En el artículo «¡Jesucristo tuvo una esposa, de verdad, está escrito!» hemos querido evidenciar cómo muchas veces la gente supone que porque algo aparece publicado es automáticamente verdadero. Algo análogo puede decirse, aunque tal vez con una fuerza mayor, dado el poder de la imagen y del sonido, con los programas de televisión.
En el asunto de la «esposa» de Jesús es digna de estudio la atención mediática brindada por la prensa tradicionalmente anti cristiana pues, a todas luces (y debo decir que personalmente difiero de quienes ven conspiraciones por todos lados), se ha tratado de una campaña sistemática para (no sé exactamente por qué motivos y con cuáles objetivos), reflejar sin ningún rigor verdaderamente científico que Jesús estaba casado.
The New York Times fue el primer gran medio que dio cabida a la presentación del papiro (sin ofrecer elementos de contexto y siendo que la autenticidad no estaba –ni está– demostrada), apenas unos minutos después de ser presentado en Roma. En síntesis, fue el agente publicitario de la profesora Karen King, quien dio a conocer el papiro y la traducción el 18 de septiembre en la capital italiana. Esta forma de «periodismo» típica del New York Times respecto a informaciones relacionadas con la Iglesia católica ha merecido el significativo calificativo del profr. Juan José García Noblejas de «adicción a prostituirse profesionalmente», con tal de contradecirla.
El viernes 28 de septiembre de 2012 L´Osservatore Romano publicaba en la página 4 un profundo y atinado artículo (cf. Un papiro a la deriva) del estudioso Alberto Camplani, coptólogo, enseñante de historia del cristianismo en la Universidad La Sapienza de Roma y uno de los organizadores del congreso donde la profesora King presentó el papiro en cuestión.
En síntesis, el profr. Camplani revela con rigor y pericia la falsedad del papiro (lo de la «esposa» no hacía falta, aunque también lo refuta, pues nadie –salvo New York Times, Times y National Geographic, o sea la élite de la prensa anti cristiana– le dan credibilidad).
Estudios consistentes apuntan a que el papiro en realidad es una falsificación torpe vendida a algún privado que se dejó embaucar y luego lo filtró, seguramente con buena voluntad, a la profesora King.
¿Y qué tienen que ver los vegetarianos en el título de este texto? El profesor Noblejas apuntaba muy bien al meollo del asunto en el blog Repensar la Comunicación (véase «Sobre la posible estrategia comunicativa del NY Times con el papiro de Harvard»):
«Ya se ve, por algunas reacciones de periódicos en sintonía con el New York Times que lo que realmente les asusta es –entre otras cosas– el históricamente probado celibato de Jesús, y el celibato como estilo de vida entre personas, sobre todo si son católicas, de nuestros días. Al presentarlo explícitamente como “visión represora del sexo”, ponen de manifiesto una patológica obsesión de sexualizarlo todo en la vida, sin dudar lo más mínimo en utilizar descaradas falsedades científicas para lograr ese dudoso objetivo. (¿Qué pasará cuando les dé por decidir que los vegetarianos son una “visión represora de la comida”?)».
Vistas así las cosas, tal parece que lo importante no es la validación académica de la historia (contrario a lo que iba a pasar desde el comienzo, la «Harvard Theological Review» publicará la investigación de la sra. King en enero de 2013 sólo si pasa una minuciosa revisión) sino el lanzar la idea de una esposa inexistente a un público que está dispuesto a aceptar ficción disfrazada de verdad. Todo este «espectáculo» me ha recordado los programas de chisme y cotilleo que pueblan la televisión: se ha querido presentar una «esposa» falsa para que se arrumbara a la verdadera (los católicos hablan de la Iglesia como la esposa de Cristo). Un nuevo Código Da Vinci pero ahora patrocinado por The New York Times y National Geographic.
Por Jorge Enrique Mújica | Análisis&Actualidad