Los científicos sociales que se dedican a analizar los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) saben que sus estadísticas sobre tasa de mortalidad infantil no reflejan la realidad de la «dinámica de poblaciones», este último término muy utilizado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pero rechazado por el Vaticano porque se trata en realidad de un subterfugio lingüístico que esconde cifras y oculta grandes imprecisiones, es decir, ofrece una interpretación sesgada de la realidad (discrepancias que se hicieron notar en la derrota de los defensores del aborto en la Cumbre de Río+20. Friday Fax | 21 de Junio 2012 | Catholic Family & Human Rights Institute).
El Informe de la OMS sobre Salud en Europa 2012 presentado en Londres (Inglaterra) y que analiza 53 países que representan a una población que oscila alrededor de 900 millones de habitantes, no incluye para sus cálculos estadísticos al resto de personas que mueren como consecuencia de las políticas de género en países europeos.
De entre sus afirmaciones destaca que España es el país con mayor esperanza de vida, pero sabemos que no se incluyen para calcular la media obtenida de 82,2 años, los cientos de miles de personas que han sido privadas de su vida antes de nacer, lo cual hace evidente que de incluirlas en los baremos, cuando menos reflejando la verdadera tasa de mortalidad en la población española, nos encontraríamos con la realidad de un país en el que mueren seres humanos a diario por la impunidad con que las autoridades políticas, civiles y religiosas administran la red hospitalaria de centros de salud sexual y reproductiva, y que perecen injustamente como lo hacen por desnutrición crónica en países subdesarrollados.
Lo que es verdad es que si se suprimieran los principios antinatalistas que rigen en estados partes de la ONU, el índice de crecimiento vegetativo de la población, expresaría que a más natalidad menos mortalidad infantil. Pero en cambio, cabe decir, al respecto, que la Dra. Claudia Stein una de las responsables del estudio que mencionamos no incluye deliberadamente entre sus cómputos sobre tasa de mortalidad infantil en Europa como la más baja del mundo (7,9 por cada mil nacimientos) a millones de seres humanos que a causa de la interrupción voluntaria de su embarazo no llegan al término de su gestación, es decir, no cuentan para los expertos que barajan las estadísticas del fondo de población.
Prof. José María Amenós Vidal. Psicólogo Clínico y Social (docencia e investigación desde 1984) por la Universidad Central de Barcelona. c/ Museo, 26 – 1-1. 08912. Badalona. España. e-mail : info@psicologoscatolicos.org – url : psicologoscatolicos.org