En la Diócesis de Tehuacán abrimos el mes de septiembre con la celebración del aniversario de su erección. Este 1º de septiembre hemos celebrado 52 años de existencia. Hace dos años lo celebrábamos de manera especial. Que ahora lo celebremos igualmente con la convicción de querer vivir la pertenencia a esta Diócesis en la comunión como discípulos misioneros de Jesucristo, particularmente con el enfoque en conocer y aplicar el Tercer Plan de Pastoral, que estamos por publicar.
Septiembre es también el Mes de la Patria, al celebrar el Grito y la Independencia Nacional. Pero que nuestro espíritu patriótico no se manifieste en signos de patriotería superficial y bravucona, sino en compromiso de ser mejores ciudadanos, críticos constructivos, comprometidos en colaborar para afrontar los problemas que padecemos con soluciones que ayuden al bien común, especialmente a los más necesitados.
Septiembre es también el Mes de la Biblia, al celebrar el día 30 la fiesta de san Jerónimo, patrono de los biblistas. Que esto nos motive a valorar más la Palabra de Dios escrita y que forma este conjunto de libros que llamamos la Biblia. Que no podamos vivir sin la Palabra de Dios, que la leamos con espíritu de oración, sea en lo personal o en familia o en grupos de reflexión y oración. Esta lectura orante de la Palabra de Dios nos lleve a conocer, seguir y dar mejor testimonio de Jesucristo en nuestra vida diaria, tanto en lo ordinario como en lo extraordinario de los acontecimientos. Tengamos cada día un momento para encontrarnos con Cristo Jesús: como Él mismo lo dijo, es nuestro Camino, Verdad y Vida, que nos ilumina, conduce, sostiene, y así podamos ser luz para otros. Confortados, podamos confortar a los compañeros de camino.