El pasado miércoles 15 de octubre -solemnidad de santa Teresa de Jesús- iniciaron formalmente las celebraciones con ocasión del V Centenario de su nacimiento.
El Superior General de los Carmelitas Descalzos, el Padre Saverio Cannistrà, en un mensaje dirigido desde la casa en la que nació santa Teresa de Jesús, en Ávila, mencionó que “La Santa nos habla de aquello que ha vivido, nos cuenta la historia de un alma -la suya- que después de muchas resistencias ha cedido al amor del Dios vivo y ha descubierto en él la propia verdad, la bondad y la belleza radical. Teresa no ha hecho alarde para sí misma de su experiencia, sino que nos la ha donado para que también nosotros podamos entrar en su misma plenitud de vida y de felicidad, que de otro modo no hubiéramos conocido, quedando prisioneros del mundo” y explicó que “En el centro del centenario debemos situar aquello que, a quinientos años de distancia, no ha envejecido, ni mucho menos, ni ha perdido actualidad, es decir, una vida empapada, herida de Dios, a la cual ha sido confiada una misión de crucial importancia: recordar a la Iglesia y al ser humano de todos los tiempos que el centro del hombre es Dios y que el centro de Dios es el hombre”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez Pérez, durante la celebración de Apertura, en la Plaza de Santa Teresa, en Ávila, afirmó que “Iniciamos el V Centenario del nacimiento de una monja contemplativa, de una mujer orante y maestra de oración. En verdad Teresa de Jesús fue una mujer de humanidad arrolladora, de excelente pluma, de desbordante actividad, de una capacidad admirable para descubrir la presencia del Señor, para adentrarse en los itinerarios más íntimos del hombre con un instinto penetrante en el análisis y certero en la valoración, para recorrer los caminos en carromatos y pasar malas noches en malas posadas. Estaba tan presente en el mundo como embebida en la conversación con Dios. No se desentendía de las cosas ni secularizaba su corazón” y agregó que “Santa Teresa de Jesús es experta en traer papas desde Roma a Ávila, a Alba de Tormes, a España. Juan Pablo II vino por primera vez para el IV Centenario de la muerte de Santa Teresa el año 1982, y confiamos que vendrá el Papa Francisco para el V Centenario de su nacimiento”.
El Santo Padre, mediante carta dirigida al obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, nos anima a “conocer la vida de esta insigne fundadora, así como a leer sus libros, que, junto con sus hijas en los numerosos Carmelos esparcidos por el mundo, nos siguen diciendo quién y cómo fue la Madre Teresa y qué puede enseñarnos a los hombres y mujeres de hoy. En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida y de su obra. Ella entendió su vida como camino de perfección por el que Dios conduce al hombre, morada tras morada, hasta Él y, al mismo tiempo, lo pone en marcha hacia los hombres. ¿Por qué caminos quiere llevarnos el Señor tras las huellas y de la mano de santa Teresa? Quisiera recordar cuatro que me hacen mucho bien: el camino de la alegría, de la oración, de la fraternidad y del propio tiempo”.
La celebración central consiste en una peregrinación por 29 países de los cinco continentes para unir a diferentes razas y culturas resaltando el espíritu universal de la Santa. Esta peregrinación, que partió de Ávila el pasado 15 de octubre, y que regresará el 28 de marzo de 2015, va acompañada de un signo-reliquia muy significativo, como lo es el bastón de santa Teresa, a fin de invitar a todo el mundo a seguir caminando con ella.
En México, la peregrinación estará presente en el mes de noviembre, los días: 23, en la basílica de Guadalupe y en la iglesia de san Joaquín de la ciudad de México; el 24, en el Carmen de Puebla, en el monasterio de santa Teresa, también de Puebla, y en la iglesia La Sabatina de la ciudad de México; el 25, en el Carmen de Querétaro, en el monasterio del Dulce Nombre de Jesús, también de Querétaro, y en el convento de Guadalajara; y el 26, en el monasterio de Tlacopac de la ciudad de México.
A 500 años de su nacimiento, santa Teresa de Jesús viene a recordarle a nuestra sociedad, tan alejada hoy de lo divino, que ahora, más que nunca, nos conviene saber que “Sólo Dios basta”.