Vicente Jara Vera, laico dominico, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, Miembro del SAES (Servicio de Ayuda y Estudio del Sectarismo) del Centro Ecuménico de Madrid “Misioneras de la Unidad” y miembro fundador de la RIES (Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas) mostró en la Conferencia Santa Catalina del pasado 23 de abril en Madrid que el problema de las sectas no es un problema del pasado e insistió en que los cristianos y la sociedad en su conjunto no podemos permanecer al margen de un fenómeno que destroza la vida de millones de personas en todo el mundo.
“Estamos hablando de manipulación y engaño, con todos los matices que el complejo mundo de las sectas tiene”, aspectos que abordó con amplitud el ponente. Bajo el título “Sectas: ayer y hoy», Vicente Jara hizo un sugerente recorrido histórico de ida y vuelta, pasado y presente, para mostrar cómo el fenómeno sectario atraviesa la historia y llega hasta el presente, evolucionando y, a la vez, manteniendo unas características determinadas.
Desde el maniqueísmo y el catarismo de siglos pasados hasta los Testigos de Jehová y los Mormones (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), la Iglesia de la Cienciología, la Teosofía, la Antroposofía, las pseudo-ciencias, el esoterismo, las sociedades secretas (masones, rosacruces,…), el neo-paganismo y la “New Age», o incluso el satanismo…
Estos grupos aparecen para multitud de personas como la respuesta a los interrogantes profundos de la existencia humana, cuando en realidad, detrás de este señuelo, esconden fines diferentes de los que públicamente proclaman, “fines perversos y dañinos”. Tomamos esta crónica de Dominicos.org.
Santo Domingo, su orden y las sectas
A juicio del conferenciante, la respuesta a las sectas marca en buena manera algunos de los rasgos de la espiritualidad y carisma de los dominicos. No en vano, Santo Domingo de Guzmán discierne su vocación predicadora en su esfuerzo por rescatar de la herejía cátara a los cristianos que habían caído en ella. No significa esto que Santo Domingo entendiera la predicación como mera apologética únicamente, “pero una predicación expositiva del Evangelio, si es verdadera predicación, inevitablemente será adversativa muchas veces, ya que deberá entablar diálogo, argumentación y confrontación con otras ideas y creencias“, señaló Vicente Jara.
La Orden de Predicadores, con la ayuda que proporcionan las ciencias modernas, tiene, por tanto, también hoy en día, mucho que aportar en esta pastoral de las sectas y el esoterismo, recalcó ampliamente el conferenciante. “No con la intención de restregar a los miembros de estos grupos la Verdad cristiana, sino siempre desde la humildad y movidos por la misericordia, cuidando y amando a la persona“.
En este sentido, el estilo de predicación de Santo Domingo, que tan bien refleja el episodio de la conversión del hospedero cátaro de Toulouse tras toda una noche de debate con él, sigue siendo el modelo a seguir. Santo Domingo le convenció del error de la doctrina cátara con “persuasión y calor, sabiduría y misericordia”, tal y como relatan los biógrafos.
Desde su experiencia de trabajo pastoral con personas que militan en distintos grupos sectarios, Vicente Jara advirtió cómo el referente a combatir para todos estos grupos siempre es el cristianismo: “cuando entras en diálogo con ellos, desde el minuto cero estás discutiendo sobre cristianismo, y estás hablando del Evangelio, de eclesiología, de antropología cristiana, de sacramentos…”. Ya sea porque intentan apropiarse del mensaje cristiano tergiversándolo –como hicieran antaño los gnósticos– ya sea porque tratan de construir sus creencias en oposición al cristianismo –como actualmente pretende el neo-paganismo–.
En todo caso, “la evangelización pastoral de las sectas es predicación teológica y filosófica en el trato con afectados y miembros de sectas, aspectos que llevaron a Santo Domingo de Guzmán a fundar una Orden de Predicadores altamente cualificados en estos saberes, y por tanto de ahí, la importancia del estudio para los dominicos”.
Una preparación necesaria para la confrontación
Como decía tan gráficamente el ponente, “si te acercas a un miembro de una secta sin estar formado, no conseguirás nada, y además morderás el polvo. Tienes que prepararte y estudiar, y además confiarlo todo en Dios, como hicieron en su día en las disputas con los cátaros Domingo de Guzmán y sus compañeros predicadores”.
Dentro –y en torno– de esta infinidad de grupos sectarios y grupos esotéricos de todo tipo, que están en constante cambio y adaptación para poder seguir ejerciendo su influencia sin ser detectados como tales, encontramos millares, millones de personas sufriendo, personas que necesitan ayuda. Vicente presentó cifras concretas de la situación actual en España y en todo el mundo. “Si no les damos a estas personas el Agua de la Vida de Jesucristo, se irán a beber de charcos de aguas insanas. La Iglesia debe tomar nota de esta realidad y mostrar misericordia y cercanía. Mucha gente no encuentra quién le dé de beber del Agua de Cristo”.
Pero no debe confundirse lo moral con lo doctrinal, “las personas que están en estos grupos muchas veces son mejores que yo”, decía el ponente, «y lo notas, pero eso no quita para que les diga que están en el error, y les hable de Jesucristo. A veces confundimos ser buenos con estar en la verdad. No estemos acomplejados los cristianos, aunque no seamos perfectos, y prediquemos a Jesucristo, la Verdad”, recalcó.
El drama de los afectados
En el amplio turno de preguntas en que se abordaron algunos temas personales de afectados por sectas y grupos concretos, Vicente calificó esta situación de “dramática” y “alarmante”: “Como a Santo Domingo de Guzmán, tiene que rompérsenos el corazón por ver el error en el que tantos andan: astrología, pirámides de energía, Reiki, gurús de todo tipo, falsas medicinas, sectas milenaristas, grupos manipuladores, líderes sin escrúpulos…”. Y recordó, a este respecto, el conocido lamento de Santo Domingo en sus oraciones por los engañados por el catarismo: “¡qué será de los pobres pecadores!”.
La situación exige una respuesta pastoral por parte de la Iglesia. En opinión de Vicente Jara, en España se ha mejorado en este sentido, aunque todavía queda mucho por hacer porque “la mies es abundante pero los obreros son pocos”, advirtió citando el Evangelio.
Terminó su intervención citando el nacimiento de la RIES hace diez años –la cual desarrolla su labor en España, Portugal y todo Centro y Sur de América– como una muestra de este avance. “También la importante presencia de miembros dominicos en ella, si bien no sólo, al presentar una gran diversidad eclesial, con miembros de otras Órdenes y Congregaciones, así como miembros sacerdotes diocesanos y numerosos laicos, implicados en esta pastoral, una pastoral tan necesaria hoy como lo fue hace 800 años, fecha que los dominicos, la Orden de Predicadores, celebran como aniversario de fundación el próximo año 2016″, concluyó.