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La frescura de la palabra y la fuerza del ejemplo del Papa Francisco

La reciente visita del Papa Francisco a los Estados Unidos tuvo un impacto en diversos aspectos en Washington DC, en Nueva York y en Filadelfia pero también al otro lado del país, en la llamada “Ciudad del pecado”.

La gira pastoral del primer pontífice latinoamericano ocurrió hace más de un mes, cuando el 19 de septiembre empezó en Cuba, desde donde el 22 voló a Washington DC, Estados Unidos. Las presentaciones y discursos del Papa tuvieron los más altos foros de la nación y del mundo porque habló ante el pleno del Congreso estadounidense, ante la ONU y luego ante alrededor de un millón de almas en Filadelfia durante el Encuentro Mundial de las Familias. No estuvo en Las Vegas, pero gente de esta ciudad ubicada en el suroeste sí viajó a verlo en su peregrinar, además de quienes lo siguieron en los medios de comunicación.

Presencia, palabra, guía

Es bueno recordar algo de la memorable gira. Los discursos de Francisco abordaron los temas más apremiantes como los ataques que padece la institución de la familia; la crisis migratoria mundial (la ola migrante del medio oriente a Europa, y el debate por 11 millones de indocumentados en Estados Unidos); el deterioro ambiental; la pobreza y otros asuntos. Habló con la fuerza que le da ser el representante de Dios en la tierra, con la representación de la comunidad católica mundial y sobre todo predicó con ejemplo de humildad, sencillez y claridad que lo caracterizan.

Lo escucharon el presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara de Representantes en Washington, y mandatarios de países reunidos en las Naciones Unidas en Nueva York. Estuvieron con él líderes de otras seis religiones del mundo durante un emotivo encuentro en la zona cero de Nueva York, donde hace 14 años terroristas derrumbaron las “Torres gemelas”.

Culminó la canonización de Fray Junípero Serra y en la última etapa de su recorrido pastoral se reunió con familias y líderes de diversos sectores; ofició misas, sostuvo encuentros y saludó a multitudes en sus apariciones y recorridos. Fue muy sonado el caso de la niña Sophie Cruz, hija de oaxaqueños, quien logró que el Papa detuviera su caravana en Washington, para abrazarla y recibirle una carta. Otros casos poco conocidos fueron como el de Santiago Guerrero, de Las Vegas, quien logró saludarlo de mano en una calle de Philadelfia.

Es muy notorio que el Papa sostuvo encuentros de muy alto nivel y habló en los foros de mayor relevancia, así como tuvo la cobertura más amplia posible por parte de los medios de comunicación, en especial la televisión en español (Telemundo y Univisión) que incluso interrumpió programación regular para transmitir misas completas.

En contraste de esos encuentros de alto nivel, el Papa sostuvo reuniones con gente en cárceles y con desamparados quienes son atendidos por Caridades Católicas. Eso es uno de los puntos que hacen ejemplar al Papa Francisco, que lo mismo le habla y saluda a los líderes mundiales que ofrece palabras de aliento y estrecha la mano a personas desconocidas, a presidiarios y a desamparados, o se las arregla para acerarse a los niños.

La comunidad de Santa Ana

Una de las personas a las que saludó “fuera de agenda” fue el diácono Santiago Guerrero, de la parroquia Santa Ana, de Las Vegas, Nevada. Guerrero fue parte de un numeroso grupo que incluyó a las familias Gastélum, Valdéz y Flores Arteaga.

La delegación de Santa Ana fue dirigida por monseñor Greg Gordon, y se sumó a una agrupación mucho más grande de la Diócesis encabezada por el obispo Joseph Pepe también testigo de la visita histórica de Francisco.

Contra lo que mucha gente piensa Las Vegas tiene una comunidad católica fuerte y dinámica. Para dar una idea se puede mencionar el ejemplo de Santa Ana, con una comunidad de origen hispano muy grande. Cada año celebra el “Encuentro Carismático Católico” con el logro de haber reunido hasta cinco mil personas en dos días de oración, alabanzas y una diversidad de actividades que refuerzan la fe, los vínculos familiares y con la iglesia.

Santa Ana Ofrece misas en español igual que muchos de sus servicios. Cuenta con una escuela primaria y con frecuencia lleva a cabo diversos eventos familiares y comunitarios donde participa de manera sobresaliente la colonia hispana.

Motivo de pláticas

Un periódico hispano local dio cobertura de la histórica gira. En un ligero sondeo de opinión preguntó a tres personas qué les había dejado la presencia del Papa. De tres personas una completamente declaró su emoción y se dijo satisfecha de haber podido escuchar el mensaje a favor de los migrantes. Las otras dos aunque dijeron no ser católicas reconocieron como muy importantes los discursos y les mereció respeto la visita.

Los días 22 al 27 de octubre que Francisco pasó en la costa este de los Estados Unidos dejaron huella y los medios hispanos dieron cuenta de ello.

Durante la visita los católicos de Las Vegas y en general la comunidad cristiana, tuvieron al Papa Francisco como uno de los temas de conversación diaria. Directa o indirectamente el Papa estuvo presente en las pláticas. Por ejemplo se expresó:

Ojalá el Papa hable de Migración. Qué bueno que habló de migración.
Ojalá que los políticos le hagan caso.

Y precisamente de este último punto se piensa que la renuncia del presidente de la Cámara de representantes, John Boehner (al día siguiente que habló el Papa) fue influenciada precisamente por la presencia y las palabras de Francisco en el Congreso.

En centros de trabajo y en hogares fue tema de conversación la agradable personalidad de Francisco, su conducta ejemplar, su estilo tan humano y muy ligado a la doctrina de Jesús.

Otro punto destacado por la gente de LV es que el papa es una persona mayor y sin embargo hace muchas cosas. ¿Cómo puede tener tantas actividades importantes, hablar en eventos masivos, oficiar misas, saludar a la gente, sostener encuentros con lideres, y visitar a los desvalidos? Francisco dio en Estados Unidos una increíble muestra de liderazgo, energía y fortaleza cristiana.

Con base en conversaciones informales de hispanos en LV (católicos y no católicos, e incluso ateos), , se puede decir que no solo despertó respeto, también se ganó credibilidad.

Hubo gente que deseó que el papa hablara de migración, que influyera para que este país arregle la situación migratoria de 11 millones de personas, y el Papa habló de ello con fuerza.

También hubo quien con cierta incredulidad o molestia, lanzó el reto: “haber que dice de los curas pederastas”. Y el Papa Francisco no solo habló; se reunió con víctimas y sus familias´; reiteró que eso no debía haber pasado y los culpables deben pagar.

Pero la fuerza de la visita pastoral de Francisco no podrá sola ante la enorme avalancha de retos que tienen la humanidad y los católicos. La comunidad tiene que reaccionar y actuar. Lo pide el mismo Papa, hay que rezar por él y con ello también hacer la tarea de todos los días como católicos, incluso en la Ciudad del Pecado. Como dijo el diácono Guerrero recordando que “Donde abunda el pecado sobreabunda la gracia de Dios”.