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La adicción a internet

1 Qué se entiende por «internet addiction»

La adicción a internet entra en la categoría de «nuevas dependencias» conocidas también como dependencias no químicas o de comportamiento, es decir, conductas de dependencia no ligadas a una sustancia específica.

El objeto de la dependencia es un comportamiento o actividad lícita o al menos socialmente aceptada como trabajar, comprar, jugar, etc. Se puede hablar, por tanto, del desarrollo de una adicción sin dependencia en cuanto que sólo implica la necesidad de poner en acto determinados comportamientos pero hay ausencia de una dependencia física verdadera y propia.

Las «dependencias de comportamiento» y las «dependencias químicas», sin embargo, tienen algunos factores comunes: 1) imposibilidad de resistir al impulso de poner en práctica un comportamiento compulsivo (compulsividad); 2) la sensación creciente de tensión que precede al inicio del comportamiento (también llamado craving); 3) placer o paz durante la puesta en acto del comportamiento.

Los elementos comunes tocan esencialmente modificaciones psicopatológicas que se producen en el individuo que se hace dependiente de la red como pueden ser: pérdida de las relaciones interpersonales, cambio de humor, cognición orientada al uso del medio, alteración de la percepción del tiempo con fenómenos disociativos.

2 Criterios para diagnosticar dependencia a internet

Entre los factores que facilitan el comienzo de estas dependencias se encuentra la accesibilidad (fácil e inmediata a todo servicio, con gratificación instantánea ante cualquier necesidad por pequeña que sea), control (se puede ejercer un elevado control sobre nuestras actividades online, no separadas de una irreal percepción de omnipotencia) y excitación (podemos someternos a una extraordinaria cantidad de estímulos y, en consecuencia, llegar fácilmente a un estado de excitación).

Según Goldberg la dependencia de internet es un síndrome que se manifiesta con:

  1. la necesidad de transcurrir un tiempo cada vez mayor en red para obtener satisfacción;
  2. una marcada reducción de interés por otras actividades que no sean internet;
  3. el desarrollo, después de la suspensión o disminución del uso de la web, de agitación psicomotriz, ansia, depresión, pensamientos obsesivos sobre lo que está pasando online, etc.;
  4. la necesidad de acceder a la red siempre más frecuentemente o por periodos más prolongados respecto a la intención inicial;
  5. la imposibilidad de interrumpir o tener bajo control el uso de internet;
  6. la inversión de grandes cantidades de tiempo en actividades relacionadas con la web;
  7. el continuar usando internet no obstante el conocimiento de problemas físicos, sociales, laborales o psicológicos provocados por ese uso.

¿Qué indicios se pueden tener para considerar que una persona presenta una adicción a internet? Diversos autores ofrecen algunos criterios. Nos fijamos aquí en Young (1998), Shapira (2000), Cantelmi-Talli (2007) y añadimos los que refiere la American Psychological Association.

Para Young es necesario que se presenten 5 o más respuestas positivas a las siguientes interrogantes:

  1. ¿Te sientes excesivamente absorbido por internet (piensa a la conexión anterior o planificas la siguiente sesión online?
  2. ¿Sientes la necesidad de pasar más tiempo conectado a la red para obtener la misma satisfacción?
  3. ¿Has intentado repetidamente controlar, reducir o interrumpir el uso de internet, pero sin éxito?
  4. ¿Te sientes inquieto, nervioso, deprimido o irritable cuando intentas reducir o interrumpir el uso de internet?
  5. ¿Permaneces online por mucho tiempo más de lo que inicialmente querías?
  6. ¿Has corrido el riesgo de perder relaciones importantes (el trabajo, la escuela o la carrera) por culpa de internet?
  7. ¿Has mentido a familiares, al terapeuta o a otros para esconder la magnitud de tu participación en la red?
  8. ¿Usas internet como medio para escapar de los problemas o para aliviar el mal humor (sentimientos de impotencia, culpa, ansia, depresión, etc.)?

Shapira, por su parte, establece un diagnóstico de dependencia en el campo digital si se verifican estos elementos:

  1. Preocupación des-adaptativa relacionada con internet, como por ejemplo:
    1. Preocupación relativa a internet experimentada como irresistible;
    2. Excesivo uso de internet por periodo de tiempo más largos de los inicialmente planeados.
  2. Uso de internet y preocupaciones con él relacionadas como causas de angustia clínicamente significativa o debilitamiento de las áreas sociales, profesionales, etc.
  3. El uso excesivo de internet no ocurre exclusivamente por periodos de manías o hipomanías y no se explica mejor por otros trastornos.

Según Cantelmi-Talli es necesario que se presenten al menos dos de los siguientes síntomas en su modalidad «covert» y «overt» y por un periodo de al menos 6 meses:

«Covert» (oculto):

  1. Elevado tiempo de permanencia online no justificado por razones de trabajo o estudio.
  2. Manifestaciones sintomáticas offline (por ejemplo nerviosismo, irritación, depresión, etc.).
  3. Consecuencias negativas debidas al uso excesivo de internet (por ejemplo aislamiento social, escaso rendimiento laboral, etc.).

«Overt» (no oculto):

  1. Incontrolable impulso a conectarse a internet.
  2. Repetidos intentos de controlar, reducir o interrumpir el uso de internet.
  3. Frecuentes mentiras relativas al uso excesivo de internet.

Finalmente, la American Psychological Association ofrece 9 criterios para diagnosticar una dependencia de internet, a saber:

  1. Preocupación relacionada con internet;
  2. Síntomas de abstinencia cuando se interrumpe el uso;
  3. Tolerancia (necesidad de transcurrir siempre más tiempo en internet para obtener la misma satisfacción);
  4. Intentos de controlar el uso de internet;
  5. Permanencia de un uso excesivo de internet no obstante el conocimiento de los problemas psicosociales negativos que eso comporta;
  6. Pérdida de otros intereses;
  7. Uso de internet para escaparse o mejorar un estado de humor;
  8. Engañar a los demás por cuanto respecta a la cantidad de tiempo invertido online;
  9. Comprometer una relación significativa (de trabajo, de oportunidades de estudio o de carrera) a causa del uso de internet.

3 Formas de dependencia de internet

Se conocen al menos cinco distintos tipos de adicción a internet: 1) la «cyber-sex addiction», 2) la «cyber-relational addiction», 3) los juegos de línea online, 4) la adicción a la información y 5) la «net compultion».

La «cyber-sex addiction» dice relación con el consumo de pornografía por medio de la web; la «cyber-relational addiction» consiste en el trastorno de las relaciones humanas al grado de ser casi completamente mediadas o sustituidas por la web; la adicción a los juegos en internet se explica por sí misma; la adicción a la información consiste en el consumo indiscriminado de noticias sin finalidad concreta ni utilidad ulterior; la «net compulsión» se relaciona, por un lado, con la adicción a las compras en internet y, por otro, al abocarse obsesivamente al trabajo propio de oficina que precisa de la conexión a la web.

4 Principales consecuencia de la dependencia

Como es de esperarse, las dependencias tienen consecuencias en las vidas de quienes las padecen. Estas pueden ser de cinco tipos: 1) físicas o de salud, 2) laborales-académicas, 3) familiares, 4) financieras y 5) espirituales.

4.1 Físicas o de salud: reflejadas en problemas de sueño (causadas por la exposición prolongada del sujeto a internet hasta elevadas horas de la noche, lo que altera el ritmo normal del sueño), cansancio (provocado por la falta de horas de descanso), debilitamiento del sistema inmunitario (consecuencia de la irregularidad del sueño), irregularidad de la comida, escaso cuidado del cuerpo e higiene, dolores de cabeza, de espalda, cansancio de los ojos y desarrollo del «síndrome del Tunnel Carpale» (debido a la posición del brazo para sostener el mouse).

4.2 Laborales-académicos: quien pasa conectado a internet hasta elevadas horas de la noche difícilmente podrá tener un adecuado rendimiento en la escuela o en el trabajo por causa del cansancio. De hecho, los estudiantes que abusan de internet presentan un declive en el rendimiento escolar. En el ámbito laboral, cada vez más trabajos amenazan con despido a quienes usan la web para fines no relacionados con el propio trabajo.

4.3 Familiares: disminución del tiempo disponible para dedicar a las personas significativas y a la familia; se destruyen las relaciones entre padres e hijos, pero sobre todo son los matrimonios los que resientes más la interferencia de un uso patológico de la red. Muchas veces nacen relaciones sentimentales online y son estas las que ponen en crisis la estabilidad de la pareja, la cual muchas veces llega al divorcio.

4.4 Financieras: es comprensible que quien duerme poco tenga limitaciones para trabajar. Y en el ámbito laboral quien rinde poco gana menos o, simplemente, es despedido. Por otra parte, las crisis financieras están relacionadas en este ámbito al uso del dinero que se posee para el consumo de pornografía, juegos u otro tipo de compras compulsivas en la red.

4.5 Espirituales (relación con Dios): siendo como es que las consecuencias de las patologías tocan a todo el hombre, es comprensible que éstas también tengan manifestaciones en la vida espiritual. Estas pueden ir desde una cierta acedia hasta una dificultad de oración por la cantidad de imágenes almacenadas en la memoria las cuales dificultan no sólo la concentración sino incluso la capacidad de crear espacios interiores de silencio. Este es una de las consecuencias más perjudiciales para la vida de los seminarios pues llegan a incapacitar a una persona para continuar adelante en el camino hacia el sacerdocio.

5 Cómo se desarrolla el trastorno

Existen diversos tipos de causas que facilitan el desarrollo de las dependencias a internet: unas pueden ser según el grado de probabilidad mientras que otras según la posición en la cadena causal.

Según el grado de probabilidad las causas pueden ser: 1) necesarias (factores etológicos que deben estar presentes o deber pasar para que los síntomas se manifiesten), 2) suficientes (factores etológicos cuya presencia o necesidad garantizan la presencia de síntomas) o 3) facilitadores (factores etológicos que aumentan la probabilidad de la manifestación de los síntomas).

Según el lugar que ocupan en la cadena que causa la dependencia pueden ser: 1) proximales (causas posicionadas hacia el final de la cadena causal) o 2) distales (causas colocadas más cerca del inicio de la cadena pero más lejanas de los síntomas).

Siguiendo este último modelo, las causas proximales suficientes tienen un papel especial: se trata de pensamientos disfuncionales que pueden tener relación consigo mismo o con los otros y que ocupan consistentemente la mente del sujeto en una suerte de rumor interior continuo.

Los pacientes con adicción a internet tienen generalmente distorsiones de pensamiento del tipo «todo o nada» respecto a sí mismos y al mundo entero. Son, por otra parte, proclives al catastrofismo y al ansia en comparación con otras personas. La fuga de la realidad y de las consecuencias percibidas por su catastrofismo representa ulteriores motivaciones para un uso compulsivo de la red.

Existen dos experiencias determinantes en red que pueden ayudarnos a comprender mejor el desarrollo de un trastorno: la experiencia del cuerpo ausente y la no percepción del tiempo.

El cuerpo ausente. En la red el cuerpo entendido en su dimensión física está más bien ausente y con él toda la comunicación no verbal que suele estar vehiculada por el cuerpo mismo. En las relaciones mediadas por la web es posible comunicar sólo parcialmente lo que, de suyo, está a la base de las sensaciones de omnipotencia y de una tendencia a controlar al otro más que un deseo de compartir.

La no percepción del tiempo. Cuando se «navega», chatea o se juega en internet más que concentrado se está absorto. La estructura misma de internet, el hipertexto, lleva a navegar por horas y horas de modo a-finalista. No sin razón, los sujetos que utilizan excesivamente internet permanecen disociados de la realidad externa incluso cuando ha terminado la conexión.

  1. Valoración del grado de dependencia

La pregunta aquí es cómo valorar el grado de adicción y cómo individuar también la adicción específica de una persona. La respuesta va en tres direcciones: 1) un coloquio clínico, 2) una exhaustiva indagación anamnéstica o 3) uso de baterías testológicas que permitan efectuar una valoración precisa de la personalidad del sujeto para poder encuadrar la conducta de abuso.

Los instrumentos utilizados para el fin antes enunciado comprenden test a-específicos para el análisis de las dimensiones de personalidad (MMP1-2, TAS-20, DES, etc.) y test específicos para valorar las diferentes formas de adicción.

7 Sobre el tratamiento

Acerca de la eficacia de los métodos de tratamiento, un trabajo interesante en este campo fue realizado en la Universidad de Marburg en Alemania. Investigadores del departamento de psicología clínica y psicoterapia realizaron un meta análisis  (16 diferentes estudios sobre un total de 670 pacientes) con dos fines: 1) examinar y confrontar la eficacia a corto y largo plazo de los diversos tratamientos psicológicos y farmacológicos de la adicción a internet e 2) identificar los principales factores moderadores.

Los resultados que emergieron de esa investigación indican una eficacia tanto de los tratamientos psicológicos como de los farmacológicos, si bien con unas limitantes: mientras para los primeros se dispone también de datos «follow-up», para los segundos sólo de datos a corto plazo.

Entre los factores moderadores se encuentra:

  1. El tipo de tratamiento: la terapia cognitivo comportamental se ha mostrado más eficaz respecto a otros tratamientos psicológicos por cuanto concierne a la reducción del tiempo transcurrido online y la depresión. No se registran, por el contrario, diferencias por cuanto se refiere al mejoramiento del estado de dependencia de internet y el ansia.
  2. Individual o de grupo: a diferencia de cuanto sucede respecto a la dependencia de sustancia, los sujetos con adicción a internet parecen beneficiarse más de las terapias individuales.
  3. Diferencias de género: se registra una mayor eficacia con las personas de sexo femenino, si bien estas estuvieron sobre representadas en la mayor parte de los estudios. No obstante, los resultados positivos podrían atribuirse al hecho que las mujeres tienden a hacer un uso diverso de internet respecto a los hombres, uso que puede ser más fácilmente sustituido por actividades off line.
  4. Cultura: se registra mayor eficacia terapéutica en los estudios americanos en comparación con los asiáticos.

Las intervenciones comportamentales tienen precedencia sobre las cognitivas. Se comienza regulando el uso de internet. Por ejemplo, un uso semanal de 40 horas va reducido a 20. El periodo de 20 horas puede organizarse dividiéndolo en periodos de tiempo específicos, por ejemplo entre las 20:00 y las 22:00 horas de lunes a viernes y entre las 13:00 y las 18:00 durante el fin de semana. Un programa de 10 horas puede ser distribuido entre las 20:00 y las 23:00 en dos días de la semana y entre las 8:30 y las 12:30 los domingos. Una organización lógica hará que el paciente experimente que él tiene el control sobre internet y no al revés.

Para ayudar al individuo a romper la rutina diaria y abandonar sus hábitos virtuales puede ser usada la estrategia del «hacer diversamente». Si la persona como primera cosa que hace al despertarse es conectarse a internet, se le puede proponer tomar la ducha previamente, por ejemplo.

Para interferir con el uso de internet pueden ser usados obstáculos externos como una cosa que el individuo debe hacer en ese momento o un lugar a donde ir. Por ejemplo, si la persona debe salir de casa a las 7:30, le es propuesto conectarse a las 6:30. De este modo dispondrá sólo de una hora para conectarse antes.

Para ayudar al paciente a alcanzar el objetivo antes de reducir el uso de internet pueden ser usadas cartas pro-memoria. Al paciente se le pide escribir con sinceridad 5 problemas principales derivados del uso de internet y 5 beneficios que conseguiría regulando el uso de la web.

Para regular el propio uso de la web los pacientes pueden, además, utilizar un programa de filtro: se trata de programas elaborados de forma que se cierran o apagan los accesos a internet automáticamente en el momento en que la persona ingresa a portales de pornografía, chat online o sitios de juego.

Otro aspecto importante a considerar cuando se toman acuerdos de comportamiento con el paciente es sustituir internet con otras actividades incluso si podrían resultar no tan agradables (no se olvide que internet constituye para esa persona el aspecto más agradable de su vida).

Jorge Enrique Mújica | LinkNewsAgency»: News about religion, Church, life and family in media on Twitter